Luis De Franceschi: “Que me recuerden después de tanto tiempo es porque he sabido dejar una huella en mi trabajo”
A sus 87 años, el profesor Luis De Franceschi, quien reside en Gaiman desde hace 15 años no se olvida de San Francisco, lugar donde dejó muchos recuerdos y realizaciones. Durante una visita que realizó para reencontrarse con los exalumnos de la promoción 1966 del Colegio San Martín repasó parte de su vida en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Por Mauricio Argenti |LVSJ
Para aquellos sanfrancisqueños que tienen poco más de 30 años no les resulta desconocido el nombre del profesor Luis De Franceschi, un amante de la naturaleza y apasionado por la educación física. Nacido en Colonia Ana, provincia de Santa Fe, logró combinar estas dos pasiones de las cuales hizo un culto de vida.
Hoy, Luis De Franceschi tiene 87 años y se mantiene pleno de proyectos y objetivos por cumplir. Desde hace 15 años reside en Gaiman, provincia del Chubut, tierra de vikingos que posee un encanto inigualable que logró capturar a este ser por demás inquieto que durante muchos años fue el protagonista de importantes realizaciones.
Entre otras cosas, Luis Defranceschi es dueño de una extensa trayectoria en el campo de la docencia, actividad que ejerció durante 35 años, desde 1957 hasta 1992.
Corría el verano de 1957/1958 cuando fue destinado como docente para niños al pie de la meseta en la gobernación de Río Negro y de paso por San Antonio Oeste solicitó por escrito al Ministerio de Educación y Justicia de la Nación la creación de un campamento educativo en la desértica costa del golfo.
El 3 de marzo de 1959 creó la Escuela de Vida en la naturaleza a 7 km de Mascardi en la costa del lago, la que definió el perfil de todas las expediciones educativas que realizaba con alumnos argentinos y de intercambio de 12 países
En 1966 fue convocado para el armado y la inauguración del campamento educativo en su rol de vicedirector. Cuando arribó al lugar el director designado desistió de quedarse argumentando que allí sólo había un desierto. Con esta realidad De Franceschi se hizo cargo de ese desafío. Hoy, en torno de ese lugar se levanta la ciudad turística de Las Grutas, en Río Negro.
En el año 1970 junto a docentes del momento donó 4 manzanas y medias del terreno al Ministerio de Educación de la Nación para que ahí se creara un Centro de Educación Física en San Francisco.
Después de 2 años de acondicionarlo y dar clases en él, en el año 1972 se creó el Centro de Educación Física Nº 15 donde por concurso fue nombrado Director durante 18 años
En el año 1967 recuperó la Colonia Infantil Municipal Remedios de Escalada San Martin fundada en 1939 trasladándola a Uniquillo de la Sierras de Córdoba
En el año 1968 y por 4 años Director del Campamento Educativo Villa Leonor, en la localidad cordobesa de Unquillo. En ese lapso, con la colaboración de un grupo de estudiantes construye un acueducto de 1283 metros y funda el campamento Villa Leonor con capacidad para 40 alumnos.
Desde el año 1974 hasta 1992, momento de su jubilación se desempeñó como director del Centro Nacional de Educación Física N° 15, hoy Polideportivo Municipal.
De viajes constantes entre su actual lugar de residencia, la paradisíaca Gaiman y San Francisco, una vez más De Franceschi estuvo visitando nuestra ciudad. Esta vez lo hizo invitado por sus exalumnos egresados en 1966 del Colegio Nacional San Martin a quienes le dictó clases desde 1962, con quienes compartió un fraternal encuentro de camaradería donde no faltaron las anécdotas y gratos recuerdos de este verdadero personaje de la docencia de nuestra ciudad quien a lo largo de todos estos años y a pesar de la distancia supo conservar el recuerdo y el cariño de aquellos a quienes tocó con su inconfundible estilo para enseñar dejando de esta manera una huella imborrable en la personalidad de cada uno.
