Rebrote
La humanidad entera está viviendo una pesadilla global que determina que gobernantes avezados y experimentados se encuentren desorientados, buscando soluciones a través del ensayo y error. Que señala con claridad las mezquindades y egoísmos de quienes se quieren subir primero a los botes salvavidas. La pesadilla no terminó aún. Es más, parece recrudecer.
El pasado 7 de marzo, esta columna llevó el título "Aún no ha terminado", reflejando la preocupación creciente por la posibilidad de que un rebrote de casos de Covid 19 se produjese en nuestra región y en otros sitios de la provincia y el país. Lo que venía sucediendo en varias naciones del mundo podría plasmarse en la realidad entre nosotros si no se advertía esta situación.
Se señaló en la ocasión que "la lucha es día a día y es factible la posibilidad de una segunda ola cuando comiencen los días más frescos, en especial luego de Semana Santa si no se consigue inmunizar a gran parte de la población. Este es el marco de referencia en el que la ciudadanía tendrá que moverse en las semanas que vienen. Casi el mismo que existe desde hace un año. Cuidados permanentes, medidas sanitarias generalizadas y distanciamiento social".
Pues aquella advertencia parece cobrar vigencia plena en estos días. Tan solo dos semanas después, la provincia de Córdoba, a través del Ministerio de Salud, advirtió por un incremento en los indicadores. Un dato factible de comprobar simplemente observando la cantidad de casos reportados a lo largo de los últimos días en buena parte de las jurisdicciones del país.
Mientras tanto, algunas voces prestigiosas del campo médico enfatizan en la necesidad de comprender que la añorada normalidad está lejos de poder alcanzarse, debido a la irresponsabilidad de muchos que no acatan las normas de cuidado, así como por la presencia de nuevas cepas importadas del virus que se transforman en una amenaza tangible si los recaudos no son los adecuados.
Pasa lo mismo en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su último boletín semanal, que las infecciones mundiales por Covid-19 "han aumentado por cuarta semana consecutiva y las muertes se han estabilizado después de una disminución de seis semanas", lo cual hace suponer que la pandemia "está lejos de haber terminado". Afirmó que solo en la última semana, se registraron alrededor de 3,3 millones de casos nuevos y más de 60.000 nuevas muertes. En este contexto, la OMS indicó que Europa y las Américas continuaron representando el 80% de todos los casos y muertes.
Mal de muchos, consuelo de tontos afirma el dicho. Está claro que la humanidad entera está viviendo una pesadilla global que se mantiene y que la tiene en vilo. Que determina que gobernantes avezados y experimentados se encuentren desorientados, buscando soluciones a través del ensayo y error. Que señala con claridad las mezquindades y egoísmos de quienes se quieren subir primero a los botes salvavidas. Que muestra con crudeza la impericia, la anomia, el hartazgo, el cansancio, la ignorancia, el predominio del cálculo político y la falta de solidaridad.
La pesadilla no terminó aún. Es más, parece recrudecer.