Once años atrás, barrio Parque fue epicentro de otro crimen violento
Mónica Negrete fue asesinada a hachazos en su casa de calle Ayacucho al 500. Su pareja gozaba de salidas transitorias por un homicidio del que purgaba condena y en ese interín volvió a matar.
Por Ivana Acosta | La Voz de San Justo
Alguien gritaba con voz joven y fuerte como la de una adolescente "¡Justicia por María!" y así mientras caía el sol en el camino interprovincial donde se unen y dividen a la vez nuestra ciudad y Frontera, la gente se manifestó por todos los que murieron.
Actualmente los hechos de sangre y más aún los cometidos por causas evitables como la violencia de género, no pasan desapercibidos. Movilizan a la gente y hacen que el grito de justicia le gane al llanto muchas veces.
Cuando corría el año 2008 y el mes de marzo se terminaba el día 31, pocos gritaron por Mónica Negrete, se hizo durante la conmoción, pero después su caso pasó a la enorme lista de mujeres que mueren a manos de un varón.
Mónica vivía en el mismo barrio que María Paz (la joven asesinada el domingo pasado) solo que en calles distintas. Para llegar a la casa de esta mujer que falleció violentamente a los 45 años hay que llegar hasta calle Ayacucho, en barrio Parque, al 575.
La crónica policial nos lleva hasta el 31 de marzo de 2008, cuando en una tarde cualquiera llegó Mansilla al terreno donde vivía adelante su madre y atrás su pareja. La violencia se desencadenó en la casita del fondo.
Mansilla decidió tomar un hacha y asestarle golpes en la cabeza una y otra vez hasta que cayó desangrada. Después la atacó con un arma blanca más pequeña, según detallaron fuentes policiales en aquel momento.
Permiso para matar
Mansilla era la pareja de Mónica quien estaba separada y tenía hijos. Solo acusaba 45 años y se ganaba la vida con un carribar. Su victimario no estaba en la casa siempre porque tenía permisos transitorios para salir del penal de Las Flores (Santa Fe) donde cumplía una condena por un homicidio acaecido en el año 2000.
Ese permiso de la libertad asistida consistía en salidas de 80 horas semanales para estar en el domicilio con su familia debido a su buen comportamiento. En una de esos viajes en que volvió a la ciudad terminó con la vida de la mujer.
Después del baño de sangre, y mientras a los vecinos les llamaba la atención que no vieron a Mónica, Mansilla tomó su moto y se dirigió a un camino rural cercano a la localidad santafesina de Bauer y Sigel donde terminó con su vida.
En aquel momento la Policía dijo que el crimen de Mónica estaba esclarecido con el hallazgo del cuerpo de su victimario, pero lo que no podían saber era que la lucha por lo que ahora se llama femicidio recién comenzaba.
El 80 % de los femicidas es del círculo íntimo
El último informe elaborado por el Observatorio de las Violencias de Género arrojó un total de 223 femicidios hasta el 31 de agosto pasado. De 10 victimarios, 8 eran del círculo íntimo o cercanos a las mujeres.
Lo mismo pasó en el caso de Mónica hace 11 años, ni que hablar de Natalia Vercesi o "Marita" Lanzetti. El de esta maestra fue el primer caso en la ciudad que se caratuló con esta figura del Código Penal.
Este año en el mes de enero la ciudad se vio conmocionada por un intento de femicidio acaecido en barrio Jardín, a escasas calles de donde Lanzetti perdió la vida brutalmente. Todo sucedió en Av. Caseros 1655 cuando Fabian Pereyra ingresó a la casa de Viviana Galarza su expareja con quien no convivía hace seis meses.
El hombre ya había sido denunciado por la joven madre de tres criaturas y ese día había acudido nuevamente a hacer una exposición cuando este hombre la habría atacado ocasionándole heridas cortantes al menos siete veces en el cuello, rostro, cabeza, brazos y tórax, de las que logró recuperarse.
Incluso Pereyra intentó huir pero los vecinos que escucharon los gritos de Viviana se lo impidieron hasta que llegó la Policía. Actualmente él se encuentra detenido en la Unidad Penitenciaria Nº 7 y fue imputado como supuesto autor de "homicidio calificado, femicidio en grado de tentativa".