San Martín y Bustos, motivo de curiosidad popular al ser elevados a sus pedestales
El emplazamiento de ambos monumentos causaron curiosidad, con casi 60 años de diferencia.
Por Arturo A. Bienedell
La instalación de la escultura ecuestre del brigadier general Juan Bautista Bustos -obra del artista Marcelo Hepp-, en el pedestal construido en la Jardín Botánico, reiteró la semana pasada las escenas de vecinos que, atraídos por la curiosidad, observaron cómo con grúa se elevaba hace 59 años, la escultura del general José de San Martín en la Plaza Cívica que recién se empezaba a construir.
Algunos, ya entrados en años, revivieron y comentaron: "hace mucho yo vi cómo subían la estatua de San Martín".
Y es cierto. Un privilegio de pocos, haber sido testigos del emplazamiento de ambas figuras de bronce de nuestros héroes del siglo XIX.
En aquel momento, la instalación de la obra del escultor francés Louis Joseph Daumas, con la figura ecuestre del Libertador, fue la culminación de un anhelo de los sanfrancisqueños del siglo pasado que, incluso, donaron dinero, para hacer posible la concreción de la obra, además de los aportes municipales.
Para llegar a ese momento, en que una sencilla grúa enarboló en partes la escultura sanmartiniana, hubo que recorrer un camino de dos años y medio de gestiones y entusiasmo sin claudicaciones.
El
momento en que fue elevada en 1962, la escultura ecuestre del general San
Martín (Fundación Archivo Gráfico y Museo Histórico)
Comisión honoraria
Conseguidos los exterrernos ferroviarios del centro de la ciudad, para el municipio, se planteó que allí se levantaría el homenaje al Libertador.
Así fue que el 30 de mayo de 1960, el intendente Guillermo José Peretti, nombró por decreto una comisión honoraria Pro Monumento al General José de San Martín. La integraron: teniente coronel Alberto Nicolás Roccatagliata, jefe de la Guarnición Militar San Francisco, presidente; Dr. Joaquín Gregorio Martínez, presidente del Instituto Sanmartiniano, filial San Francisco, vicepresidente primero; Ignacio Alejandro Ugarte, presidente del Concejo Deliberante, vicepresidente segundo; Luis A. Scocco, rector del Colegio Nacional "San Martín", tesorero y Fernando Anníbale, representante del Círculo de la Prensa, secretario general.
La escultura elegida
Un día de definiciones fue el 26 de setiembre, cuando aquella Comisión decidió que la obra sería la ecuestre del escultor francés Louis Joseph Daumas.
De inmediato, el 31 de octubre, se aprobó la firma de un contrato con la fundición Sarubbi y Barilli, de Buenos Aires, para la realización de la escultura.
El compromiso de la ciudadanía se hizo evidente en enero de 1961, cuando se informó que el costo -a cargo de la Municipalidad- era de $ 800.000 habiéndose logrado una rebaja de 10.000 pesos. El pedestal se preveía realizar por contribuciones de la población. Por otra parte, Alberto J. Armando, presidente del Club Boca Juniors, sanfrancisqueño por adopción, prometió la presencia del equipo de primera en marzo en San Francisco para recaudar fondos para distribuir entre entidades benéficas y, otra parte, para el monumento a San Martín.
En igual sentido, la Comisión hizo en mayo un llamado a la ciudadanía, empresarios, vecinos, obreros y sindicatos, profesores y estudiantes, para que expresen "su adhesión sin reticencias" a la obra encarada. "Vinculemos todos nuestro nombre individual a la satisfacción de la noble iniciativa en que se han empeñado la Municipalidad y pueblo de San Francisco", agregó.
Paralelamente, Luis A. Scocco, rector del Colegio Nacional "San Martín", en Pueyrredón 333, anunció que de lunes a viernes por la mañana y la tarde, se recibían "patrióticas contribuciones" para concretar el monumento.
Emotiva
instalación de la
escultura
de San Martín
Logrados los recursos, la empresa de construcciones de Elvio Carlos Ronconi, comenzó la construcción del pedestal del monumento, hasta que en marzo de 1962, con el auxilio de una grúa, se realizó el montaje del monumento ecuestre del general San Martín.
Numeroso público se detuvo para presenciar la tarea que exigió varias horas de actividad. Dijo la crónica de LA VOZ DE SAN JUSTO: "Primero fue ascendida la pieza correspondiente al corcel, cuyas líneas muestran una contextura nerviosa y viva. Sobre el caballo se colocó luego, cuando las sombras de la noche daban particular emotividad al montaje de la obra, el torso y la cabeza del Capitán de los Andes. Iluminado con los focos de la grúa, fue ascendiendo lentamente el perfil del héroe, con la diestra señalando el camino de la libertad. A las 21 horas, terminó la tarea. Sobre el blanco pie de mármol, de siete metros de altura, semejando un peñasco andino, estaba para siempre, en la eternidad del bronce, el general San Martín montado sobre el brioso corcel de su campaña emancipadora. En esa actitud vigilante y visionaria, señalando con el índice el paso de la cordillera, queda para nosotros y para las generaciones que nos sucedan. Que todos comprendan que esa diestra tendida hacia el oeste, señala la libertad, esa libertad que él aseguró para estos pueblos y que no volverá a ser envilecida".
Tras esto, vinieron los trabajos de terminación del entorno y la obra se inauguró con un gran acto y desfile, en agosto de ese año.