Morteros: para Jorge, la discapacidad es un motor de superación
Qué hacer con lo que le toca vivir es quizá la clave para superar adversidades. Jorge Rui tiene 53 años y el síndrome de Down nunca fue un impedimento para cumplir sus sueños. Una linda historia que deja muchas enseñanzas.
Jorge Rui tiene 53 años y síndrome de Down. Su discapacidad nunca le significó un impedimento, por el contrario, siempre fue motivo de superación diaria en lo personal y profesional.
Después de cursar sus estudios en la Escuela Ana Sullivan de San Francisco, encontró en el periodismo una veta donde integrarse, ganarse "el pan de cada día" en forma digna y dar un ejemplo de valentía.
Actualmente trabaja en una radio de la ciudad de Morteros, pero en sus ratos libres también es un activo colaborador en la tarea de recolección de tapitas, pilas y botellas que son donadas después - en el marco de una campaña anual - al Hospital Infantil de la ciudad de Córdoba.
Hace tanto que trabaja en la radio que ni lleva los años contados, pero los detalles del encuentro con este medio de comunicación que terminó transformando en el oficio de su vida, no los olvida.
"Estaba escuchando otra radio y sintonicé la actual donde trabajo. Fui preguntando y llegué", dijo Jorge a LA VOZ DE SAN JUSTO sobre sus inicios.
Participa en programas radiales, arma publicidades y ayuda en distintas actividades en la emisora. "Estoy los domingos en un programa desde las 9 hasta las 13", explicó. Durante la transmisión hablan de distintos temas y también hacen juegos y adivinanzas y lo mismo hace por las mañanas de lunes a viernes.
Un agradecido de la vida
Jorge todos los días recorre feliz las calles de Morteros y disfruta que lo escuchen en los hogares de la ciudad. "Estoy contento porque me gusta, yo voy porque me divierto", expresó con el pecho hinchado de orgullo por la tarea que desempeña. Por eso agradece "el espacio cedido" que significa no solo un noble gesto sino también un signo de "aceptación, cariño e integración".
Ni bien sale de la radio, Jorge se vuelca a su otra labor. Todos los días intenta que más vecinos no dejen tiradas sus tapitas, pilas o botellas de plástico sino que las donen para contribuir con la campaña anual del Hospital Infantil de Córdoba.
Su casa es un punto de referencia y recolección dado que allí llegan las donaciones. La tarea se complementa con un viaje a la capital provincial para entregar lo recaudado. Su hermana Cristina Rui contó que "ese es su pasatiempo cuando sale de la radio".