El milagro de ver a través de la música
No vidente, ciega. Es lo mismo. Milagros Boscaccino se detiene en esa vicisitud, tampoco reniega de los prejuicios sobre su discapacidad, pero los sufrió. Luchó desde que nació. "Me costó tanto sobrevivir que no concibo el aborto", afirma 20 años después. De niña descubrió su amor por la música y desde entonces es su refugio. Lo que parece difícil, ella lo simplifica: "Entendí que tenía que ser como era y disfrutar de la vida que me tocó".
Muchas puertas se les cierran a las personas con discapacidad, pero otras se abren, y cuando se abren, se abren bien grande.
La vida de María del Milagro Boscacci, de 20 años, no ha sido nada fácil. Su mamá tuvo un embarazo complicado y su nacimiento fue prematuro. Perdió la vista a los pocos días de haber nacido, pero perseveró. Desde muy pequeña, comenzó con su familia una dura batalla para ir superando barreras. Su trayectoria es la de una luchadora.
La música fue siempre una alternativa a la ceguera, un refugio para Mili. Aprendió de oído, a escuchar la vibración de cada nota; estudió piano y canto de niña, hoy toma clases en el Conservatorio "Arturo Berutti" y sueña con una carrera profesional.
Ser no vidente nunca le impidió pararse frente al público y emocionar con su voz; así pasó por escenarios como "La Peatonal de la 25" y este año, el Superdomo Municipal, en las tardes de tejido solidario de la campaña "Al frío... le ponemos corazón".
Vivió en carne propia la discriminación y el bullying en la escuela, y como cualquier chica de su edad, la movilizan temas sensibles como las relaciones amorosas, el aborto y el feminismo. "Estoy a favor de la lucha de las mujeres, en contra de que nos maltraten, nos peguen y nos maten, pero no estoy a favor del aborto. A mí me costó tanto sobrevivir que no concibo el aborto".
- ¿Qué sueños tenés con la música?
Actualmente estoy estudiando el ciclo formativo en el Conservatorio Superior de Música "Arturo Berutti". Me gustaría ser cantante profesional y el día de mañana poner un estudio de canto en mi casa.
- ¿Cómo imaginás tu cuerpo? ¿Te ocupás de tu aspecto físico?
Me voy tocando y me voy conociendo a mí misma. Mi mamá me cuenta también cómo soy y voy asociando con mis conocimientos, pero no me preocupa mi aspecto, me gusta mi cuerpo. Me siento bien conmigo misma y soy feliz como estoy. Si tengo que hacer dieta, la haré pero no me obsesiono como las jóvenes de hoy que quieren ser flacas y después se enferman. Uno tiene que agradecer que está sano y ser lo más natural posible para que la gente te conozca por lo que sos y no por lo que aparentás.
-¿Elegís tu ropa?
La culpable es mi mamá (risas). Ella es la que se encarga de explicarme cómo combinar la ropa. Sé que tengo que usar un pantalón liso con una remera estampada, sino queda mal. Tengo mi placar acomodado por colores, por estampas y diseños, pero el maquillaje no es lo mío.
-¿Cómo es un día en la vida de Mili?
Tengo una vida como cualquier otra persona pero el orden es fundamental para mí. Al no poder ver, necesito recordar dónde están las cosas y si cambian algo de lugar, no sé qué hacer y me enojo mucho. Para salir, confío mucho en las personas que me rodean porque si bien uso el bastón blanco, salir a la calle sola es más complicado de lo que parece.
- ¿Por qué?
Porque la ciudad no está preparada para personas con discapacidad visual. Pequeñas cosas como una chicharra en el semáforo que alerte cuando está en verde o en rojo cambiarían mi vida totalmente y la de muchos que como yo, no pueden ver.
"Me gustaría ser cantante profesional y
el día de mañana poner un estudio de canto en mi casa", cuenta Milagros
mientras ensaya
- ¿Te enojó alguna vez tu discapacidad?
