Crisis del transporte interurbano
La actual situación preocupa a ciudades y localidades del interior cordobés, a empresarios del transporte y a empleados que ven amenazada su fuente laboral. La reconversión del sistema del transporte interurbano provincial es una imperiosa necesidad. Se espera que se haga con racionalidad porque los conflictos terminan perjudicando siempre a quienes no tienen otro medio de movilidad para viajar.
Está generando una crisis importante la
reducción de subsidios al transporte público de pasajeros que decidió el
gobierno nacional a partir del presupuesto de este año y la del gobierno
cordobés de excluir de los aportes provinciales a las empresas. La Federación
de Empresarios del Transporte Automotor de Pasajeros (Fetap) calificó a esta
situación como una "actitud discriminatoria y arbitraria". Por ello, la entidad
notificó al Ministerio de Trabajo de la Provincia que a partir de este mes
podrá haber suspensiones y despidos de personal. Al mismo tiempo, desde el
gremio (Aoita) se advirtió que no se tolerarán medidas drásticas, por lo que el
camino hacia el conflicto está prácticamente allanado.
Esta situación afecta de manera notable a todo el interior provincial. Los viajes en micro hacia y desde la capital cordobesa, así como los que se producen entre otras localidades, son prestados por 46 empresas que emplean, en conjunto, a 3.900 personas y cuentan con cerca de 1.200 unidades activas. Éstas recorren mensualmente 13,5 millones de kilómetros y comercializan seis millones de viajes, según se publicó en un diario especializado de Córdoba. Varias de estas firmas transportistas prestan servicios en nuestra región por lo que el esquema de frecuencias, horarios y disponibilidad de viajes podría verse notoriamente alterado si el problema no encuentra solución.
Desde Fetap se advirtió de que en el interior provincial está en juego la continuidad de 30 pymes de transporte que conectan 300 localidades y dan trabajo a 1.500 personas. Y que ello obedece a que para cubrir el déficit que causará la pérdida de subsidios, la tarifa debería incrementarse a valores "imposibles de absorber" por un mercado cada vez más resentido, lo que ocasionará un serio perjuicio que podría desembocar en la quiebra de varias empresas.
Un par de consideraciones asoman como pertinentes en esta problemática. Por un lado, está claro que el retiro de los subsidios al sistema genera un panorama preocupante, especialmente porque la provincia aportará este año solo poco más de mil millones de pesos que se destinarán a las transportistas que presten servicio de hasta una distancia de 60 kilómetros desde Córdoba, lo que solo alcanza al 45% de los recorridos. Entonces, las ciudades y pueblos que estén a más distancia tendrán dificultades de acuerdo a lo que sostiene la federación que agrupa a los propietarios de las empresas.
Por otro lado, si bien el transporte de media y larga distancia ha sido subsidiado desde siempre porque los costos no alcanzan a cubrirse con la demanda de pasajes, también ha sido evidente la inconveniente diagramación de horarios y la ineficiencia de algunas empresas que no se preocupaban por brindar un mejor servicio, habida cuenta de que recibían puntualmente los aportes oficiales casi sin ningún requerimiento por parte del Estado.
La actual situación preocupa a las ciudades y localidades del interior cordobés, a los empresarios del transporte y también a los empleados que ven amenazada su fuente laboral. Por ello, se impone que el diálogo se encamine en pos de conseguir un sistema de transporte eficiente, con algún apoyo monetario del Estado, que preserve las fuentes laborales. La reconversión del sistema del transporte interurbano provincial es una imperiosa necesidad. Es de esperar que se haga con racionalidad porque los conflictos terminan perjudicando siempre a quienes no tienen otro medio de movilidad para viajar.