Tres de cada cuatro ecuatorianos votaron en la consulta que enfrentó a Moreno y Correa
Los ecuatorianos fueron a las urnas en el marco de una consulta popular impulsada por el presidente Lenín Moreno, que busca limitar el regreso de su antecesor.
Millones de ecuatorianos fueron este domingo a las urnas para pronunciarse en la consulta popular impulsada por el presidente Lenín Moreno, que procura, entre otros temas, limitar el regreso al gobierno de su antecesor, Rafael Correa.
Emitieron sus votos 74,80 por ciento de los más de 13 millones de ciudadanos empadronados -incluidos unos 400.000 en el exterior-, lo que representó una tasa de concurrencia algo más baja que en comicios anteriores, informó la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Nubia Villacis.
La funcionaria aseguró que el proceso se desarrolló con "normalidad y tranquilidad", según reportó la agencia de noticias EFE.
Los ciudadanos fueron consultados sobre siete preguntas, relativas a temas tales como la corrupción, la reelección ilimitada, el cuidado del ambiente, la minería y los delitos sexuales contra menores.
La jornada transcurrió "en paz, con tolerancia, con respeto, con solidaridad", según afirmó Moreno un rato antes del cierre de las urnas, y el final dio paso a la ansiedad por los resultados.
Dada la complejidad del escrutinio, puesto que cada voto incluye siete respuestas, el CNE anunció que solo divulgará resultados parciales después de las 20 (las 22 en la Argentina), en tanto que los definitivos estarán disponibles dentro de 10 días.
La consulta implica una competencia entre Moreno y Correa, correligionarios y hoy ásperos adversarios y fervorosos promotores del Sí y el No a las preguntas formuladas, respectivamente.
De hecho, una de las cinco primeras preguntas -que implicaron un referendo, pues propusieron enmiendas a la Constitución- postula volver a limitar a una sola la posibilidad de reelección para todos los cargos de elección popular.
De triunfar el Sí a esa pregunta, Correa -quien gobernó entre 2007 y 2017- no podrá volver a postularse a la Presidencia.
Otra de esas preguntas propone que todo condenado por corrupción sea inhabilitado para actuar en política y pierda sus bienes, lo que también podría afectar hipotéticamente a Correa, sobre quien se divulgaron sospechas de corrupción en los últimos meses.
Correa no solo llamó a votar No sino que consideró a la consulta como inconstitucional y una ruptura del estado de derecho.
Parte del precio que pagó en la campaña fueron las nuevas denuncias judiciales en su contra y hasta los ataques físicos que sufrió en algunas ciudades que visitó para llamar a votar negativamente las siete preguntas.
Moreno pidió a los ciudadanos que ayuden a su gobierno a "orientar o reorientar cualquier tipo de decisión" y aseguró que la decisión en las urnas "será plenamente respetada".
Subrayó que la consulta implicó decisiones fundamentales para que "los niños vivan protegidos" y "para que las personas corruptas no vuelvan a burlarse" de los ecuatorianos.
En tanto, Correa -que debió tramitar un justificativo al no poder votar por estar empadronado en Bélgica- no se había pronunciado hasta esta tarde y cumplía una "agenda privada", según sus colaboradores.
La relación entre Moreno y Correa marcó a pleno el proceso de la consulta: hubo entre el mandatario y su antecesor primero frialdad, después enojo, más tarde severos cuestionamientos cruzados y al final, simplemente, una distancia abismal y acusaciones de traición hacia un lado y de corrupto hacia el otro.
La disputa comenzó cuando Moreno habló de la "crítica situación económica" en la que asumió, se agudizó con su tejido de buenas relaciones con la oposición de derecha y terminó de agrietarse cuando su vice, Jorge Glass, un firme correísta, fue preso por corrupción derivada del llamado "caso Odebrecht".
La campaña permitió también que algunas plataformas se lanzaran o se conformaran, junto a sus respectivos líderes, y que anunciaran que buscarán convertirse en partidos políticos.
Son los casos de Libertad es Pueblo y Democracia Sí, encabezados por Gary Moreno, hermano del mandatario, y por Gustavo Larrea, amigo, respectivamente.