Se cumplen 13 años de la desaparición de Julio López
El albañil desapareció en 2006 después de testificar contra el represor Miguel Etchecolatz. Su hijo pide el acompañamiento de "todos los gobiernos".
Rubén
López, uno de los hijos del albañil Julio López, desaparecido en el 2006 tras
testificar en el juicio que condenó a perpetua al represor Miguel Etchecolatz,
afirmó hoy que "todos los gobiernos deberían acompañar" su reclamo,
al cumplirse 13 años de la última vez que se lo vio con vida.
En declaraciones a Télam, el hombre expresó que "el reclamo es el mismo
que hacemos hace 13 años: saber qué pasó con mi papá y dónde está".
"Hoy
se cumplen 13 años de la desaparición en democracia de mi papá. Ya son 13 años
de hacer el mismo reclamo y me genera bronca no tener respuestas de la
Justicia", dijo, y apuntó que "seguimos en la lucha".
Rubén
López reconoció que todavía "se extraña mucho a mi papá, sobre todo cuanto
más pasan los años".
Y
graficó que "uno no valora un montón de circunstancias cuando lo tiene
cerca, pero cuando no lo tenés es cuando más lo extrañás".
Hoy,
organizaciones sociales y de derechos humanos marcharán en La Plata para
recordar un nuevo aniversario de la desaparición de López.
Según
anunció la Multisectorial de La Plata, Berisso y Ensenada, la movilización se
concentrará a las 18 en la Plaza Moreno, frente al Palacio Municipal donde en
2006 se realizó el juicio al represor Miguel Etchecolatz.
Las
organizaciones se dirigirán a los tribunales federales de La Plata y terminarán
en la Plaza San Martín, frente a la Gobernación bonaerense.
López
desapareció de su domicilio en el barrio platense de Los Hornos el 18 de
septiembre de 2006, cuando se esperaba que se dirigiera a la sede municipal
para presenciar los alegatos del juicio que el Tribunal Oral Federal 1 de La
Plata seguía al comisario de la Policía bonaerense Miguel Etchecolatz por
delitos de lesa humanidad, cometidos durante la última dictadura militar.
El
hombre había sido secuestrado en 1977 y estuvo detenido hasta mediados de 1979
en cinco centros clandestinos de detención.
En los
testimonios brindados en el marco del juicio, López había sido muy claro al
identificar a Etchecolatz como el hombre que dirigía y ejecutaba las sesiones
de tortura con picana en esa sede policial platense.
López,
militante peronista, había identificado durante el juicio varios de los centros
ilegales donde estuvo detenido, como la comisaría Quinta de La Plata y el Pozo
de Arana, donde su profesión de albañil le permitió describir sus lugares de
cautiverio, aún cuando algunos de ellos habían sido remodelados.
Aquella mañana del 18 de septiembre de 2006, sobrevivientes de la última dictadura esperaron por horas que el hombre se presentara a presenciar los alegatos, pero López nunca llegó y hasta hoy se ignora su paradero.