Más allá del alimento: la huerta para tratar adicciones
En la Comunidad Terapéutica del Hospital Iturraspe, los pacientes trabajan la tierra en su proceso de rehabilitación. Los médicos aseguran que les mejora la autoestima, los dignifica y continúan el buen hábito luego de la internación.
Por Isabel Fernández
El cálido sol de la mañana adelanta la llegada de la primavera y en el amplio predio de la Comunidad Terapéutica Pública "Intendente Mariano Planells" que funciona en el Hospital "J. B. Iturraspe", la sanación llega a través del cultivo de la tierra.
Puerro, achicoria, lechuga, remolacha y otras verduras y hortalizas, crecen entre los surcos y reciben el cuidado de los pacientes de la comunidad afectados por la adicción a las drogas. En la huerta terapéutica encuentran valores, disciplina, autoestima y pueden dejar atrás los malos hábitos que dañaron su salud y su vida.
También encuentran la dignidad de saber que su trabajo ayuda a conseguir el alimento diario para toda la comunidad, ya que abastecen la cocina de verduras y hortalizas.
La Comunidad Terapéutica, codirigida por el doctor Gustavo Klein y Susana Aymar, es la segunda en su tipo en Córdoba, después de la de Santa María de Punilla, y ya atendió -desde que comenzó a funcionar en abril pasado- a 303 personas afectadas por el consumo de drogas, el 90 % es adicto a la cocaína.
Del total de pacientes, 8 de cada 10 son varones y el promedio de edad ronda los 27 años. Este centro de cuarto nivel de complejidad brinda tratamiento de rehabilitación y reinserción gratuito a quienes sufren adicciones.
Cuenta con 28 camas ocupadas con pacientes que pertenecen a distintos lugares de la provincia y también de Frontera.
Trabajar con la tierra
levanta la autoestima
En los tratamientos se busca que la persona que cayó en las adicciones cambie su vida totalmente desestructurada, sin horarios y sin poder ver frutos de su trabajo. Como característica fundamental las adicciones tienen el no control de impulsos, la disminución de la afectividad, el querer todo de manera instantánea y en el trabajo de la huerta se realiza todo lo contrario.
"La finalidad de la huerta es acercar a los pacientes a la naturaleza y darle una tarea didáctica y a través de ella inculcarle el autoabastecimiento por ejemplo de lo que es verdura. Es una forma de mantenerlos ocupados. Lo primero que van haciendo es comenzar con el proceso de acomodar el terreno, tener paciencia, cuidado, tratar a las plantas con amor", aseguró a LA VOZ DE SAN JUSTO el tallerista de la huerta, Franco Luis Santinelli.
Mientras los residentes realizan tareas de riego y limpieza, Santinelli asegura que el trabajo en la tierra les genera "un sentimiento de orgullo, les levanta la autoestima, porque cuando llevan los productos que plantan y cosechan ellos mismos a la cocina, se sienten muy bien, ven el resultado de su trabajo".
Un hábito que sigue en casa
Santinelli explicó que cuando recién ingresan los pacientes comienzan a trabajar en la huerta acompañados de otro residente que está hace más tiempo internado, al que llaman "hermano mayor".
"La persona que recién entra debe venir acompañado del 'hermano mayor' no puede venir solo por un tiempo y acuden cada vez que se lo solicite".
"Siempre les digo que el taller de huerta es muy importante y lo tienen que hacer, lo tienen que tomar como una meta más a cumplir. Si no les gusta, les aconsejo que vengan con mayor razón para adquirir nuevos hábitos. Todo lo que sea invertir tiempo es clave", remarcó el tallerista.
La tarea en la huerta es tan importante que hay pacientes que luego de terminar el período de internación, que dura aproximadamente tres meses, quieren cultivar en su casa durante el tratamiento ambulatorio. Para eso se les facilitan indicaciones y semillas que les brinda el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta).
Una tarea muy productiva
El contacto con la naturaleza, el sembrar y esperar que la planta crezca, cuidarla y que además sea alimento, es fundamental para que las personas con problemas de adicciones empiecen a tener otra mirada de la vida, coincidieron Klein y Aymar.
La tarea en la huerta es muy productiva "por todo el trabajo de la contención de impulsos, el trabajo de la frustración, porque a veces una planta puede no crecer o que llueva y no se puede hacer el taller pero hay otras cosas que hacer", dijo Aymar.
Hay mucho trabajo y los frutos no se ven rápido pero cuando se ven son muy gratificantes. "Cuando comen ensalada que ellos mismos plantaron y cosecharon, se sienten plenos y alegres -remarcó-. Los hace sentir importante, los legitima, los valoriza como personas y aumenta su autoestima".
Otros talleres
La huerta se enmarca en un programa terapéutico que incluye otros talleres como el de costura, carpintería, expresión corporal, arte, mindfulness, habilidades sociales y educación física.
"La idea es presentarles diferentes tareas y después cada uno se va perfilando en lo que les gusta. Algunos asistidos se dedican a las plantas frutales, otros a hacer lo cercos o se identifican con otros talleres. Pero el trabajo es complementario porque la comunidad es así", destacó Aymar.
La huerta es un taller que se aplica con más frecuencia porque es un trabajo diario, entonces los mantiene ocupados y atentos a qué pasará con las semillas que van plantando. "Van pasando por distintas situaciones, momentos en que se desaniman, terapeúticamente va mostrando todo lo que les pasa en su vida. En general, el paciente tiene ganas de hacer de todo y rápido, entonces el entusiamo se le va enseguida; esta es una tarea paulatina porque primero tienen que preparar la tierra, después sembrar cuidar y esperar", afirmó la codirectora.
Klein:"Los hace sentirseútiles"
Klein remarcó que la huerta le da a los residentes "la posibilidad de conocer beneficios de la vida. Trabajamos básicamente en la vuelta a los buenos hábitos, en que empiecen a pensar la vida con orden y disciplina. El hecho de levantarse a una hora determinada, ocuparse de su higiene, ocuparse en la huerta del crecimiento de lo que siembran, compartir en comunidad los libera poco a poco de las adicciones".
"El producir sus propios alimentos y autoabastecer la comunidad les ayuda mucho y pueden reaprender los valores de la vida, les levanta el autoestima porque los hace sentirseútiles. "Con la huerta entienden que si colaboran, siembran la semilla y cuidan el crecimiento de la planta, después van a poder lograr su propio alimento", siguió.
Klein señaló que es "muy afortunado contar en nuestra ciudad con una comunidad terapéutica de características públicas que le permita a la persona con problemas de adicciones comenzar a salir de su problema a través de un protocolo. Esta decisión que tomó el gobernador Juan Schiaretti, que avaló el intendente Ignacio García Aresca es maravillosa. Hay dos comunidades de este estilo en la provincia de Córdoba y San Francisco tiene una".
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Las principales
adicciones ........TITULO
La atención está a cargo de 27 profesionales entre los que se encuentran psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, profesores de Educación Física, docentes, entre otros.
En cuanto a las adicciones que se tratan la estadística arroja: cocaína (89,9%), marihuana (48,9%), tabaco (47%) alcohol (42%), psicofármacos (12,2%) y LSD (2%). En tanto, los profesionales aclararan que algunos pacientes consumen más de una de estas drogas, a lo que denominan, policonsumo.
El alto nivel de consumo de cocaína se corresponde con un reciente relevamiento de la Organización de los Estados Americanos (OEA) que revela que la Argentina se posiciona casi junto a EE.UU. en los índices más altos de consumo de esta droga.