Periodismo: pasión y desafío
Como antes, el profesionalismo exige preparación, idoneidad, amplio bagaje cultural y convicción frente a las presiones, que se suman a las exigencias que los nuevos medios están presentando. Lo central no cambia. La búsqueda con rigor de la verdad de interés público sigue siendo el imperativo esencial para un periodista.
García Márquez lo calificó como el mejor oficio del mundo. Porque "sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible, cuya obra se acaba después de cada noticia como si fuera para siempre, pero que no concede un instante de paz mientras no vuelve a empezar con más ardor que nunca en el minuto siguiente".
Semejante descripción del periodismo exime de mayores reflexiones. Aquello de acabar una noticia para volver a empezar de inmediato, eso que prácticamente insume los instantes de una vida apasionada por la búsqueda de la verdad y la confrontación con las distintas realidades. Permítasenos, en el Día del Periodista, celebrar que ejercemos el mejor oficio. Y que esto encierra un desafío mayúsculo en épocas de noticias falsas, mensajes cruzados, operaciones interesadas y circunstancias envilecidas.
Todos los ámbitos de la vida se vieron alterados en las últimas tres décadas por la revolución de la tecnología. Uno de los más afectados ha sido el contexto de la comunicación. Los impresionantes avances han redefinido las condiciones del aquel oficio nostálgico y nocturno, ejercido por algunos bohemios candidatos a literatos que se ganaban la vida escarbando en la cotidianeidad. Sin embargo, las cuestiones referidas al periodismo se mantienen. Como antes, el profesionalismo exige preparación, idoneidad, amplio bagaje cultural y convicción frente a las presiones, que se suman a las exigencias que los nuevos medios están presentando.
Lo central no cambia. La búsqueda con rigor de la verdad de interés público sigue siendo el imperativo esencial para un periodista. La capacidad de asombro se mantiene, la escucha atenta es necesaria, el planteo de la duda adquiere relevancia. Pero también se requiere hoy del manejo de las circunstancias cambiantes de las tecnologías y una reflexión permanente sobre su utilización.
Tomás Eloy Martínez dijo: "Hay tres lealtades fundamentales que debe mantener un periodista: con el lector, con la información y con su propia conciencia". Se viven tiempos de desmesura y de inflación informativa que obligan a retemplar el estudio para afrontar los nuevos desafíos. Retos que solo pueden ser afrontados con éxito desde el periodismo cuando la pasión por el oficio se impone, en el momento en que la actitud y la aptitud se reúnen frente al hecho noticioso y luego frente a la hoja en blanco. Vocación, le dicen. Expresada enuna clara convicción de defensa de la verdad que abraza una persona cuando se sumerge en este apasionante mundo de letras, voces, imágenes y relatos.