Una nueva oportunidad democrática
Mañana, cuando se conozca el veredicto popular, se abrirá una nueva etapa en la vida institucional de la Argentina. En tiempos tan agitados como los que se viven, no es poca cosa que la democracia nos siga dando oportunidades.
Parece una obviedad señalar que las elecciones legislativas que se celebran hoy son importantes para el futuro del país. No sólo porque se define la composición del Parlamento para los próximos años, sino también -y quizás fundamentalmente- porque del resultado dependerá el rumbo del país en materia política y económica, así como también la profundización o no de las diferencias evidentes que existen en nuestra sociedad.
Si todo es normal -en principio nada hace presumir lo contrario- la ciudadanía argentina otorgará legitimidad a oficialistas y opositores para que se ubiquen en los lugares que les corresponden de acuerdo a la voluntad popular y, así, retomar el trabajo y la discusión de los principales asuntos de interés público que el Congreso no puede eludir por tratarse el órgano que representa al pueblo en el caso de los diputados y a las provincias, en el de los senadores.
La extensa campaña electoral que se cerró días atrás estuvo marcada por varios hechos colaterales que signaron la realidad actual de la Argentina. El caso Maldonado es, posiblemente, el más evidente. Pero también se "metieron" en el proceso las acciones judiciales en contra de ex funcionarios y la violencia que por momentos apareció en algunas movilizaciones. Por lo demás, se repitió el compendio de acusaciones cruzadas, descalificaciones, difusión interesada de encuestas y promesas muy vagas. Todo esto fue aderezado con puestas en escenas propias de sets cinematográficos, muy cuidadas y diseñadas por especialistas en comunicación que han adquirido mucha preponderancia y sus propuestas son cumplidas al pie de la letra por la mayoría de los candidatos con posibilidades.
La comunicación política es hoy la estrella de cualquier campaña. Jaime Durán Barba, el "gurú" del oficialismo en la materia, escribió en su libro "La Política en el Siglo XXI" que del estudio del efecto del discurso de los políticos en los ciudadanos se puede asegurar "que no oyen lo que dicen los oradores". Y ejemplifica señalando ejemplos demostrativos de que, de acuerdo a su visión, luego de cualquier pieza oratoria de un candidato en campaña, los propios partidarios de ese dirigente no retienen los conceptos centrales, pero sí recuerdan en detalle los movimientos corporales y los énfasis. Es decir, según esta óptica, el proselitismo actual se vació de contenido y se transformó en un espectáculo.
Es en este marco en el que se realizarán las elecciones de hoy. Las encuestas predicen resultados, pero nada estará definido hasta que finalice el recuento de los sufragios. Mañana, cuando se conozca el veredicto popular, se abrirá una nueva etapa en la vida institucional de la Argentina. En tiempos tan agitados como los que se viven, no es poca cosa que la democracia nos siga dando oportunidades.