Durante su estadía en la ciudad, Luis como le gusta que lo llamen quienes lo conocen, dialogó con LA VOZ DE SAN JUSTO para recordar algunas vivencias transcurridas a lo largo de tantos años como docente, una profesión que, pese a que ya no la ejerce de manera activa, nunca la va a abandonar, porque en cada expresión que sale de su boca, está dejando una enseñanza.
¿Cuánto tiempo permaneció en el Centro de Educación Física?
Estuve 18 años como director. El día de la inauguración se hizo la entrega del establecimiento en un acto multitudinario y maravilloso que mostraba la obra concluida y lista para empezar a trabajar.
Además usted estuvo ligado con el Colegio San Martín. ¿Qué recuerdos tiene de esa etapa de su vida?
Fueron momentos maravillosos. Yo fui profesor de Educación Física del Colegio San Martín durante 35 años. Empecé en 1958 y me retiré en 1993. En el 'colegio viejo' había mucha gente y recuerdo que Guillermo Sigel era el inspector de los docentes de educación física con quienes teníamos muchas anécdotas. Cuando luego hubo que mudarse al nuevo edificio (donde funciona actualmente) se generó una gran comunidad entre directivos, docentes, padres y alumnos con quienes pudimos lograr muchas cosas y vivir momentos maravillosos.
En su extensa trayectoria usted mantiene un prolongado lazo con el sur de nuestro país. ¿Cómo empezó esa aventura?
Yo soy fundador de la Escuela de Vida en la Naturaleza en 1954. En ese tiempo iba como docente a la costa del Lago Mascardi para desarrollar una actividad para tratar de que el joven argentino conozca el país. Es así que después que yo me jubilé empezaron a trabajar con el nombre de Servicio Educativo para el Tiempo Libre (Setil). Ese título se lo puse yo antes de jubilarme con el objetivo de que se cree un espacio donde el alumno pueda estar frente a un entorno de naturaleza, mar, bosque, río, montaña, etc porque allí adquiere otra visión de la república. La enciclopedia más interesante que tenemos es la naturaleza, ella no te miente. El hombre tiene que aprender que hay distintos tipos de personas que habitan el mundo y por eso la importancia que tienen las expediciones educativas.
Usted viene de manera permanente a San Francisco. Hoy está reunido con exalumnos suyos de la promoción 1966 del Colegio San Martín. ¿Qué le provoca que tanta gente lo tenga presente más allá del paso de los años?
Una gran emoción, me conmueve hasta las últimas fibras. Se me achica la voz y sin dudas que me recuerden después de tanto tiempo es porque he sabido dejar una huella en mi trabajo. Al mirar para atrás los encuentro a estas personas y me emociona notablemente. Encuentros como este me trae a la realidad compartiendo estas experiencias que hicimos juntos, la cantidad de cosas junto a los jóvenes tratando de ofrecerles lo mejor que uno tiene y lo que pude hacer a lo largo de mi vida.
¿Cuál es el secreto que tiene para estar tan bien?
Yo creo que el movimiento es la razón de ser de las personas. El que se mueve, de adentro hacia afuera, vive hasta que la vida se le termina por otra causa. Mi profesión me dio lo que a muchos la vida no le puede dar: salud. El hombre que se mueve haciendo cualquier actividad física obtiene salud mental, física y todo lo que se adquiere por sociabilidad que refleja quién esa esa persona dentro del ámbito en que se desarrolle. Estos son los fundamentos de la educación física.
Todos los días me levanto a las 5, tomo dos mates y como tengo problemas en las rodillas hago ejercicios de la cintura para arriba. Me cuelgo donde puedo y hago dominadas, trabajo mucho los brazos y cuido que mi columna esté en orden. También hago un tratamiento con una persona que hace quiropraxia y cada vez que salgo de allí me siento excelente. Más allá de eso creo que a cualquier edad el movimiento y la actividad física es fundamental porque no solo nos ayuda a estar bien físicamente sino, y sobre todas las cosas, con la mente en orden.