Semáforos: respuesta a un añejo reclamo
La existencia del semáforo en la esquina de las escuelas Normal y "del Trabajo" es un avance significativo. El trabajo en las familias y en la propia escuela será importante a partir de ahora para que se comprenda que el semáforo es una herramienta a favor de la seguridad y no un obstáculo que hay que salvar de cualquier manera.
El emplazamiento de semáforos en la esquina de bulevar Sáenz Peña y Rivadavia, a metros de las escuelas Norma "Dr. Nicolás Avellaneda", Ipet Nº 50 "Ing. Emilio F. Olmos" y Rafael Núñez, va camino a convertirse en una realidad. Desde hace varios años, los vecinos del sector y los miembros de las distintas comunidades educativas.
En especial los centros de estudiantes llevaban dos años insistiendo para incorporar este tema en la agenda municipal tras lo cual y luego de hacer público su reclamo, finalmente el sector tendrá el semáforo de cuatro tiempos para agilizar el flujo vehicular, llevar seguridad vial y prevenir accidentes. Las informaciones señalan que estará el semáforo en funcionamiento poco antes de que comiencen las clases, lo que otorga otro matiz de tranquilidad a los padres de los chicos que concurren a esas escuelas. Y también a los vecinos del sector.
Vale recordar que allá por noviembre de 2018 se planteó, luego de un serio accidente ocurrido en esa esquina, la necesidad de ordenar de alguna manera el tránsito, en virtud de que se trata de una intersección muy transitada, con calles de doble mano. Se imponía, por lo tanto, que las autoridades escucharan la demanda y pusieran manos a la obra. Finalmente ha sucedido así y es un hecho para destacar.
El semáforo comenzó a colocarse en las últimas horas para empezar a funcionar ante del 2 de marzo que empiezan las clases
De todos modos, conviene advertir que el semáforo es un instrumento regulador solamente. Y que la responsabilidad de la seguridad en el tránsito también le cabe a quienes se conducen en vehículos de todo tipo y a los peatones. Muchos estudiantes concurren a los colegios de la zona en motocicletas o bicicletas. Y en varias esquinas semaforizadas de la ciudad es común advertir que aquella pretensión de mayor seguridad que brinda el conjunto lumínico se enfrenta con adolescentes que hacen caso omiso de las indicaciones y se "zambullen" en la intersección, reclamando un paso que no les corresponde y zigzagueando entre los vehículos. Los conductores más sensatos muchas veces no saben a qué atenerse y, pese a la luz verde, encaran el cruce con más precauciones de las que se deberían tomar en estos casos.
Así, la existencia del semáforo en la esquina de las escuelas Normal y "del Trabajo" es un avance significativo. Pero obliga a un correcto comportamiento vial de los niños y adolescentes que llegan solos a la escuela en vehículos de dos ruedas. El trabajo en las familias y en la propia escuela será importante a partir de ahora para que se comprenda que el semáforo es una herramienta a favor de la seguridad y no un obstáculo que hay que salvar de cualquier manera.
De todos modos, la sensación generalizada es de beneplácito por la instalación de los semáforos en esa esquina. El sector ganará en seguridad, las familias que envían a sus hijos a los tres establecimientos educativos estarán más tranquilas y las crónicas sobre accidentes en el lugar dejarán de ser frecuentes.