Traslado de reclusos y seguridad
La cinematográfica fuga de nueve internos, que eran trasladados en un vehículo del Servicio Penitenciario, a plena luz del día y en una autopista muy transitada, es solo un eslabón más de una larga cadena de desaciertos e inacción que genera honda preocupación en la ciudadanía y devuelve al primer plano del interés público a una temática que aún no encuentra respuestas positivas: la inseguridad continúa siendo una realidad agobiante.
La conflictiva realidad del país en materia económica ha dejado, aunque sea momentáneamente, de lado la discusión que debe continuar sobre cómo encarar el problema de la seguridad, una necesidad imperiosa para reacomodar aspectos del estilo de vida de las distintas comunidades hoy afectado seriamente por el auge del delito en todas sus formas.
Esta última aseveración cobró nuevamente fuerza cuando se supo de la cinematográfica fuga de nueve internos de la cárcel de Coronda, Santa Fe, que eran trasladados en un vehículo del Servicio Penitenciario que los trasladaba hacia ese penal desde Rosario y en plena autopista, luego de participar de una visita a familiares en la cárcel de la tercera ciudad del país.
Las informaciones cruzadas y las sospechas sobre lo que realmente ocurrió se dispersaron con velocidad inusitada. La respuesta algo tardía de las autoridades responsables de la provincia contribuyó a alimentar los rumores. Finalmente pudo certificarse que el minibús que trasladaba a 13 presos custodiados por nueve agentes se detuvo en la banquina luego de que los guardias percibieran un foco de humo y fuego en el sector donde iban los internos. Al abrir la puerta del fondo del colectivo los presos se abalanzaron contra el personal, despojaron de sus armas a cuatro de ellos y se originó un tiroteo que culminó con dos penitenciarios con heridas leves. Tras ello algunos de los evadidos robaron dos autos en las inmediaciones para darse a la fuga, vehículos que aparecieron abandonados horas después.
Por cierto, se trata, en algunos casos, de delincuentes muy peligrosos cuya recaptura es imperiosa. Pero además el episodio dejó al desnudo las falencias evidentes que en materia de seguridad y traslado de reclusos evidencia la provincia de Santa Fe y que desde hace mucho tiempo son motivo de preocupación ciudadana sin que se hallen respuestas desde los ámbitos que corresponden.
Es verdad, no obstante, que no solo en la vecina provincia ocurren sucesos tan confusos como el relatado cuando de traslados de presos se habla. El no cumplimiento de los protocolos por parte de los agentes de los distintos servicios penitenciarios es repetido en algunos casos. La connivencia y la corrupción también pueden hacer su parte. Y, además, las carencias presupuestarias y de infraestructura son tan manifiestas como alarmantes.
En este último aspecto, vale recordar que hace pocos días el subdirector de Traslados del Servicio Penitenciario Federal, dijo en un juicio que se encuentran en una "situación crítica" en la que tienen solo nueve camiones en todo el país para movilizar a los detenidos y que además "no cuentan con la más mínima seguridad" tanto para los presos como para los agentes.
Como se observa, el escape de película de sujetos muy peligrosos ocurrido a plena luz del día y en una autopista muy transitada puede ser solo un eslabón más de una larga cadena de desaciertos e inacción que genera honda preocupación en la ciudadanía y devuelve al primer plano del interés público a una temática que aún no encuentra respuestas positivas: la inseguridad continúa siendo una realidad agobiante.