Los “sin techo”, un reclamo tan viejo que se coló en una asunción presidencial
El 12 de octubre de 1963 muchos estuvieron en la Plaza de Mayo para participar de la asunción de Arturo Illia como presidente, salvo unos pocos que se habían congregado para reclamarle por el otorgamiento de tierras para viviendas sociales, aun cuando ni siquiera se había sentado en su oficina.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Hace unas semanas el líder social Juan Grabois dijo que no podía aceptar que "se criminalizara a las personas que reclamaban por un espacio de tierra donde vivir o asentarse".
El reclamo por el acceso a terrenos para construir, déficit habitacional y, en casos extremos, la toma de tierras sigue siendo un problema grave en el país que si bien tiene como epicentro a los grandes conglomerados también sucede en el interior del país, aunque quizás se manifiesta de diferentes maneras.
En San Francisco los casos de las familias en los ex tribunales hace tiempo o quienes viven en galpones del ferrocarril son ejemplos de ello, no de tomas sino de reclamos que perduraron (y aun lo hacen) debido a que no se encontró una solución al tema.
Imágenes de un hecho particular sucedido el 12 de octubre de 1963 son un indicio de que, si bien no hay una fecha exacta, el tema empezó a cobrar vigencia en aquellos años, pero se vio opacado por las luchas sindicales de la época.
La extinta "Revista Así" (impulsada por el empresario de medios fallecido Héctor Ricardo García) tomó nota de ese tema que nunca se fue de la agenda pública.
Los hechos obligan a viajar en el tiempo a esa fecha que coincidía ni más ni menos que con la asunción presidencial del cordobés Arturo Illia ¿Cómo? Así tal cual se lee. Por eso esta es la historia de un presidente que empezó su mandato con una protesta en su contra.
A Illia lo recibieron con una protesta en su asunción
La convocatoria
La Revista Así publicó en 1963 un anuncio que invitaba a las personas a concurrir a Plaza de Mayo a reclamar al gobierno por una serie de deudas sociales que aquejaban a un sector de la población.
El tema era la falta de tierras donde poder construir y las dificultades para acceder a levantar viviendas. Quienes reclamaban eran personas vinculadas a los barrios de emergencia, llamadas villas miserias con el tiempo. Término despectivo si los hay, pero esa es otra historia.
"El 12 de octubre todos a Plaza de Mayo. Los habitantes de villas y barrios de emergencia reclamaremos al nuevo gobierno por un plan de viviendas populares en masa, agua, luz, salas de primeros auxilios, jardines de infantes, comedores escolares y que terminen las razzias policiales", se resume del texto en el anuncio publicado en la mencionada revista.
La firma del comunicado era de la Federación de villas y barrios de emergencia de la Capital Federal. Se buscaba organizar "una marcha masiva" apoyados principalmente en las columnas de trabajadores que estarían.
Lo curioso es que resaltaban la palabra "anhelos" como si reclamar ayuda para tener una casa propia, servicios esenciales, el acceso a la salud o educación fueran una especie de imposible para quienes no eran al menos de clase media.
Todos a
la marcha
No había sido pura casualidad que el 12 de octubre del '63 se hubiera convocado la "Marcha de los sin techo" porque ese día en Plaza de mayo sería una jornada de democracia donde Arturo Illia (Unión Cívica Radical) asumió la presidencia con un escaso respaldo popular dado el contexto de la época.
De hecho, la publicación rezaba que precisamente se le reclamaría al nuevo gobierno que cumpla un programa de acceso a estas prestaciones básicas. Como corolario también que tuviera el tino necesario para terminar con las leyes represivas, por ello hacían mención expresa a las "infames razzias policiales".
El día de la asunción del presidente de origen cordobés entre todo el desmadre popular por la toma de poder también estuvieron las columnas de los referentes de barrios de emergencia.
La misma Revista Así que había dado voz a su pedido en la convocatoria logró fotografiar a un grupo de manifestantes y titular la imagen como "Marcha de 'los sin techo'". El otro dato de color da cuenta de una protesta paralela sucedida en el mismo contexto, esta vez encabezada por agentes sanitarios que se desempeñaban en el sector público.
El aviso de la convocatoria en esa época
Clima de época
Illia asumió ese día y su gobierno no podría finalizarse ya que fue interrumpido por las fuerzas militares a mediados de 1966. Juan Carlos Onganía tomó el poder convirtiéndose en un dictador para aquella época de una Argentina inestable políticamente.
"El gobierno de Arturo Illia nace con un problema político, un pecado original podría decirse, porque es fruto de la proscripción del peronismo. Accede a la presidencia con el 25% de los votos. En esa elección el peronismo votó en blanco - como sinónimo de protesta - y nace con una cierta debilidad política", contextualizó el historiador Esteban Dómina en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO.
Durante aquellos primeros años del gobierno "el clima de época había tenido un cese en los actos de violencia en las calles con seguidores peronistas". Sin embargo, la calma duraría pocos meses principalmente por factores externos al presidente.
"A fines del '63 y en todo 1964 todo se recrudeció porque Juan Domingo Perón que estaba en Madrid intenta un regreso fallido y en Brasil se le impide que siga camino a Buenos Aires", continuó.
Emergencia
Dadas así las cosas la tensión política volvió a primera plana y las acciones de protesta fueron canalizadas a través de la "poderosa" CGT (Confederación General del Trabajo" que era conducida en aquel momento Augusto Timoteo Vandor.
Justamente Vandor "fue uno de los promotores del regreso trunco de Perón dado que quería ocupar un lugar en el reducido círculo de poder político".
"En ese período las grandes huelgas y ocupaciones de fábricas fueron un ingrediente nuevo en todas las ciudades del país que generó mayor tensión, pero las circunstancias sociales no eran para nada las actuales. Había altos niveles de empleo, el salario real no había caído, la participación de los asalariados era cercana al 50 % y la sociedad era más homogénea", se explayó el varillense.
Domina subrayó que recién aparecían las llamadas villas miserias que después se extendieron en diferentes partes del país. "La Argentina en aquel momento no exhibía las profundas grietas sociales que sí tiene hoy, sin embargo, esta movilización obrera era la que canalizaba todo, a diferencia de ahora que son los movimientos sociales", relató.
Por eso desde su perspectiva sostuvo que "particularmente que la protesta también debe haber encerrado un gran componente político para generar más tensión en el marco de la proscripción del peronismo".
El sindicalismo era la fuerza
"Illia - describió - era un democrático, pero tenía un gran condicionamiento por parte de los militares que tenían una actitud muy antiperonista, de hecho, habían desplazado a (Arturo) Frondizi en 1962 porque no daba las garantías de ponerle freno al regreso del peronismo".
Esa clase de barreras debilitó el gobierno del cordobés, tanto a´si que "en 1966 no hay una reacción social o popular a la caída de Illia, fue una maniobra palaciega donde incluso cuando asume Onganía el poder como dictador aparece la cúpula de la CGT encabezados por Vandor".
No obstante, este fue el principio porque las grandes protestas llegarían casi al final de la década desde el interior del país, y la pobreza luego de tanta centralidad política escalaría lugares al menos 20 años más tarde de aquel anuncio perdido en una revista.