Padres que festejaron trabajando: de guardia en el Hospital
Ellos saben de esfuerzo y vocación. Entre la cotidianidad y la nostalgia que los embarga tienen que trabajar en estas festividades para otorgarle al resto la oportunidad de disfrutar. No obstante, los días libres luego de sus guardias les hacen recordar a los suyos la importancia de la familia. El caso del doctor Marcelo Musso.
La guardia del Hospital "J. B. Iturraspe" es uno de los lugares que jamás interrumpe su tarea. Para eso, una celebración como la del Día del Padre allí se hace más que especial.
En medio de la atención de las urgencias y la contención de los pacientes, médicos y enfermeros conviven con la nostalgia de combinar la profesión que tanto aman con el sentimiento de sus seres queridos que, a la distancia, le hacen llegar todo el cariño en un día tan especial.
El doctor Marcelo Musso vivió ayer su Día del Padre en la guardia del Hospital y no fue la primera vez. El profesional, de 49 años, practica la medicina desde hace 23. Es padre de cuatro hijos: Pedro, de 18 años; Francisco, de 15; Juan de 13 y Catalina de 10.
"Trabajar en un Día del Padre es algo común para mí como también hacerlo en otras fechas como Navidad o Año Nuevo. Si me toca trabajar, tengo que trabajar. De todas maneras, en los primeros minutos de hoy (por ayer) me llamó Pedro y hace un rato me llamaron a coro mis otros tres hijos para saludarme", relató.
"Es cierto que en estas ocasiones uno tendría ganas de estar con ellos más tiempo pero como digo siempre: si uno quiere trabajar de lunes a viernes, de 8 a 12 y de 15 a 19, se pone una mercería. Esto es parte de la actividad que si bien cuenta con muchísimas satisfacciones también tiene estas otras cosas que hay que saber afrontarlas".
Marcelo admitió que "al principio, a los hijos les cuesta entender esto porque ven que los padres de sus amigos tienen un horario más fijo o estructurado pero luego lo van naturalizando y entienden más".
Tras recordar a su padre, quien falleció hace cinco años, el médico dijo que "él siempre fue muy compañero y si bien yo no estuve mucho tiempo con ellos porque viví en Neuquén, siempre estaba en contacto el Día del Padre. Mi papá era muy compañero y recuerdo que cuando estudiaba en Córdoba, él escribía en un cuaderno todos los días algo para saludarme y cuando venía a San Francisco me lo daba para que lo leyera. Era una época sin redes sociales y esa era la manera que él tenía para expresar todo lo que quería decirme".
"Es muy lindo estar esperando que mis hijos lleguen hasta acá a darme un beso o un abrazo, es lo más importante en un día como este", finalizó.