Patria
La Patria cumple 209 años.El sentir patriótico merece la pena vivirse. Amar la Patria significa reconocer al otro y asumir que no hay grieta que pueda perdurar si se asume, con pasión serena pero perenne, la acción que nos permita descubrir y asumir que tenemos mucho más cosas en común de las que nos separan.
La Patria cumple 209 años. Es la idea a la que nos asomamos todos los que nacimos y habitamos este suelo cuando apenas comenzaba la escuela, con actos escolares que aún mantienen vivo el recuerdo y la tradición aun cuando no se comprenda cabalmente que tuvo aquella gesta de vecinos porteños notables y su declamada rebeldía ante la potencia colonial.
Patria es una palabra ajada, casi vapuleada. Todos la pronuncian. Algunos comprenden su verdadero alcance y significado. Pero pocos son capaces de respetar el profundo sentido de una realidad primera, anterior a cualquier intento de organización del Estado, que se une a los sentimientos de fidelidad y amor, a los intentos de conservar, transmitir su herencia y, también, defenderla.
Como en tantas otras ocasiones, este 25 de Mayo se alabará el sentimiento patriótico. Se ensalzará a los próceres que la gestaron. Se vestirán con orgullo los colores celeste y blanco. Por fortuna, todavía es posible recrear la Patria en cada plaza del país. Sin embargo, es posible que debamos asumir asimismo que estamos en deuda con ella. Con esa idea que exige, cual acróstico, pasión, acción, tolerancia, respeto, inteligencia y amor.
El fervor que hoy se vivirá en las calles de toda la geografía argentina devolverá la sensación de que es posible reafirmarnos como Patria. Que todos somos ella. Que esta idea central para la vida de nuestro país no es patrimonio de un sector. Que no es posible autoproclamarse defensor de la Patria cuando tan solo se defiende un modo de pensar. Que todas las ideas tienen cabida. Que las traumáticas experiencias del pasado y del presente tienen, alguna vez, que convertirse en enseñanzas. Este país es "nuestro país". La primera persona del plural obliga al compromiso cívico, convoca a la unidad en lo esencial, en lo que amalgama aquella idea patriótica. Porque es un sentimiento común que merece ser vivido con alegría y no con dolor.
Con la melancolía del exilio y su dominio de la ironía, con algo de pesimismo, pero exhibiendo su talento excepcional, Julio Cortázar expresó alguna vez su sentimiento de amor por este "paísdesnudo que sueña con un smoking,vicecampeón del mundo en cualquier cosa (...), tan triste en lo más hondo del grito, tan golpeado en lo mejor de la garufa, tan garifo a la hora de la autopsia. Pero te quiero, país de barro, y otros te quieren, y algo saldrá de este sentir".
El sentir patriótico merece la pena vivirse. Amar la Patria significa reconocer al otro y asumir que no hay grieta que pueda perdurar si se asume, con pasión serena pero perenne, la acción que nos permita descubrir y asumir que tenemos mucho más cosas en común de las que nos separan.