Venezolanos roban caballos para poder comer por la crisis económica
En Venezuela la carne de estos animales podría alcanzar una cotización de 1.400 dólares en el mercado. Los vecinos eligen romper cercas llevarlos para cocinar o venderla.
Ganaderos de todo el país se quejan de que sus rebaños están siendo saqueados por ladrones que roban los caballos para comer o vender su carne. En distintos lugares, empresas y universidades se muestran imágenes con los cuerpos tirados y descuartizados por grupos de hombres que fueron sorprendidos vendiendo carne de caballo robada.
Los profesores del campus de la Universidad Central de Venezuela en Maracay se quejan de que los ladrones se llevaron los aparatos de aire acondicionado y los cables eléctricos, obligándolos a dar clase en aulas a oscuras y con el sudor corriéndoles por la espalda. Pero ahora los delincuentes parecen haber centrado su atención ahora en el sacrificio de caballos y otros animales vitales para el aprendizaje de la próxima generación de veterinarios de la nación.
Desde finales de 2016, siete vacas, incluyendo un valioso toro que era el centro del programa de reproducción del centro, fueron sacrificados por bandidos que se cuelan en el campus aprovechando la noche.
Tradicionalmente, los venezolanos han sentido repulsa ante la idea de comer carne de caballo, lo que hace que los recientes acontecimientos sean especialmente inquietantes, señalan los maestros, que sospechan que los clientes compran el producto a sus carniceros pensando que es carne de res.