Una amistad que nació en la “colimba” y perdura a fuerza de unión y organización
En el Día del Amigo rescatamos la historia del grupo de la Clase 1939, que desde hace décadas se reúne con el fin de fraternizar. Una reunión grupal que nació a partir de jóvenes que fueron parte de la "colimba".
La Peña se
inició en 1970, "la iniciativa surgió por los chicos que en su momento hicieron
el Servicio Militar Obligatorio en la Fábrica Militar de nuestra ciudad, a lo
que se sumaron quienes lo hicieron en otras partes del país, podían venir siempre
que hubieran nacido en el año 1939", destacó Hugo Madonna, uno de los
integrantes de la agrupación.
Las reuniones comenzaron a darse mensualmente y los lugares elegidos eran diversos clubes de la ciudad, como por el ejemplo el Club de Cazadores o el Aeroclub. "Nos juntábamos los segundos miércoles de cada mes, y con nuestras mujeres también hacíamos una reunión mensual, un almuerzo", señaló por su parte Adolfo Adán Sotto.
A estas reuniones se sumaron viajes, los miembros acordaron y visitaron en conjunto países vecinos, como Chile o Uruguay. "Hasta cruceros hicimos", resaltaron entre risas. Y no faltaron las causas benéficas, como la ocasión en que donaron un lavarropas industrial (que todavía funciona) al Pequeño Cottolengo Don Orione.
El broche de oro
Los años se sucederían, como así también las décadas, y cumplirían 50 años juntos, hecho que no pasaría inadvertido ya que se realizaron una gran fiesta en la Sociedad Bomberos Voluntarios, cuando corría el año 1989, en el mes de noviembre.
"Además de los que nos juntábamos siempre, recurrimos al padrón y fuimos llamando a muchos que nacieron en el '89 para que se unieran a la fiesta. Hubo gente también de los pueblos vecinos, en total, entre los presentes, superamos las mil personas, fue nuestro broche de oro. Pusimos unos atriles grandes en donde cada uno tenía una foto recordatoria de los que hicieron el servicio militar. Así podíamos identificar los distintos grupos a los que habíamos pertenecido", resaltaron con orgullo Julián Ruiz y Hugo Silva.
Calendarios para no olvidar los acontecimientos importantes
Y las reuniones hasta el día de hoy no se detienen, inclusive formaron una comisión que se renueva anualmente. Asimismo, cada año realizan una impresión de calendarios en los cuales quedan marcados los días de reunión, como sucede con los domingos -uno por cada mes- en los que se juntan a almorzar, o en las reuniones previstas de los miércoles.
"Marcamos lo que vamos a hacer durante el año y si hay algún acontecimiento que puede surgir de manera urgente, dejamos establecida una cadena de avisos de quien debe llamar a tal y así pasar la información", finalizaron.
Sin dudas una amistad que perdura por el sentimiento y la organización. Estos más de 25 miembros, entre hombres y mujeres, de la ciudad y la región, no piensan abandonar lo que ya se tornó una sana costumbre.