“No hay premio Grammy que se compare con lo que yo siento cuando ríe un niño”
Piñón Fijo regresa mañana a San Francisco, esta vez, "en modo" abuelo.
Mañana sábado en el Teatro Mayo de nuestra ciudad se presentará el payaso más querido por todos: Piñón Fijo.
Con 28 años de carrera entre canciones y sonrisas, Piñón regresa a San Francisco como "Payabuelo", su nuevo rol tras el nacimiento de Luna, su primera nieta, hija de Sol Fijo.
Con un nuevo costado que descubre presentación tras presentación, como ya nos tiene acostumbrados, Piñón se robará el aplauso de grandes y chicos. VOZ MUJER dialogó con el popular personaje sobre esta etapa de su vida que muestra a un nuevo payaso sobre el escenario.
- ¡Cuántas generaciones ya disfrutaron de Piñón Fijo! y vos intacto...
Yo también tengo mis canas, pero las cubro con un bonete (risas). Uno es un bendecido por el tiempo y por la vida. El hecho de ir transcurriendo la infancia hace que el tiempo pase muy rápido y cuando menos uno se da cuenta, los niños son adolescentes, algunos se convirtieron en padres y de ahí que nace esto nuevo que estoy presentando que es el "Payabuelo".
- Pero Piñón no cambia...
Sí cambio, pero para mejor, humildemente lo digo. Uno va transcurriendo etapas. Algunos me decían que los niños son críticos y muy sinceros y la manera de mantener la relación con el niño con el paso del tiempo es a través de la sinceridad.
"Piñón es abuelo y no solo de su nieta
que lo tiene totalmente enamorado, sino de muchos bebés que son hijos de
aquellos niños que me vieron alguna vez. Es muy emocionante".
Decir la verdad es lo que hoy me ayudó a asumirme como abuelo. Al principio, podía pensar que era raro que el payaso se convirtiera en abuelo y que le pasaba el tiempo, pero es algo que nos pasa a todos. A los payasos, a los grandes..., a todos nos pasa el tiempo. Cada etapa de la vida tiene un encanto particular. ¿Por qué negarlo? Piñón es abuelo y no solo de su nieta que lo tiene totalmente enamorado, sino de muchos bebés que son hijos de aquellos niños que me vieron alguna vez. Es muy emocionante.
-En lo personal, ¿cómo vivís este momento?
Baberos para el abuelo (más risas). Luna es hija de Sol, la primera de mis dos hijos. Cuando nació Sol estuve desbordado de emoción durante una semana. Trascurrió la vida y nos regaló esta "Lunita". Cuando uno tiene una mochila vivida como la que tiene Piñón, te das cuenta que el "abuelazgo" es otra cosa. Es verdad que uno como abuelo disfruta la llegada de la vida de otra manera, se pone en otro lugar. Me convertí en padre muy joven y no disfruté como debería haberlo hecho, pero ahora sí lo voy a hacer con Luna.
- ¿Cómo fue para Jeremías y Sol ser hijos de Piñón, el payaso que le dio tanta alegría a otros chicos?
Los chicos crecieron con este oficio. Siempre tratamos de que esté todo integrado. Fuimos surfeando la ola todos juntos. La vida del artista es muy dinámica al igual que la de un niño. En un momento, ese pequeño que era simplemente un niño, se transforma en un púber y ya casi un adolescente para ser adulto. Es un universo de sensaciones que cambiar. Me pasa con Sol y Jere cuando vamos a hacer shows a la ciudad de Buenos Aires y les pregunto: "¿Se acuerdan de esto o lo otro?", y ellos me responden: "no". Y eso es porque en aquel tiempo lo único que les interesaba era el Messenger, el chat con los amigos y no prestarle atención a lo que hacía yo en el escenario. Pero soy muy respetuoso de las etapas del ser humano.
- ¿Luna se adaptó a la vida "de locos" de los Fijo?
Aparte de Luna, hay un papá de Luna y uno trata de respetar que la pequeña tiene una familia y que no pueden ser siempre las cosas como uno quiere. El tema es que cuando Luna no puede estar, se lleva a Sol, a su mamá y eso transforma todo. Pero bueno, nos vamos adaptando día a día. Ella es una bebé. Nos fuimos de viaje al Litoral y ella se bancó todo el viaje pobrecita, pero en defensa mía puedo decir que viajó ida y vuelta en avión, mejor que su abuelo Piñón, que hacía dormir a su mamá y a su tía al lado en una gramilla o en la funda de la guitarra mientras yo pasaba la gorra después de actuar en las calles de Villa Carlos Paz.
- En esta película de tu vida... ¿qué reflexión haces hoy?
Uno va cambiando varias cosas, pero el motor es el mismo. Es la pasión, la vocación por este oficio, que no sé quién me la inyectó en esta vida. Tengo las mismas ganas y felicidad de hacerlo como cuando viajé en un viejo Peugeot 404 a San Francisco de la mano de una maestra jardinera para brindar un show allá y después de mucho tiempo, el padre de ésta me contactó con su hija para volvernos a encontrar. Es la obsesión de subir al escenario para hacer música y escuchar el mejor aplauso que es el de un niño y no hablo del acto físico de aplaudir, sino la carcajada más espontánea de una criatura que se ríe con toda su sinceridad cuando le mostrás un títere o le contás algo. No hay premio Grammy, Oscar o un gol para un jugador de fútbol que se compare con lo que yo siento cuando ríe un niño. La carcajada de un niño es la más sincera.
- Los grandes también se ríen, y mucho....
Sí, y es un momento hermoso porque se despierta el niño que hay en cada adulto.
Payabuelo, en el Mayo
Las entradas para asistir al show de Piñón Fijo mañana, desde las 15 en el Teatro Mayo, pueden adquirirse en boletería, desde las 10 hasta el inicio del show (a las 15) o a través dewww.tuplateavip.com. Precio: vip, $ 440; medio, $ 370; platea alta, $ 310 y pulman, $ 260. Niños de 1 a 2 años, se cobra seguro por $120.