Bomberos, mujeres y valores
La necesaria preparación de los bomberos voluntarios es un elemento central. Más allá de su sexo, deben estar capacitados para trabajar en situaciones de emergencia y de riesgo. Porque la condición de voluntario no exime al bombero de su responsabilidad frente a la sociedad. Aunque es necesario también que la comunidad entera continúe reconociendo la importancia del voluntariado como misión social.
Se publicó recientemente en estas páginas que se desarrolló durante el mes de marzo el proceso de inscripción de nuevos aspirantes a ingresar al cuerpo activo de Bomberos Voluntarios de San Francisco. Los detalles de la convocatoria abierta que se llevó adelante permiten avizorar que varios nuevos aspirantes comenzarán a capacitarse para luego integrar el grupo de hombres y, ahora, mujeres que desarrollarán en forma voluntaria la noble tarea de combatir siniestros y apaciguar el dolor de las personas que los padecen.
El dato central es que la entidad bomberil, con más de 80 años de existencia en la ciudad, integrará mujeres a su actividad. Si bien anteriormente hubo personal femenino, revestían el carácter de brigadistas. Pero ahora serán bomberos voluntarios y aportarán la perspectiva femenina, siempre importante, para la atención de víctimas y la búsqueda de atenuar al mínimo los efectos de algún incendio o accidente.
La necesaria preparación de los bomberos voluntarios es un elemento central. Más allá de su sexo, deben estar capacitados para trabajar en situaciones de emergencia y de riesgo. Y para ello tienen que cumplir una serie de requisitos fundamentales. Porque la condición de voluntario no exime al bombero de su responsabilidad frente a la sociedad. Aunque es necesario también que la comunidad entera continúe reconociendo la importancia del voluntariado como misión social.
En este punto, ser bombero voluntario no significa subirse a un camión y tirar un poco de agua, como lo graficó el jefe del cuerpo activo en la nota publicada que hacía referencia a la convocatoria de aspirantes. Un voluntario debe ser consciente de que tendrá que enfrentar situaciones complejas, con decisiones difíciles de tomar en algunos casos y que deberán soportar pruebas muy duras. Ello es así, porque se encontrarán con realidades que, con frecuencia, afectan dolorosamente a otros seres humanos y enfrentarse a las mismas no es sencillo para quien no posee los conocimientos necesarios. Pero quien es voluntario por vocación anuncia con su ejemplo que su actividad afianza el sentido de su vida.
Bienvenidas sean las mujeres al cuerpo activo de bomberos voluntarios de San Francisco porque serán ellas las que otorgarán a la acción bomberil un sello distintivo propio de su naturaleza. Bienvenidos también sean los nuevos aspirantes surgidos de una comunidad que sabe reconocer el valor de la entrega desinteresada que durante más de 80 años han expresado cientos de bomberos sanfrancisqueños. En el cuartel del bulevar Garibaldi no solo hay autobombas y otros enseres necesarios para atender las emergencias. Allí se custodian valores perennes, bregando por aliviar el dolor sin esperar nada a cambio.