“Nuestros investigadores raramente pueden pertenecer a la institución policial, porque la ley y la justicia no suelen ir juntas”
El escritor y periodista Juan Sasturain visitará la ciudad el próximo lunes en el marco del ciclo Córdoba Mata. A partir de las 17, brindará una Charla Abierta en el Centro Universitario San Francisco (Cusf); en tanto, a las 20, en la Biblioteca Popular, se adentrará de lleno en el tópico de la novela negra y policial.
Por Juamps Lídiam
El rigor en la escritura no cambia, no debe hacerlo, se trate literatura o periodismo. Así lo entiende Juan Sasturain, quien mantiene en su voz, en el habla, ese valor hacia la palabra.
Juan festeja el "florecimiento" de encuentros como el Córdoba Mata, y rápidamente analiza cómo se practica el género negro en nuestro país, "es una forma de realismo crítico", dice.
Entre las dos grandes líneas históricas, por un lado, la novela policial sajona, de enigma puro y juego intelectual de resolución de casos, y por otro, la novela dura o negra, de origen norteamericano, cuyos referentes son (Dashiell) Hammett o (Raymond) Chandler, Sasturain señala que hay "cruzamientos y variantes de todo tipo".
Y va más allá: "hay matices de acuerdo a las prácticas de cada lugar, eso es muy claro".
"A veces nosotros un poco para jugar o chicanear con el tema hemos dicho que ante el auge que existe de la novela nórdica -de suecos, noruegos, finlandeses y daneses, de los cuales hay muchísimos y muy buenos autores-, la nuestra es Súrdica".
Y el punto de inflexión, según el escritor, es la relación con las instituciones. "Es decir, en las novelas de aquellas latitudes europeas las instituciones, sea el poder judicial o la misma policía, están en el centro de la escena y encarnan la posibilidad de justicia. En nuestras ficciones, incluyo a Latinoamérica, esto es impensable. Nuestros investigadores muy raramente pueden pertenecer a la institución policial, porque habitualmente la ley y la justicia no suelen ir juntas".
"Y si tienen esa tendencia, la de contar desde ese lugar, es porque hay un entorno que lo reafirma", añade.
E indica otra característica para nada menor: "Una cosa es escribir novela policial dentro de una sociedad que se supone, que se ve a sí misma, con un orden de pronto amenazado por la delincuencia, y del cual se pretende restablecer el equilibrio mediante el castigo; y otra, es la percepción de una sociedad que está atravesada por el delito. No solamente por la corrupción sino básicamente por injusticias estructurales".
Encontrar autores determinantes
Lo dice él. En su apuesta al género no incidió su ejercicio como periodista, como si aconteció con otros escritores. "Mi acercamiento a esta narrativa es estrictamente literaria. No escribo en este género porque me seduzca más que otros sino porque lo que encontré en algunos autores -como le pasó a muchos, con Hammett, Chandler y Jim Thompson-, ha sido determinante. Uno encuentra, sin necesidad de copiar, mecanismos y maneras de contar que te pueden servir como punto de partida para tu propia experiencia como escritor".
Su primera novela 'Manual de perdedores' se publicó primeramente por entregas en un diario, cual folletín. "La terminé exactamente cuando cumplí los treinta años, en el '75, y se publicó en forma de libro prácticamente diez años después. Siempre escribí, sólo que... ni siquiera tuve la cautela sino la suerte de no publicar antes (risas). En estos momentos se acaban de publicar los Cuentos Reunidos (por Alfaguara), son más de sesenta, publicados desde comienzos de los '80 hasta ahora, y algunos de ellos tardaron mucho en acceder al libro, pero se fueron publicando y diseminando por los medios, hasta llegar al papel".
"No escribo en este género porque me seduzca más que otros sino porque lo que encontré en algunos autores -como le pasó a muchos, con Hammett, Chandler y Jim Thompson-, ha sido determinante".
"El hecho de escribir -prosigue- no se debe asociar necesariamente con la publicación de libros, son dos cosas muy distintas, sin ponernos chicaneros, hay quienes publican muchos libros y nunca van a ser escritores".
Posibilidades de la escritura:
las mutaciones de una obra
Cuentos o relatos perdidos en algún archivo pueden volver a ser parte de una obra, una nueva. Esto es parte de los 'caprichos' de la ficción. "Suele suceder, cualquiera que intente escribir se va a encontrar muchas veces con esa posibilidad y a veces la puede desarrollar. Me ha sucedido de escribir cuentos que se retomaron años después y se han acoplado a otras historias. Se reconvierten y pasan a ser parte de una historia más larga".
"Es que, por empezar, muchas veces cuando se empieza a escribir no se sabe a dónde se va a ir a parar o cuánto va a durar, ni qué extensión va a tener", aclara.
En la escritura debe permanecer el rigor
La escritura de ficción y la periodística tienen sus diferencias, pero Sasturain coincide: el rigor tiene que ser uno, el mismo. "Obviamente que debe ser así, el rigor no cambia, sucede sí que en algunos casos puntuales la escritura periodística está separada en mayor o menor medida de la escritura literaria. He trabajado en Página 12 más de veinte años, ese espacio lo compartí con soberanos escritores que al mismo tiempo eran grandes periodistas, tal es el caso de Juan Gelman, Miguel Briante o el 'Gordo' (Osvaldo) Soriano. En el caso de Gelman, por un lado probablemente sea el poeta más grande de la segunda mitad del siglo en la lengua, y por otro lado fue un notable periodista, pero poco tuvo que ver la estilística en ambas prácticas. En cambio en Osvaldo, entre sus crónicas y su narrativa, hay cierta continuidad. Yo, en algún modo, estoy más cercana a este último caso, en donde hay largas zonas interconectadas. Pero de todos modos, haya más o menos cercanía, el rigor no cambia".