Toda ciencia vale
Gabriel Montali, quien es doctor en Estudios Sociales de América Latina, es uno de los flamantes becarios posdoctorales elegidos para investigar y que su trabajo se convierta en un aporte al conocimiento de nuestro país y América Latina. Contó acerca de su caso y la situación de la ciencia en Argentina.
Por Ivana Acosta | LVSJ
La carrera de investigador aparece siempre ligada a los científicos del Conicet pero también hay quienes desde hace muchos años trabajan en una suerte de periferia produciendo aportes para el crecimiento y desarrollo del país en distintas áreas.
Un poco de esto fue lo que le pasó a Gabriel Montali, que se fue hace muchos años de San Francisco a estudiar Comunicación Social, pasó por el periodismo y la docencia, inició el camino de la investigación y se transformó finalmente en un doctor ¿En qué? Estudios Sociales de América Latina por el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba.
Creció mucho durante todos estos años y cambió mucho más desde que lo conocí al frente del aula cuando nos daba clases como profesor de la Universidad Nacional de Villa María (Unvm) de una carrera de la que somos colegas.
El profesor cambió mucho, tanto que ahora es uno de los cientos de nombres que figuran en las listas de los seleccionados por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) con una beca posdoctoral. Lo que hace algunos años le había sido negado cuando solicitó una para realizar su doctorado, ahora le fue otorgado para profundizar en el tema de su tesis.
La beca de Montali es posdoctoral y se concedió por un plazo de dos años para dedicarse exclusivamente a la investigación. Según sus propias palabras solo se puede aspirar a un cupo en esta categoría una vez que se completaron los estudios del doctorado.
"Precisamente, el objetivo es que profundices, en esos dos años, parte de los temas que ya trabajaste en la tesis doctoral. Es decir, que sigas especializándote en esos temas, lo que a su vez implica perfeccionar tu formación como docente y, en mi caso, como trabajador de las ciencias sociales en general", añadió tras ser consultado por LA VOZ DE SAN JUSTO.
Allanar el camino
Alcanzar este objetivo no fue fácil para él significa muchas cosas en un ámbito que para todos los "mortales" es siempre una aspiración, pero donde durante mucho tiempo se lo deja de lado. Aunque la descripción de lo que se vive sale de la boca del propio Montali:
"Significa un reconocimiento al trabajo, al esfuerzo puesto en una formación muy exigente, poco valorada y en la que la mayor parte del tiempo te la pasas tanteando en la incertidumbre".
Se requiere de un director y una universidad que avalen la presentación, antecedentes en investigación y docencia. Atravesar el riguroso criterio de especialistas en el área, publicar papers y además que la propuesta de investigación sea netamente original. Asimismo, no hay una cantidad fija de becas disponibles, todo depende de los ánimos o el gobierno.
"En mi caso, en 2014 me postulé a una beca del Conicet para terminar mi doctorado y no me salió. Por suerte, sí me salió la beca en la convocatoria que todos los años realiza la UNC, que para mí fue una gran ayuda", aclaró lo que fue útil para que este sanfrancisqueño ahora sea doctor.
Nuevos espacios de trabajo
Ya ahora dedicado al plan de trabajo de la beca posdoctoral, seguirá trabajando en la línea de la tesis que escribió desarrollada en el campo de las ciencias sociales.
"En ella hice un abordaje comparativo de los procesos de radicalización política que vivieron la Argentina y Uruguay entre las décadas de 1950 y 1970 - puntualizó -. Mi enfoque sobre el período lo realicé a partir de las biografías y de la producción literaria de Eduardo Galeano y Francisco Urondo. Es decir, indagué las maneras en que los conflictos de la época impactaron tanto en sus decisiones de vida, como en el tipo de literatura que elaboraron en esos años".
Montali agregó que uno de los aspectos más relevantes de esa investigación estuvo en el abordaje de las tensiones que Urondo y Galeano afrontaron dentro de sus propios espacios de militancia "Se vivía con enorme conflictividad el modo en que el campo de la izquierda fue decantando hacia un verticalismo militarista frente al que mantuvieron una posición paradójica: entre el rechazo tajante y una suerte de aceptación originada en el modo en que parte del progresismo interpretó la política en esos años".
En su análisis la violencia que decantaba desde los Estados latinoamericanos desde los años '50 no quedó de lado, y debido a la complejidad del tema es que con la beca seguirá nuevas líneas de profundización de esta temática.
"Lo que ahora me propongo es traer parte de esas discusiones al presente para indagar como se expresan, en este momento, los discursos contestatarios. Es decir, observar cómo se configuran, desde la literatura y el periodismo, discursos que cuestionan la organización política, económica y cultural de nuestra sociedad", adelantó sobre sus nuevos objetivos.
La vida del investigador
Haber llegado hasta este punto y ser becado por Conicet no es algo aleatorio en la vida de Montali sino fruto del trabajo de largos años donde investigó desde afuera y enseñó en las aulas de distintas universidades. En este momento tiene estudiantes en Villa María (da clases en San Francisco), Blas Pascal y Uces.
Además, trabaja en dos equipos de investigación hace ya cinco años de universidades diferentes: Villa María y Córdoba ambas del espectro nacional. "En ambos nos dedicamos a analizar temáticas pertenecientes al campo de los estudios culturales. Parte de esos temas tienen que ver con el estudio de las políticas que aplica el Estado, a nivel nacional y provincial, en las áreas de comunicación y cultura; y otra parte aborda las maneras en que impactaron en el campo intelectual, sobre todo en los espacios periodísticos, los distintos conflictos que vivió el país desde mediados del siglo XX", sostuvo el doctor.
