“Somos como unidades de fragmentos de los lugares en los que estuvimos y la gente que conocimos”
Así lo entiende la actriz de Devoto, María Elena Troncoso, en una entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO.
María Elena Troncoso es oriunda de Devoto, allí comenzó su relación con el arte, con la actuación. Hoy, tras su paso por la función pública, la actriz y abogada regresó al teatro para ponerse en la piel de Consuelo Suncín (viuda de Saint-Exupéry) en la obra "El último viaje de Consuelo de Saint-Exupéry".
Dicha obra busca reivindicar el rol, para muchos desconocido, de Consuelo en la tan conocida obra literaria francesa, y con ello el de la mujer en sí. "Saint-Exupéry compartió con ella un universo poético, incluso hay bocetos originales en donde consta que ella habría participado de los dibujos de El Principito. La obra plantea un poco esta cuestión de si no es ella la verdadera autora. Se partió de un archivo histórico documental que realizó Alejandro Finzi para establecer conexiones con lo ficcional".
Es interesante conocer que Consuelo nació en Armenia, un departamento de Sonsonate (El Salvador), "donde hay volcanes y otros paisajes que después se encuentran en El Principito, cuando nosotros por los preconceptos y nuestro eurocentrismo pensamos rápidamente que todo salió de Europa. Se toman los siete minutos que pasan antes de su fallecimiento. Ella hace una retrospectiva desde donde está internada a lo que fue su vida".
La necesaria pregunta sobre quién escribe la historia
Tal como se mencionó, la obra reivindica el lugar de la mujer, "todos los que van a ver la obra después buscan información sobre su vida, hacen como un puente con la historia, que nos muestra otra faceta de lo que fue ese universo poético. Estos son tiempos en los que estamos redescubriendo a las mujeres y los roles que tuvieron. Y vale preguntarse quién escribe la historia, pareciera que fueron siempre plumas masculinas", aporta María Elena en entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO .
La niña que buscaba leer Hamlet
Fue en su mismo pueblo y a temprana edad cuando María Elena comenzó a tomar contacto con el teatro. Esa niña asistía al taller de Raquel Camusso. "Empecé con 9 años, era a partir de los diez pero Raquel me aceptó. Me acuerdo que la profe hablaba de Hamlet y un tal Shakespeare, entonces me asocié a la Biblioteca Municipal. La que era bibliotecaria en ese tiempo todavía se acuerda porque le pedí Hamlet (risas). Me lo llevé a mi casa. Me dieron una edición que tenía las hojas pegadas, porque no se leía".
Con los años su camino prosiguió en Córdoba, donde estudió Derecho y Teatro, " o Teatro y Derecho", aclara.
Su talento comenzó a dar sus frutos cuando llegaba a la veintena de edad, ya que
se presentó a un casting para una obra en la Comedia Cordobesa. Se trataba de un papel protagónico de una obra basada en una novela de Gabriel García Márquez. Conseguirlo la marcó. Y fue el primer contacto con el elenco del que formaría parte más tarde rindiendo concurso.
Unir el Arte y el Derecho
Después comenzó a trabajar en Cultura en la Provincia. "Uní el derecho y el Arte trabajando sobre muchas reglamentaciones y leyes. Muchas de ellas están todavía", afirma.
En 2011 pasaría a trabajar para la Nación en el ámbito cultural (su último cargo, de hecho, fue el de subsecretaria de Cultura y Creatividad). "Tuve la posibilidad de conocer la cultura del país, de diseñar políticas federales. Así como yo veía a mi pueblo desde Córdoba, desde Buenos Aires pude ver nuestra provincia con otra perspectiva", señala la actriz.
Sobre la actual gestión del gobierno nacional en materia de cultura, responde: "Hoy se trabaja desde otros lineamientos, yo, por ejemplo, creé el Instituto de Cultura Pública con becas de formación para trabajadores de la cultura de todo el país. Actualmente se dio de baja ese instituto y ya no se dan becas, hay que concursar. O se cobra para entrar a los Museos nacionales cuando antes no era así. Es la línea de este gobierno".
La vuelta al escenario, "a la libertad creativa"
Troncoso ha vuelto a los escenarios, a La Comedia Cordobesa, en la cual tiene un cargo por concurso. "Al principio fue difícil acostumbrarme a la vuelta, hallo en este paso un enriquecimiento desde el punto de vista creativo, un volver a tomar impulso para seguir. Se va a estrenar una obra mía en Villa María (Efecto Axe o hasta las muelas del juicio), me sirve ponerle acción a ideas con las que trabajo o desde dónde quiero hablar. Volví a descubrir la libertad creativa. Siento que me vuelvo a reconectar".
"Una vez que te fuiste de tu lugar no sé si se vuelve a pertenecer, uno se queda en la cabeza con 'mi Córdoba', y cuando volvés vos sos otro, Córdoba es otra, lo mismo con la gente que te rodea. Somos como unidades de fragmentos de los lugares en los que estuvimos y la gente que conocimos. Somos fragmentos de vida, de experiencias", finaliza.