Presos políticos o políticos presos
El exministro de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni, se refirió a la situación judicial de los exfuncionarios kirchneristas detenidos y aseguró que "son presos políticos". No hay presos políticos. Tampoco presos comunes. Hay personas -en este caso políticos- que están detenidas por la Justicia para que se investigan delitos contemplados en el Código Penal.
El exministro de la Corte
Suprema de Justicia, Eugenio Raúl Zaffaroni, se refirió a la situación judicial
de los exfuncionarios kirchneristas hoy detenidos y procesados por hechos de
corrupción. Aseguró: "A mi juicio
los detenidos de hoy son presos políticos". El exmagistrado puntualizó que
"el Poder Judicial es bastante sensible a los cambios de gobierno políticos".
En esa línea, agregó: "Hay que hacer una ley de revisión por las causas de
los presos políticos".
Como siempre, este jurista asume posturas polémicas y establece criterios que rompen con los moldes tradicionales. Ello no significa que sus ideas tengan bases republicanas sólidas. Es conocida su posición ideológica -totalmente válida-, pero partiendo de premisas alejadas de lo institucional y con un discurso elaborado, pronuncia afirmaciones difíciles de digerir.
En cualquier país del mundo se escucha decir a dirigentes políticos investigados por supuestos hechos de corrupción que están siendo perseguidos. Y que las investigaciones judiciales en su contra parten de venganzas de adversarios que se encaramaron en el poder con supuestas maniobras no muy limpias. También está generalizado en el mundo actual el hecho de que la Justicia no tiene credibilidad y que sus integrantes se mueven de manera "diplomática" según corran los vientos políticos.
Pero que esta posición sea defendida por un ex integrante del máximo tribunal de Justicia de la Nación no es habitual. Si bien no sorprende, llama la atención. Porque se trata de un claro intento discursivo de manipular la realidad a su favor, en tiempos en los que una argumentación falaz es creída a pie juntillas si se repite de manera habitual, se instala en la escena pública y se fomenta el fanatismo de la militancia.
Se puede suponer que la mayoría de los ciudadanos argentinos no acuerda con calificar como presos políticos a los ex funcionarios detenidos e investigados por corrupción. No obstante, conviene aclarar qué significa el sintagma que une los dos términos. Un jurista español, Fernando Cadalso remarcóel "carácter distintivo" de los presos políticos: "Que los delincuentes no persigan fines individuales, sino colectivos; que no les impulsen instintos y egoísmos, sino sentimientos e ideales altruistas en favor de la sociedad. En esto se diferencian de los comunes, inspirados por la venganza, la codicia o la concupiscencia".
Además, luego de todo lo ocurrido en el siglo pasado en esta materia, la institucionalidad no puede hacer distinciones. No hay presos políticos. Tampoco presos comunes. Hay personas -en este caso políticos- que están detenidas por la Justicia pues se investigan delitos contemplados en el Código Penal. Estas personas, por cierto, tienen todas las garantías contempladas en un Estado de Derecho. Lamentablemente, de manera aviesa, se intenta generar confusión entre la actual situación y otras del pasado.