Montali dijo que "continuar como investigador es una opción que maneja" pero de nuevo aparece la incertidumbre: "Dependerá de cómo me desenvuelva a nivel laboral en estos años. No obstante, investigación voy a seguir haciendo así sea en la órbita del Estado, como trabajador formal del Conicet, o de manera independiente, como una de mis actividades ligadas a la docencia y al periodismo".
Durante la entrevista, le pregunté a Montali ¿Qué le diría a quienes quieren incursionar en el área de la investigación? Al responder retomó el hecho de investigar independientemente de hacerlo con una beca de Conicet, de otra institución o de forma independiente: "No hay que cerrar opciones. Hay que mantener varias líneas de trabajo abiertas porque, como pasa en cualquier profesión, la inestabilidad a la que permanentemente está expuesto nuestro país, por muchos factores que no tienen que ver sólo con la política y la economía, hace que en ciertos momentos algunas puertas se cierren y que sea necesario tener a mano alguna alternativa".
Revalorizar las ciencias sociales
A lo largo de los cuatro años anteriores, donde Mauricio Macri fue presidente, las ciencias sociales y aportes de los investigadores fueron atacadas severamente desde distintos espacios, profundizándose la pregunta acerca de su utilidad y los aportes que profesionales del área hacen con sus estudios.
Montali dijo que tienen "la misma importancia que tienen las ciencias exactas" y en la misma línea contó cuál es el valor de los estudios en el campo de los estudios culturales, los mismos no tienen una línea única de afluencia sino que debe abordárselos de forma interdisciplinaria.; en este caso confluyen la comunicación, la historia y la sociología.
Acerca de esto desarrolló detenidamente lo que hace en su vida diaria: "Los resultados de nuestro trabajo permiten abordar en profundidad el debate sobre problemas muy importantes que afectan a nuestro país. Mi tesis, por ejemplo, está muy vinculada a los estudios que indagan las maneras en que la Argentina suele ingresar en escenarios de enorme polarización política, como el actual. Eso supone pensar qué se ha entendido y qué se entiende en nuestro país a la hora de hablar de política, democracia, libertad de opinión, desigualdad y otros conceptos que están en la base de la configuración de nuestra cultura".
Los aportes que se obtienen de sus trabajos "son útiles para pensar iniciativas públicas que mejoren la calidad de la democracia, sea en lo que hace al rol del Estado como en lo relativo a la convivencia social".
De Macri a Fernández en el campo científico
Todos recuerdan el desarrollo educativo y a nivel científico que hubo en el país durante las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner, una línea que a su modo el actual presidente Alberto Fernández busca retomar. En el medio pasó la política para el sector del exmandatario Mauricio Macri y un contexto totalmente diferente para muchos investigadores.
Montali se refirió a esta suerte de pasaje político que hay entre Macri y Fernández y el impacto que tendrá en el sector. "Hay que entender algo: el fanatismo discursivo apenas sirve para contarse fábulas, ya que es un pésimo punto de partida si se quiere comprender los fenómenos sociales. En ese sentido, es innegable que el macrismo tuvo una política científica desastrosa", subrayó.
Sin embargo sus palabras no se detuvieron ahí sino que Montali dio una serie de argumentos acerca de porqué esto se configuró: "Primero, por el enorme desfinanciamiento del sector, que Fernández parece querer corregir. Y segundo, por el desprecio que mostró la gestión de Macri hacia nuestro trabajo". En este sentido recordó "la persecución mediática que sufrieron varios referentes del Conicet, muchos de ellos con posturas muy críticas hacia el kirchnerismo, cuando los científicos se movilizaron en 2016 en contra del ajuste que aplicó Cambiemos en el sector".
El doctor enunció que "lo hecho por el macrismo responde a una idea muy concreta sobre el papel de la educación y la ciencia en una democracia, y sobre la democracia en sí", y allí recordó la "metáfora insuperable acerca de 'caer en la escuela pública'".
No obstante, no no todo termina allí, porque para él "la política educativa no pasa únicamente por una cuestión de plata", y por eso continuó diciendo: "En el caso del área de ciencias, diría que lo más importante es lo que el Estado hace con nuestro laburo. Ahí hay una enorme deficiencia que afecta a todos los gobiernos de la democracia. Y en este punto, hay muchos aspectos para sentarse a revisar y discutir los tres gobiernos kirchneristas".
¿En qué sentido? Suena muy claro todo cuando ejemplifica su idea. "Hace casi tres décadas que un grupo muy significativo de especialistas viene investigando la violencia en el fútbol, con análisis y resultados muy importantes que han captado el interés de las academias de otros países. Curiosamente, ninguno de nuestros gobiernos ha mostrado interés por aplicar los aportes elaborados por esos especialistas, a los que el Estado financia para obtener información que nutra las políticas públicas".
Montali expresó que "Sea por lo que sea, los sucesivos gobiernos le han dado la espalda, en este caso, al Conicet". Un caso así es vivido "como una derrota" y este investigador invitó a que todos se planteen esa situación: "Te pasás veinte años construyendo un laburo de calidad, y de mucha utilidad, por el que tu propio empleador no muestra ningún interés. En ese sentido, Fernández, a nivel nacional, y Axel Kicillof, en la provincia de Buenos Aires, han tenido la pésima idea de dar continuidad a la línea que se viene aplicando desde siempre para tratar la violencia en el fútbol: la represiva".
Hay que recordar aquí que se optó porque Juan Manuel Lugones siga al frente en la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide). Esto para el sanfrancisqueño "se trata, apenas, de un ejemplo de la desconexión entre las políticas públicas y los insumos que produce la ciencia".