“El ninguneo hacia la mujer en la historia de Córdoba fue muy grande”
El autor de "Mujeres argentinas, la otra historia" reflexionó sobre la decisión de abordar la reconstrucción del relato histórico con perspectiva de género, buscando así rescatar a las heroínas del pasado y olvido para empoderarlas en el presente.
Por Ivana Acosta
Aunque el libro "Mujeres argentinas, la otra historia" fue publicado en 2017, sigue siendo de los más elegidos en las librerías. El tema no es cuanto menos controversial porque su autor, Esteban Dómina, eligió hablar de mujeres en tiempos donde el feminismo es tema corriente de conversación y motivo de lucha social por la equidad de género.
Reconstruir la historia argentina desde esta perspectiva fue un desafío importante para un escritor con varias obras a cuestas pero que hoy atraviesan un paradigma diferente que busca imponerse, uno donde la equidad le gane a la visión sexista en todos los ámbitos, incluso en la propia literatura nacional.
En este trabajo, al que define como "no académico", el escritor oriundo de Las Varillas que siente un profundo cariño por San Francisco, empoderó a más de 200 mujeres que fueron más allá del rol esperado de ellas por el sistema patriarcal, el cual las ve como "abnegadas y simples esposas, madres o hijas". Son historias que influenciaron y lucharon codo a codo desde su lugar, época y contexto también para construir nuestra patria.
En el medio, Córdoba se cruza, porque la provincia también ofrece una visión clasista y sexista del aporte de las mujeres a la historia. Muchas se perdieron, pocas son rescatadas, por eso Dómina a esto lo definió como "ninguneo" hacia la mujer, el cual no fue la excepción.
"Son muchos los casos de mujeres que merecen ser recuperados desde el punto de vista del relato histórico. Por eso el libro es también es una invitación a repensar la historia desde una perspectiva no sexista", dijo el escritor entrevistado por LA VOZ DE SAN JUSTO.
-En una época que muchas mujeres cuestionan que los hombres sigan hablando por ellas, haciendo hincapié en que quieren contar su propia historia, usted las toma como objeto de estudio. ¿Por qué?
Cuando escribí este libro precisamente intenté hacerlo escribiendo desde la perspectiva de género. Yo lo planteé como una relectura de la historia argentina desde este punto, no descubriendo nada nuevo sino dándole visibilidad a la presencia de la mujer en la historia que ya de por sí fue ninguneada. Siempre intenté hacerlo desde el protagonismo histórico.
- ¿Cuál fue su objetivo con este libro? ¿Lo continuará o es una invitación para que ahora investigue el lector?
Mi relato es incompleto, solo es un aporte para rescatar el protagonismo de la mujer y casos que me pareció muy injusto que quedaran en el olvido como las sufragistas (Julieta Lanteri, Elvira Rawson Alicia Moreau de Justo, entre otras). El verdadero desafío fue encontrarlas porque fueron muy pocas a las que no pudieron ningunear. La mujer fue una constante en la historia, rodeando a próceres y hombres pero no como floreros sino porque ejercían verdadera influencia. Como en el caso de Encarnación Ezcurra, Margarita Weild a quien la historia no la olvidó porque fue el propio General Paz el que la resaltaba en sus memorias. También Juana Manso que merece una página más importante por su aporte progresista en un contexto complicado para la educación argentina. No descarto retomar la búsqueda en algún momento por eso lo considero un aporte.
- ¿La provincia de Córdoba no fue excepción al olvido del aporte de sus mujeres?
El ninguneo de Córdoba hacia la mujer es muy grande. La provincia no fue distinta al resto, se rescatan algunos nombres como los de Leonor de Tejeda o Luisa Martel de Los Ríos, esposa de Jerónimo Luis de Cabrera, fundador de Córdoba. Pero hay escasísimos nombres de mujeres y esto se ve reflejado en capital con la nomenclatura de las calles. Dos calles resaltan como Tránsito Cáceres de Allende que hacía beneficencia y Enfermera Clermont miembro de la Cruz Roja y de activo rol en el terremoto de San Juan de 1944. Después necesariamente hay que entrar en lo profundo de los barrios para poder encontrar algunos nombres más. Estoy seguro que existieron más pero habrá que seguir trabajando para rescatarlas de donde están sumidas, en el olvido.
- De acuerdo al relato de su libro, en todas las etapas de nuestra historia la mujer que salía del molde fue fuertemente cuestionada. Y muchas fueron más conocidas por su pasado o minimizadas a la mera abnegación. ¿A qué cree que se debe este factor común en todas las épocas?
Lo primero que hay que señalar es que en el libro yo reconstruí la historia en el marco del contexto cultural, algo fundamental por la época en que les tocó actuar a ellas. En todo este tiempo, es inevitable decir que el patriarcado estuvo presente como paradigma cultural. Por eso fue también engorrosa la búsqueda de los nombres para darle importancia. Efectivamente, muchas mujeres fueron recordadas solo como madres, esposas o hijas ejemplares en los manuales, pero hicieron mucho más. Costó mucho encontrar un paradigma femenino de peso propio, salvo en casos muy puntuales como el caso de Juana Azurduy a la que no pudieron tapar, ni a Mariquita Sánchez que fue la primera feminista por lejos ya que se rebeló contra el contexto cultural casándose con el hombre que amaba y no con quien querían sus padres como se estilaba en la época.
- Incluso algunas luchadoras fueron un poco opacadas por otras, como en el caso de las sufragistas por ejemplo y eso también usted lo destaca en su libro.
La ley 13.010 de 1951, cuando las mujeres votaron por primera vez a presidente tuvieron mucho protagonismo e influencia de Evita Perón, pero sería injusto que la conquista le sea arrogada solo a ella. Hubo muchas otras mujeres que lucharon por eso y yo rescato, ella le dio mayor visibilidad pero no por ello puede desconocerse el aporte que hicieron otras mujeres muchos años antes.
"La ley 13.010 de 1951, cuando las mujeres votaron por primera vez a presidente tuvieron mucho protagonismo e influencia de Evita Perón, pero sería injusto que la conquista le sea arrogada solo a ella"
-Al igual que usted, hoy los escritores trabajan enfocados en la perspectiva de género. ¿Existe un cierto revisionismo también en la forma de escribir y de investigar temas para futuras obras?
La perspectiva de género y mirada amplia del tema es hoy un valor aceptado socialmente, en la primera hora de nuestra historia esto no fue así en ningún sector ya que pese a las revoluciones y la propia sanción de la Constitución Nacional siguieron estando relegadas las mujeres y su activismo. La perspectiva de género no fue algo que viniera sincronizado con esto, por eso tomó más tiempo conocer a nuestras heroínas. Sucede que siempre existió una visión sexista de la historia, con impronta masculina en el relato tradicional y esto fue muy importante para que no se resaltara la figura de la mujer y no se la tuviera en cuenta aunque sí tuvieron mucho protagonismo. Intenté en este libro rescatar a mujeres que fueron mucho más que madres, esposas o hijas abnegadas que cumplían con los preceptos de este tiempo. Felizmente el contexto ha ido cambiando pero falta mucho para que la equiparación de derechos entre hombres y mujeres sea completa.