Miedo al amor: ¿por qué aparece?
Una dificultad es la imposibilidad de reconocer los síntomas por quien lo sufre, y cuando se le señala la situación, la respuesta inicial es la negación del diagnóstico.
Por Isabel Fernández | LVSJ
"Hoy entiendo que tengo miedo a volver a vivir con otros hombres, mantuve una relación tóxica de más de dos años, y luego mi ex me abandonó sin explicaciones. Todo eso me trajo muchos problemas en mi trabajo y en mis amistades. Ahora puedo reconocer que no estoy bien, pero no me daba cuenta. Mi psicóloga me dijo que mi miedo me puede dejar sola para siempre, pero ya no, porque ahora ya soy consciente de eso y estamos tratando mi diagnóstico", aseguró Georgina M.
Durante muchos años aseguraba que sin pareja "se sentía muy bien", pero gracias a su consulta y la terapia, reconoció a tiempo un problema que puede llevar a la soledad crónica: el miedo a enamorarse, también conocido como filofobia.
¿Es normal sentir este temor?, ¿Qué tipo de relaciones pueden provocarlo?. La licenciada en Psicología, María Alejandra Karlen (MP-2673) que realiza terapia individual y de pareja en San Francisco, aseguró a LA VOZ DE SAN JUSTO que es habitual sentir ese miedo y tiene que ver con evitar a volver a vivir una experiencia traumática en relaciones de pareja, aunque muchas veces no se es consciente del mismo. No distingue género ya que afecta a hombres y mujeres por igual.
Advirtió que la consecuencia negativa es "la imposibilidad no registrada por la persona de rehacer su vida mediante una relación con características sanas. La soledad permanente, junto a la incertidumbre del porqué ya no pudo reanudar una relación sana".
"Es un miedo resulta ser abarcativo o generalizado, es decir que para la persona que ha vivido una experiencia de naturaleza traumática el miedo es proyectado al sexo opuesto en general ya que dentro de su psiquismo se constituye como peligroso, riesgoso, capaz de producir el mismo trauma o decepción, sin ser conscientes de dicha problemática", dijo.
Cómo lo identificamos
El síntoma predominante es un temor que el paciente no puede identificar. "Generalmente cuando se diagnostica, las personas han tenido una o más relaciones con componentes que han dejado trauma, con posterioridad a la ruptura dicho trauma sigue enquistado en su psiquismo", explicó Karlen.
Agregó que por ende, "es habitual sentir dicho miedo, pero los síntomas no son identificados por quien lo sufre, generalmente cuando se le señala la situación, la respuesta inicial es la negación del diagnóstico".
Exposición al trauma
Quien sufre este trastorno traumático generalmente experimento situaciones en la que estuvo en riesgo su integridad psíquica y/o física. La psicóloga explicó que la mayoría "estuvieron expuestos a violencia en sus diversas modalidades, indiferencia, desamor, descalificaciones, humillaciones, etc., abandonos agónicos o inesperados, reiteradas infidelidades, repetidas decepciones con intentos de parejas infructuosas o haber sido víctima de una relación con una personalidad psicopática".
Explicó que es "un cuadro signo-sintomatológico, que estaría encuadrado dentro de los trastornos de ansiedad, bajo la modalidad compatible con el trastorno de estrés postraumático, con la particularidad de ser derivado de relaciones afectivas. Tiene características sintomáticas similares aunque diferentes al oficializado. La filofobia como tal, no se encuentra oficializada como trastorno especificado en los manuales de trastornos emocionales y mentales que rigen a nivel mundial".
Cómo perder el miedo
La psicóloga remarcó en cuanto al tratamiento que en primer lugar la persona que lo padece "debe ser advertida por un profesional calificado que brinda ese diagnóstico. Debe reconocerlo y luego de eso se trabaja para superar la sintomatología mientras se continúa con el abordaje de los motivos de consulta que trajeron de inicio, ya que de éste trastorno, no era consciente".
En caso de no tratarse dichos miedos o temores la persona puede convivir con la sintomatología que nunca podrá identificar por sí mismo. Karlen advirtó que seguirá "intentando relaciones que son fallidas, fugaces, auto boicoteadas y especialmente quedarse solos para siempre si no se le hace consciente mediante tratamiento psicológico".
Síntomas silenciosos
A diferencia del trastorno por estrés postraumático, la sintomatología es silenciosa, el paciente no es consciente de lo que le sucede, no es capaz de identificarlo por sí mismo y aparece después del período de recuperación de la ruptura.
Los signos que se advierten en las personas que atraviesan dificultades en las formaciones de pareja, o con parejas ya formadas son:
• Temor o miedo a volver a reeditar el o los traumas anteriores, (no lo identifican).
• El temor o miedo no se relaciona habitualmente con volver a enamorarse, sino con el volver a experimentar el mismo trauma, (no lo identifican).
• El discurso es justificador, es muy habitual escuchar al paciente referir "así estoy bien...", enmascarando dicho temor en una frase reiterada que la persona cree y sostiene y puede hacerlo a lo largo de los años.
• Las conductas evitativas relacionadas con provocar sin querer toda situación de alejamiento o no permiso de aquella persona novedosa que intente un acercamiento.
• En caso de permitir un acercamiento de una determinada persona si es que considera que "tiene derecho a rehacer su vida", ejercen sin darse cuenta mecanismos conductuales que terminan alejando a esa persona nueva.
• El rechazo al sexo opuesto suele ser marcado, sin justificativo aparente o con el "discurso justificador".