Millennials en la ciudad, un cuarto del electorado difícil de conquistar
En San Francisco, el porcentaje de la población sub 30 llega al 25 % del total de posibles electores. Consultores políticos sostienen que este segmento de atención plantea un desafío a la política tradicional. Este frondoso voto joven, en su mayoría, elegirá candidatos no por afiliaciones políticas sino por causas, fogoneados al ritmo de la evolución del Ni Una Menos y la lucha por el aborto legal.
Los millennials o también conocida como Generación Y. Están muy adaptados a la tecnología, la vida virtual es una extensión de su vida real.
En San Francisco, este segmento -en su mayoría sub 30- comprende el 25 % del padrón electoral (que asciende a 56.433 ciudadanos habilitados para votar) para las próximas elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso) del 11 de agosto, tornándose para los precandidatos en un nicho electoral de vital importancia para conquistar.
El voto de la juventud hoy define estrategias, teniendo en cuenta, por ejemplo las maravillas que se pueden hacer a través de los dispositivos tecnológicos que esta generación maneja para llevarles el mensaje. Sin embargo, se muestran apáticos con los políticos que aspiran a representarlos, se resisten a seguirlos en las redes sociales porque sostienen que no los escuchan.
Sus principales inquietudes pasan por temáticas como el aborto, la transparencia en la administración pública y la búsqueda de empleo.
Otras propiedades
Jorge Borgognoni, a cargo de una consultoría política en nuestra ciudad, realizó un interesante trabajo para establecer de manera cualitativa el interés de esta porción del electorado local con miras a las Paso para elegir los candidatos a diputados y a presidente que competirán en la elección general del 27 de octubre.
Uno de los datos que arrojó el relevamiento fue el importante grado de apatía que existe entre los millennials. "El ánimo es muy bajo, ya sea porque por un lado hay una sensación de continuidad de lo que hay y por otro, la creencia de que puede volver el kirchnerismo", explicó Borgognoni.
Además, se evidenció "un profundo desconocimiento" sobre la mecánica del proceso electoral y una resistencia a las instituciones. "Total se roban todo", "yo no les creo nada", "para qué vamos a ir a votar si hacen lo que quieren", "no nos escuchan" son las principales frases de los jóvenes a la hora de definir las razones por las cuales prefieren mantener distancia de las urnas y las promesas de los dirigentes políticos.
"Los jóvenes no se ven para nada representados en el orden de prioridades que establece la clase política", aseguró Borgognoni.
Asimismo, en las redes sociales, "casi nadie sigue a un político y tampoco quieren que ningún político lo siga porque se ven invadidos", agregó.
Uno de los motivos por los cuales se explica esa desigualdad entre las propuestas y la aceptación del electorado joven es que "muchas veces se trabaja con propuestas del siglo XX apuntando a un electorado claramente del siglo XXI", sostuvo Borgognoni.
La influencia familiar
"Sin dudas, es fundamental que los políticos escuchen a los jóvenes. Ellos quieren ser escuchados. Ellos sostienen que si les enseñaron que la democracia es el gobierno del pueblo, el pueblo es el que tiene que opinar, no los candidatos. Por eso están convencidos que los políticos no los interpretan", siguió el consultor político.
La experiencia en el manejo de redes sociales mantiene a los jóvenes alerta ante la amenaza "troll", integrada por los clásicos provocadores de la red ya que según ellos mismos sostienen, "son los trolls los que tergiversan todo y no los quieren mucho".
Al momento de votar, este segmento de electores, por su juventud, está influenciado políticamente por su núcleo familiar. "En todos ellos hay una gran carga motivada por la familia en su formación política y actúan en consecuencia aunque también hay una porción que deciden no participar de las elecciones porque no se encuentran cómodos en ese lugar", informó Borgognoni.
En la actualidad el comportamiento de los millenialls es "un desafío muy grande" para la clase política, mayormente conformada por dirigentes que aún no alcanzan a comprender del todo sus intereses.
La muestra realizada en San Francisco evidencia una clara apuesta que "se inclina más por la libertad que por la Justicia".
"El siglo 20 fue más de la Justicia y de la búsqueda del equilibrio mientras que este se inclina totalmente hacia la libertad. En ese sentido, ninguno de los dos sectores políticos mayoritarios en el país le habla a estos jóvenes", indicó Borgognoni.
Los consultores políticos Gustavo Córdoba y Jorge Borgognoni
"A esta altura de la campaña, no hay que enamorar, sí convencer"
Gustavo Córdoba, de la consultora Gustavo Córdoba & Asociados, estimó que en el orden provincial "puede haber un corte de boletas fuerte" sobre todo por la campaña impulsada por el gobernador Juan Schiaretti. Córdoba no tiene candidatos a presidente, el gran desafío del oficialismo provincial será conservar las dos bancas en la Cámara de Diputados que dejarán libres Adriana Nazario y Juan Brügge.
Hay "desilusión y desconfianza" por parte del electorado hacia la clase política.
"Si a la crisis económica actual se le suma la mala imagen de la política, se puede generar una desmovilización, en tanto que entre los que se movilizan se registra un corte de boletas un poco más alto que el promedio", sostuvo Córdoba.
Entre los distintos precandidatos presidenciales, Roberto Lavagna "es el único" que se mantiene con un porcentaje positivo en su imagen, aunque el entrevistado aclaró que "no es necesario tener imagen positiva para que un candidato gane una elección". De hecho, "el presidente Mauricio Macri, Alberto Fernández y la gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal se mantienen al tope de la imagen negativa y sin embargo, son quienes cosechan una mayor adhesión del electorado".
"Esto sucede porque en una elección se necesita movilizar al núcleo duro de votantes de cada extracción política y si se puede, sumarle algún voto adicional más. Con eso alcanza. El que nunca te va a votar tiene mala imagen del candidato y no es un factor estratégico", siguió Córdoba.
A esta altura de la campaña, Córdoba estimó que los candidatos "no necesitan enamorar" al electorado "pero sí convencer" y allí seguramente se dirigirán las estrategias en los últimos días previos a las elecciones.