Tiene 16 años, donó una bicicleta y se quedó a cortar el pelo
Pedro Genesio es estudiante del Instituto Pablo VI. Se convirtió en voluntario del merendero "La Amistad" de Frontera cortando el cabello a los chicos que asisten a este lugar.
Por Celina Pedrone (*)
El sábado 7 de Septiembre, fue el día que marcó un antes y un después en la vida del joven de 16 años, Pedro Genesio, quien cursa el quinto año en el Instituto Pablo VI de nuestra ciudad. Según su propia descripción, le gusta salir con sus amigos y es uno de los más carismáticos del grupo, pero nada raro dentro de su contexto.
Pero su historia dio un vuelco cuando donó una bicicleta al merendero "La Amistad" y por un día se convirtió en un peluquero solidario. El joven contó a LA VOZ DE SAN JUSTO cómo fue su experiencia y por qué decidió cambiar su rutina diaria e integrarse en un espacio popular.
Pedro, quien como hobby cortaba el cabello a sus amigos en el quincho de su casa, confesó que "al ver mucha televisión, por ahí en un punto llegas a pensar que la pobreza es toda mentira y que sólo le sirve al show mediático".
Pero la donación de una bicicleta hizo que rotundamente modificara su enfoque con respecto a la desigualdad y la pobreza. "Te encontrás con otra realidad que hasta ese entonces no conocía", indicó el joven.
"Llegué, dejé la bici y había otras donaciones de comida que había dejado la gente. Pero en eso veo a gente con sus ollas para buscar comida para cenar a la noche y eso yo no lo sabía y nunca lo había presenciado", expresó el joven.
El profesor Emiliano y Pedro Genesio
Antes y después
Fue tan fuerte esa situación que empezó a ver que sucedía en ese lugar. Además, de entregar un plato de comida también se da apoyo escolar, hay una huerta y otros proyectos. El estudiante buscó el asesoramiento del profesor Emiliano Buffa, quien hace unos años colabora en este espacio.
Pedro pensó que podría sumarse cortando el pelo a los chicos que asisten al merendero como lo hace en el quincho de su casa a sus compañeros. El vivir esa experiencia generó en el joven mucho entusiasmo y ganas de seguir colaborando. "Ir una sola vez me hace sentir que no cumplí mi función todavía. Yo llegue a mi casa sin saber bien lo que había hecho hasta que vi las fotos y los chicos estaban sonriendo", confesó.
La solidaridad le cambió la perspectiva de vida, generalmente los jóvenes descartan ideas que les parecen interesantes, quizá por falta de tiempo y otra veces por pereza
"Ir
una sola vez me hace sentir que no cumplí mi función todavía. Yo llegue a mi
casa sin saber bien lo que había hecho hasta que vi las fotos y los chicos
estaban sonriendo", confesó Pedro.
Con respecto a esto, Pedro comentó: "A mí siempre me gustó ayudar o tenía la idea de hacerlo, pero nunca cumplía porque es la vida del adolescente, vivís a lo rápido, te gusta algo pero te olvidas después, lo dejas pasar y ahora que se me dio la oportunidad fui y realmente quiero volver".
"A todo esos chicos que les interesa colaborar y no saben cómo, les diría que se hagan el tiempo porque siempre hay espacio para todo, yo también salgo, soy el más cayo en las salidas, pero eso no me quita el poder tomarme el tiempo para ser solidario", sostuvo el joven.
En el futuro tiene pensado estudiar para ser Ingeniero agrónomo y trabajar en el campo de su papá, pero el hecho de haber sentido la satisfacción de ver la sonrisa de los niños, indicó que lo "están incentivando a no dejar de hacerlo en un futuro".
El merendero La Amistad
El espacio está ubicado en barrio San Luis y San Roque a tres cuadras de barrio San Javier. Reciben chicos de estos barrios como también de Estación Frontera. Funciona los lunes, martes y jueves de 17.30 a 18 y sábados de 14 a 18hs.
Para colaborar con el merendero: Instagram y Facebook: Merendero la Amistad.
(*) Estudiante de Comunicación Social, Centro Regional de Educación Superior (Cres)