Sí. La crisis más grande la tuve cuando nació mi hermana Romanella -hoy de 9 años-, porque pensaba: "¿por qué Dios no me deja verla? ¿Cómo voy a soportar no verla con su vestido en su fiesta de 15?". No me perdoné nunca eso.
"Niña milagro"
La madre de Milagros transitaba el séptimo mes de embarazo cuando sufrió preeclampsia, un tipo de alta presión arterial. Casi no podía comer, lo que afectaba al crecimiento de la hija que llevaba en el vientre
"Un día antes de mi nacimiento, mi mamá se hizo una ecografía y no escuchaban mis latidos. Fue a cirugía de urgencia, porque los médicos consideraban que estaba muerta en la panza. Cuando le hicieron la cesárea, lo primero que escucharon fue mi llanto. Los médicos decían que era un verdadero milagro. Estuve dos meses internada en Córdoba y el oxígeno me causó retinopatía del prematuro y perdí la vista por completo", recordó la joven.
- ¿De allí la elección de tu nombre?
No. Mi abuela quería que me llamara como mi tía, María del Milagro. Fue una coincidencia pero capaz una señal también, porque que haya sobrevivido es un milagro. Para mí familia fue un verdadero desafío tener una hija con discapacidad y más de la vista, pero hoy agradecemos a Dios que soy una chica sana.
-Creciste, fuiste al jardín, a una escuela normal, pero las instituciones a veces no se animan a los desafíos y discriminan ¿Te pasó?
Sí, y no fue fácil. Cursé jardín, primario y secundario y fui víctima de bulliyng. Lo padecí mucho. A veces, algunos chicos me gritaban: ¡`Ahí viene la cieguita!´ o se enojaban conmigo y me decían: `Vos total no ves, ciega´. Pero lo peor eran las actitudes de dejarme de lado como ocurrió en sexto año que hicieron una coreografía para un acto y nunca me avisaron. A nivel afectivo, el entorno escolar dejó mucho que desear.
- ¿Lo superaste?
Un médico oftalmólogo me dijo que lo mío no tenía solución pero que iba a crecer como una chica normal y que tenía que vivir una vida feliz, sin preocuparme. Ahí entendí que tenía que ser como era y disfrutar de la vida que me tocó.
- ¿La música te ayudó a superar los obstáculos?
La música fue, es y será mi refugio. Cuando era chica mi familia pensaba que yo no podía hacer nada, menos deporte porque no se adaptaba a la gente con discapacidad como ocurre hoy. Entonces, comencé a estudiar piano y después canto.
- ¿Cómo es tu vida social? ¿Tenés novio?
Disfruto mucho de estar con mi familia y tengo amigos, pero no tengo novio. Me gustaría algún día formar pareja, pero quisiera conocer a un chico que sea bueno, que no me quiera por mi físico sino por como soy. Quisiera que el vea las cualidades que tengo.
- ¿Qué crees que te puede enamorar?
Al no poder verlo físicamente, el enamoramiento es a través de la voz que conozco a las personas. Cuando un chico me habla, me doy cuenta la clase de persona que se acerca a mí.
- ¿Te gustaría ser madre?
Lo estuve pensando porque creo que ya tengo la edad para serlo, pero todavía no está en mis planes. Hoy quiero terminar mis estudios y tener un trabajo, esa es mi prioridad.
- Hoy el mundo transita un momento de inclusión feminista. ¿Qué postura tenés frente a ello?
Estoy a favor de la lucha de las mujeres, en contra de que nos maltraten, nos peguen y nos maten, pero no estoy a favor del aborto. La vida lo es todo. No entiendo cómo se puede interrumpir la vida de una persona que está por nacer. A mí me costó tanto sobrevivir que no concibo el aborto. Creo que hay muchas herramientas que se pueden poner en práctica antes de llegar a la interrupción del embarazo.