Identidad verde
Resta mucho camino por andar y quizás los obstáculos serán ahora más difíciles de sortear. Pero el camino trazado permite abrevar en la rica historia de la institución para proyectarse al futuro con optimismo.
El año ha sido atípico en todos los aspectos de la vida. El distanciamiento, las restricciones, las polémicas, la parálisis fueron una constante. El deporte no fue la excepción. Allá por marzo, las competiciones se suspendieron y transcurrieron largos meses en los que los aficionados no tuvieron la posibilidad de solazarse y recrearse con sus disciplinas favoritas.
Con el transcurrir de los meses, algunos deportes comenzaron a disputar competencias bajo estrictas disposiciones sanitarias que impidieron, por ejemplo, la presencia del público en los estadios. Sin embargo, en la Argentina hubo que esperar mucho más tiempo que en otras latitudes y cuando se decidió la vuelta de algunos deportes. A eso hubo que agregar la tradicional desorganización de la dirigencia del fútbol especialmente que terminó pergeñando la continuidad de campeonatos difíciles de comprender para el menos avisado.
En este marco, las instituciones de nuestra ciudad padecieron también el problema de la falta de partidos. En el caso de Sportivo Belgrano se sumó también un durísimo golpe judicial que terminó con su ex presidente tras las rejas y con la asunción de uno de los máximos ídolos del club en una transición que pintaba como traumática pero que, a poco de andar, reveló instancias que devolvieron la tranquilidad y delinearon un rumbo que, sin estridencias, parece estar signado por la coherencia.
En este marco, Sportivo Belgrano conformó un equipo para disputar solo 4 encuentros. Algo casi disparatado que establecieron los dirigentes del Consejo Federal. Pero se afrontó el reto, con la convicción de que había que mantener con vida a una institución que respira fútbol. Los triunfos alcanzados en este último mes han retemplado la vida del club de barrio Alberione. Aun sin gente en las gradas, la afición deportiva de la ciudad ha valorado debidamente este logro, menor por cierto, pero alcanzado gracias a una metodología de trabajo que apostó a la identidad histórica de la "verde".
Así, un cuerpo técnico nacido en la institución. Juveniles y no tanto que respiran desde hace años la mística del ambiente de barrio Alberione y foráneos que se han adaptado rápidamente se conjugaron para darle una alegría deportiva a la ciudad. Por cierto, resta mucho camino por andar y quizás los obstáculos serán ahora más difíciles de sortear. Pero el camino trazado permite abrevar en la rica historia de la institución para proyectarse al futuro con optimismo.
Así, el predio de San Cayetano tendrá sus canchas con los nombres de algunos destacados jugadores nacidos en el club. Así, los jóvenes que hoy visten la casaca verde tienen espejos en los que mirarse. Así, la dirigencia va encaminando un rumbo que seguramente aglutinará a los simpatizantes cuando llegue el momento de volver a las tribunas. Este reverdecer todavía tendrá que recorrer un largo camino. Pero la identidad deportiva de San Francisco se ha visto fortalecida en estas últimas semanas, lo cual es muy positivo.