Virginia Innocenti: “Si no me abrazaba a la música y a la poesía, me moría”
La actriz Virginia lleva varios años recorriendo el camino de la música. Editó tres discos, tofos eclécticos. Hoy se para frente a un nuevo desafío con la misma pasión con la que actúa: "hermanar" la música argentina con la italiana. Y asegura que se abrazó a la música para no morir.
La actriz y cantante Virginia Innocenti enlazó la tradición musical argentina con la potencia de la canción italiana -y exploró sus zonas de intercambio- en el concierto que ofreció en la Usina del Arte como parte del festival "Verano italiano", que abordó con la intención de "provocar un estado de ensueño a partir de la emoción".
Acompañada por el guitarrista Sergio Zabala, Innocenti expresa una suerte de continuidad de su espectáculo "En la luna, canzoni d´amore", que ahora cobra una nueva forma en el barrio porteño de La Boca.
"La canción italiana es extraordinaria y es una música con la que me crié. Me interesa tomar la música como herramienta para tender puentes", reflexionó Innocenti.
La presentación en la Usina del Arte abarcó el repertorio del último disco de la cantante, "En la luna" ("el más maduro de mis tres trabajos de estudio", asegura), pero tendrá una extensión hacia canciones en italiano y otras de esa misma alcurnia pero en versiones en castellano.
Habrá en ese recorrido, sin embargo, un tránsito ecléctico porque el disco incluye interpretaciones como "La nochera" (Jaime Dávalos/Ernesto Cabeza); "A primera vista", de Chico César (sobre la versión en español de Pedro Aznar); "El día que me quieras" (Carlos Gardel y Alfredo Lepera); o "Nazareno", de la propia cantante y con timbre de guitarra y violín para una cita cinematográfica a la película "Nazareno Cruz y el lobo" (1975) de Leonardo Favio, quien a su vez es evocado directamente con la obra "Ni el clavel, ni la rosa".
La cantante y actriz, que tuvo su tiempo de exposición televisiva con productos como "Los machos", "Poliladron", "Campeones", entre muchos otros, dialogó con Télam sobre esta faceta de su carrera:
-¿Cómo funciona la relación entre las rítmicas argentinas con la canción romántica italiana?
Los espectáculos que hago son siempre conceptuales y los discos, luego, son una consecuencia de los espectáculos. "En la luna" fue el resultado de un año de presentaciones con canciones que conmueven y que me conmueven; canciones que cuentan una historia, sea de amor correspondido o no correspondido. Hay tangos, zambas, un tema de Gabo Ferro... es muy ecléctico pero me gusta trabajar de eso modo. Porque creo que a esta altura ya tengo definido un estilo particular. Me interesa valorar mucho los textos, poner de relieve el cuento que hay para contar.
En ese punto creo que, a la vez, la canción italiana tiene una potencialidad extraordinaria. Son temas con los que me crié y que representan también un viaje emotivo. Creo que por eso también fui convocada a este festival.
-¿Qué te proponés al proyectar un espectáculo?
Me gusta trabajar de esa manera; de primero hacer el espectáculo, tocar las canciones y al final el disco, y no al revés. Es una forma de trabajo a la vieja usanza, como hacían las antiguas orquestas. Eso hace que la experiencia del estudio sea muy placentera. Y te permite, como nos pasó aquí con Sergio Zabala, llegar al estudio muy claros, seguros, con un código.
El espectáculo que precedió a este disco pretendía provocar un estado de ensueño, un estado de intimidad. En ese sentido, se trata de un disco muy amable para la escucha, amable para el acompañamiento.
-Quizá el oficio de cantante tenga hoy un contexto más complejo del de la actriz, ¿Por qué estás volcada en esta etapa a la música?
Hoy es todo muy difícil en el ambiente musical, en la industria; pero debo decir que si no me abrazaba a la música y a la poesía, me moría. Yo estoy convencida de redoblar las apuestas de aquellas cosas que te dan esperanza y eso estoy haciendo.