Un aliado en tiempos de aislamiento: ¿cómo surgió la pizza congelada?
En tiempos de cuarentena, donde debemos salir lo menos posible a hacer compras, las comidas freezadas nos pueden salvar. Vos, ¿sos de guardar pizzas congeladas que te saquen del apuro?
Junto a las milanesas, las empanadas y el asado, la pizza es uno de las comidas más consumidas por los argentinos.
Las hay caseras, simples y sencillas, o más bien recargadas. Algunos las prefieren con anchoas o palmitos, otros a la napolitana o simplemente de muzzarella.
Pueden ser a la piedra, cocinarse en la parrilla o simplemente adherirle cosas arriba y llevarla al horno.Pero existe una forma que, si bien no es la ideal, muchas veces nos saca del apuro cuando llegamos a casa de noche, cuando estamos apurados o simplemente podemos salir pocas veces de nuestro hogar, como ahora.
Se trata de la pizza congelada industrial, que se guarda en el freezer durante semanas y podemos disponer de ella cuando queramos. ¿A quién se le ocurrió la idea de fabricarla y reservarla en ese estado? La iniciativa no provino ni de Italia (su lugar de origen) ni de nuestro país, sino de Estados Unidos.
Tuvo su origen en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando las fuerzas estadounidenses se encontraba en el sur de Italia durante la ocupación y conocieron la pizza, que tuvo mucha aceptación. Aunque ese fue el primer paso hasta llegar al producto congelado.
Un artículo del New York Times del año 1950 informaba que fue Leo Giuffre quién ayudó a crear una industria global millonaria, aunque quien obtuvo la patente fue Joseph Bucci en el año 1954.
Este empresario tenía la intención de solucionar los problemas con una masa de congelación rápida para que la pizza tuviera la textura correcta al momento de cocinarse. Su solicitud de patente decía: "el objetivo de mi invención es proporcionar un alimento congelado donde la humedad no deseada no penetre la base de la pizza, independientemente de la temperatura de la comida", dijo.
Además de Bucci, hubo otros pioneros. La madre de todas las pizzas congeladas, la primera en venderse a nivel masivo en los Estados Unidos fue obra de una mujer de Minnesota llamada Rose Totino. En la década del 60 puso su propio restaurante y fue dueña de la marca de pizzas más vendidas.
En nuestro país, la primera en arribar fue Sibarita que, con su popular eslogan, encontró un nicho en el mercado.