¿Por qué ser payamédico?: la decisión de curar haciendo reír
Color, alegría y una misión: dar amor y despertar sonrisas en quienes sufren la enfermedad. Son muchos los interesados en recibirse de payamédicos para ayudar
Por Isabel Fernández
En este mundo atravesado por la tecnología, las preocupaciones por la crisis económicas, en el que muchos vivimos el vértigo y no hay tiempo para parar, mirarse a los ojos, dedicar una sonrisa, afortunadamente todavía hay muchos que tienen mucho amor para dar.
En San Francisco los payamédicos comenzaron a trabajar hace dos años y ya hay 70 voluntarios que llevan alegría a los pacientes de los distintos centros de salud. Están presentes con su alegría y color en la Noche de las Vacunas, en el Hospital J. B. Iturraspe, en el Hogar de Ancianos, en centros de hemodiálisis y quieren ampliar sus intervenciones.
Este fin de semana se realizó un nuevo curso de formación de payamedicina el Centro Cultural San Francisco con la presencia del fundador de payamédicos, José Pellucchi, además de integrantes de la organización en nuestra ciudad.
La propuesta tuvo una amplia convocatoria en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO algunas de las futuras payamédicas manifestaron por qué tomaron la decisión de hacer el curso.
Ayudar desde el amor
Silvana Aichino es docente de nivel inicial y decidió capacitarse para ser payamédico para ayudar. "Me acerqué por curiosidad y me encantó la propuesta de ayudar desde el amor, alegrar a los demás. Vivimos en un mundo donde hay mucha tecnología, todos vivimos en lo instantáneo, pareciera que no hay tiempo para abrazarnos, para mirarnos a los ojos, para decirnos 'qué te pasa' , por eso creo que es importante brindar amor, estar en contacto con el otro directamente no de manera online".
"Decidí que voy a ayudar desde mi lugar, desde el dar lo que tengo para los demás, con una sonrisa un abrazo, el oído", dijo convencida.
En tanto Sonia Díaz dijo que quiere ser payamédica por la parte solidaria porque "es bueno dar amor porque hace mucha falta. Creo que ser payamédico algo bueno me va a dejar con el intercambio amoroso con los otros".
Por su parte Marita Taborda afirmó que siempre consideró "una tarea muy loable" la de los payamédicos y por eso se acercó. "Sacar una sonrisa a la gente desde el dolor es un mimo al alma, tanto del que va a colaborar como del que la recibe. El simple hecho de hacer sonreir a alguien es una misión cumplida", dijo.
"Camaranjas", camaradas con nariz naranja
El médico José Pellucchi referente de la organización en nuestro país, se refirió a las razones por las que muchos se convierten en "camaranjas", camaradas con nariz naranja, que viven una experiencia enriquecedora.
"A payamédicos viene gente que quiere hacer algo por el otro -aseguró el doctor Pellucchi-, otros lo ven como una técnica terapéutica y es una herramienta más de la que hay en la medicina vigente, que además le agrega amor y alegría, otros porque les gusta la forma en que vemos el payaso teatral, que es un alter ego, un personaje tierno que nos habita y recurrimos también nosotros para sanar, es un payaso de la guarda".
Agregó que así como payamédicos "busca que la persona que esté internada esté siempre con la potencia aumentada y no haga algo que la pueda bajar, ese cuidado también se refleja en nuestras vidas y nos cambia siendo más amorosos con la familia y los amigos".
"Ojalá fuera así la comunidad, creo que hay una cuestión de amor que mucha gente la percibe y se acerca. Mucha gente ve en nosotros un funcionar amoroso", resaltó.
Afirmó que en la tarea del payamédico hay cierta disociación que es el juego y es sanador. "No hacemos una obra de teatro, sino que hacemos que el produciente sea un payaso más. Esa disociación hace que uno se pueda proteger de lo que se ve en el Hospital, de los impactos que da la enfermedad, la muerte y la agresión".
"El payaso no tiene una sexualidad, es como un dibujo animado, algo inocente y por eso la persona tiene que ser disociarse, ser una persona sensible, saber que estamos trabajando con mecanismos insconscientes. Por ejemplo está bueno jugar con un paciente al juego de la memoria, pero no podemos decir la palabra memoria porque la persona escucha 'me moría', no memoria", manifestó.
"A payamédicos viene gente que quiere hacer algo por el otro, otros lo ven como una técnica terapéutica y es una herramienta más de la que hay en la medicina vigente, que además le agrega amor y alegría".
La recompensa más grande: una sonrisa
Silvia Rojas que forma parte del grupo fundacional de los payamédicos en la ciudad recordó que el objetivo es llevar sonrisas y alegría a las personas que están hospitalizadas o padecen enfermedades graves.
"Cuando vemos una sonrisa en el paciente es la recompensa más grande -resaltó Silvia-. No se necesita ser médico ni nada especial para ser payamédico, solo brindarse, es algo espontáneo no hay nada armado. En este nuevo curso tuvimos mucha gente interesada en saber de qué se trata y creemos que hay muchos que tienen la intención de sumarse, eso nos pone contentos porque necesitamos más payamédicos para hacer todas las intervenciones".
"Crecimos mucho como grupo y hasta hacemos intervenciones en hemiodiálisis de la Clínica Regional del Este, se genera un clima muy bueno", finalizó.
Los colores y la nariz naranja
Payamédicos Asociación Civil es una ONG sin fines de lucro fundada en el año 2002 por el médico José Pellucchi. Su misión es contribuir a la salud emocional del paciente hospitalizado. Para tal fin se utilizan recursos psicológicos y artísticos relacionados con juegos, música, teatro, técnica de clown, magia y el arte humorístico en general.
La ropa y los colores que utilizan los payamédicos no son parte de una decisón arbitraria sino basada en estudios que buscan cuidar al "produciente" como llaman a los pacientes.
Se utilizan colores cálidos, no se usan colores pastel. La nariz es naranja porque el rojo remite a la sangre. El negro no se usa porque se asocia al luto, el marrón tampoco porque remite a la materia fecal, además son colores que bajan la potencia. El violeta y sus derivados tampoco se incluyen en la ropa porque remiten a las coronas de los velorios.
En cambio se utilizan muchos colores como el amarillo, celeste, blanco, magenta, naranja, verdes potentes, entre otros.
Los payamédicos realizan intervenciones escénico-terapéuticas con un abordaje a través de la técnica de clown (payaso teatral) adaptándola al ámbito hospitalario con una ética, estética y deontología propia. El grupo está cartografiado por psiquiatras y psicólogos con amplia experiencia en niños y adultos internados por diversas patologías orgánicas.