“La televisión no es tan fácil, hay que responder con inteligencia y no mentir”
La modelo de Devoto que se ganó un lugar en la televisión peruana, habló con VOZ MUJER sobre el difícil momento que vivió tras la desaparición de su abuelo.
El viernes, Macarena Gastaldo recibía la noticia que más esperaba: su abuelo, Alberto Boetto, aparecía sano y salvo luego de una semana de intensa búsqueda, la que mantuvo en vilo a la población de Devoto.
La joven, que triunfa en la farándula de Perú, en los últimos días había dedicado su tiempo a la causa de la desaparición de su abuelo, que movilizó a su familia y a la policía que intervino en la búsqueda.
VOZ MUJER dialogó con la bella Macarena quien confesó: "Fueron días agotadores".
- ¿Qué significa ser una de las representantes de nuestro país en Perú?
Estoy muy contenta de estar en Perú, un país que me recibió y me abrió las puertas en todo sentido. De los países que estuve trabajando, sin dudas me quedo con Perú, porque tiene gente hospitalaria con el extranjero y una calidad humana muy linda. Al trabajo no lo tomo como algo más, hay que actuar con inteligencia, tener los pies sobre la tierra y nunca perder la humildad, porque eso es la base de todo.
- Recientemente, la sanfrancisqueña Julieta Rodríguez trató de "indios marginales" a los peruanos y eso le costó su carrera en ese país. La expulsaron. ¿Qué reflexión hacés de lo ocurrido?
Es fácil que por los problemas de farándula, te salgas de tus cabales y digas cosas que no quisiste decir, algo que me sucede y que poco a poco voy aprendiendo como sobrellevar. La televisión no es tan fácil como se ve. Hay que saber hablar, responder con inteligencia y no mentir, porque al final, todo termina saliendo a la luz. Con el tema de Julieta (Rodríguez) siempre me mantuve al margen porque es delicado. Se equivocó, estuvo mal lo que dijo, pero todos somos humanos y cometemos errores, y algunos de estos sobresalen más que otros, pero sé que Juli reflexionó sobre todo esto y sé también lo arrepentida que está.
- ¿Qué es Perú en tu vida profesional?
El pueblo peruano lo es todo, es quien le da vida a tu personaje, es a quien le debes tu fama y todo. Si le caíste bien, te va a ir bien. Gracias a Combate Perú pude ganar un lugar, un público y la gente siempre respondió súper bien. Combate televisivo es un programa que lo ve mucha gente y lo que trato de brindarles siempre es mi alegría y simpatía que me caracterizan y a la gente le gusta eso, el televidente lo compra y más aún cuando sos natural, cuando no fingís ser algo que no sos. La Argentina está necesitando esa dosis que ellos te dan siempre. Los que conocen Perú saben de lo que hablo.
- ¿La TV argentina es un terreno difícil para crecer?
Lamentablemente, tenemos primero una economía que no ayuda en lo laboral; segundo, es una competencia tremenda de chicas que se pelean por un minuto de fama y tercero, que no hay trabajo. En Perú, su economía está en su mejor momento; es el tercer país de Latinoamérica que mejor está, hay trabajo y te pagan en dólares. ¿Qué más puedo pedir?.
- ¿Cuáles es tu meta a futuro?
No quiero seguir sacándome fotos y seguir estando en televisión para toda la vida. Para mí, esta es una experiencia que todos deberíamos probar, abrir nuestras mentes, conocer otras culturas, formas de pensar, hacer amistades nuevas, caerse y levantarse y seguir así. No todo es fácil; no creas que por estar en televisión aparecés y listo. Esto conlleva muchas cosas, muchas experiencias que te tocan vivir y tenés que saber reaccionar con madurez. Para mi futuro, planeo regresar a la Argentina y estudiar forense que es la carrera que siempre quise continuar, siempre hay que tener un título bajo el brazo. Mientras tanto, soy joven y voy a seguir recolectando experiencias y viajando que es mi otro hobby.
"Mi abuelo me decepcionó"
- Apareció tu abuelo. ¿Qué nos podés contar sobre el hecho?
No se sabe con exactitud dónde estaba, ya que se apareció en la fiscalía de los tribunales de San Francisco con una abogada. Lo importante es que se encuentra en buen estado de salud, pese a que la medicación que toma habitualmente se le había acabado. Suponemos que estuvo bajo los cuidados de algún familiar de Córdoba.
- ¿Cómo fueron estos días sin saber de él?
Fueron días agotadores. Viví en carne propia lo que es ser parte del entorno de gente desaparecida, y es un ambiente desesperante. Estaba en continua comunicación con personal de la investigación, aportando pistas y todo lo que sea posible junto con mi familia.
- ¿Qué pensás que pudo haberle pasado para desaparecer y que nadie supiera su paradero durante una semana?
No tengo n idea qué pudo haber pasado con exactitud, pero él era de tener este tipo de actitudes. Siempre amenazaba con que se iba a ir y bueno, en esta oportunidad lo hizo. No estaba en sus cabales, eso lo sabemos todos, porque estaba con tratamiento psiquiátrico. El declaró que si se quedaba en su casa, mi abuela lo iba a internar y le iban a sacar todas sus pertenecías. ¿Y qué te puedo decir con esto?. Uno no puede internar a una persona porque se te dé la gana. Para ello tiene que haber un estudio previo emitido por un médico psiquiatra, por un profesional. Él estaba bien, estaba tranquilo como estaba, tenía sus brotes, por eso tomaba sus medicamentos. Hasta el día de hoy no entiendo por qué actuó como actuó. Pero peor aún es la persona que lo tenía, sabiendo que lo estábamos buscando desesperadamente. Porque estoy segura de que no estaba vagabundeando por las calles. Por suerte apareció en buen estado.
- ¿Entonces fue una decisión tomada?
Él quería irse y voy a respetar su decisión. Si él no quiere estar más en su casa, espero que encuentre un lugar donde lo puedan acoger de la mejor manera y que lo atiendan como él necesita y merece.
- ¿Qué le vas a decir cuando lo veas?
Lo decepcionada que estoy de él; habiendo gente a la que secuestran y que desaparece a la fuerza, jugar a las escondidas no es divertido. Decirle que me tenía que ir a Perú a seguir con mi trabajo y que me quedé para acompañar a mi familia en este difícil momento que pasamos, situación que se podría haber evitado si él solo hubiese llamado y dicho: "Hola, estoy bien, estoy en este domicilio", y punto.