Los que buscan empleo en medio de la crisis
En el país, el 5,5% de los desocupados son jefes de hogar y el desempleo afecta más a las mujeres, según el Indec. Hay 168 mil cordobeses con serias dificultades laborales. Aquí, dos testimonios de vecinos de nuestra ciudad: Darío, desocupado, y Natalia, que busca otro trabajo porque no alcanzan los ingresos.
El 5,5% de los desempleados son jefes de hogar y la desocupación afecta más a las mujeres, informó el Indec, que el pasado miércoles reveló que hay casi 2 millones de desocupados en la Argentina, donde el desempleo llegó a 10,1% en el primer trimestre y es el nivel más alto en 13 años.
El desempleo afecta al 11,2% de las mujeres y al 9,2% de los varones, y mostró un crecimiento del 1% en ambos sexos.
El principal aumento se registra entre los varones de 14 a 29 años, con el 3,1%, de 15,4% a 18,5%, en la comparación del primer trimestre con igual período del 2018.
Entre las mujeres, esa tasa crece 2,2%, del 20,9% al 23,1%, en forma interanual.
Entre los hombres de 30 a 64 años, la tasa de desocupación llega al 5,6%, mientras entre las mujeres al 7,5%.
Entre los jefes de hogar, la tasa de desempleo se incrementó 0,9%, al pasar del 4,6% al 5,5%, entre 2018 y el actual.
El organismo resaltó también que es "estadísticamente significativo" el aumento de la tasa de subocupación, que en el primer trimestre de 2018 era de 9,8% y registra un incremento 2% y se ubicó en el 11,8%, en igual período de este año.
En el Gran Córdoba, el Indec calculó que la desocupación trepó hasta el 11,3% de la población en condiciones de trabajar.
Se trata de 85 mil personas que en el primer trimestre de este año buscaron empleo activamente y no lo consiguieron.
En tanto, hay otros 83 mil subocupados. Son personas que trabajan menos que las horas que querrían. Ambos grupos conforman los 168 mil cordobeses que tienen problemas laborales.
Un año antes, entre enero y marzo de 2018, la cantidad de desocupados era de 77 mil, una tasa del 10,3%.
El rubro 37 de los avisos clasificados en las páginas de este diario confirma que creció la población con severas dificultades laborales.
Los sanfrancisqueños Darío y Natalia son parte de esos miles de desocupados y subocupados que buscan un trabajo más porque no les alcanzan sus ingresos.
"Quiero tener una vida y un sueldo dignos"
Darío este domingo celebró sus 32 años a la espera de que un empleo sea el mejor regalo que reciba.
Busca trabajo como chofer, luego que una enfermedad le impidiera seguir ejerciendo su oficio de plomero que ejercía desde hace 20 años. No obstante, la artritis reumatoidea fue minando su salud y lo obligó a cambiar de rubro laboral.
Con el desafío de comenzar a trabajar de chofer, aunque hasta ahora sin conseguirlo, Darío se levanta todos los días renovando la esperanza de acceder a un trabajo digno.
"La artritis terminó con mi trabajo de plomero y en todo lo relacionado con el sector de la construcción. Necesito trabajar y por eso busco empleo como chofer, ya que es algo que puedo hacer sin problemas".
El último año no fue nada fácil para Darío. Sin empleo estable y con la necesidad de conseguir dinero para aportar al sostenimiento de sus hijos, su sueño más grande sería "conseguir un trabajo fijo".
"En todo este tiempo me han llamado para hacer algunas changas. Por más que tenga dolores, no me queda otra que hacerlas, aunque sea en la construcción. También hago trabajos por mi cuenta y cuando no tengo, empiezo a llamar a los jefes que tenía y si me llaman, voy", contó a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Para una persona sin trabajo resulta traumático el día a día. Tras levantarse y desayunar, sabe que no tiene dónde ir, nadie que le diga qué hacer y sin embargo las horas transcurren y en ese tiempo debe encontrar algo productivo.
"Intento hacer cosas en mi casa para pasar el tiempo. Ahora quiero construir el asador y como pueda lo iré haciendo. Eso es bueno para sacarte de la cabeza cualquier pensamiento que surge por la falta de trabajo", indicó Darío.
"Quiero tener una vida digna y un sueldo digno con el cual poder mantenerme sin tener que torturarme con la necesidad de vivir el día a día como lo estoy haciendo ahora", siguió.
Cuando un solo trabajo no alcanza
La historia de Natalia es similar a la de tantas otras personas que, teniendo alguna ocupación, no logran reunir el dinero suficiente para mantener la casa y la familia.
Ella se ofrece para trabajar en atención al público, tareas domésticas u oficina, se define como una persona "con muy buena presencia y predisposición".
Profesora de guitarra egresada en 2003 del Conservatorio Provincial de Música "Arturo Berutti", a los 39 años, Natalia busca trabajar por unas horas en la mañana mientras su hijo de 11 años se encuentra en la escuela, con el objetivo de reunir un dinero extra que le permita mejorar su situación económica.
Natalia da clases de música, pero lo que gana no es suficiente
"En horas de la tarde doy clases de guitarra en mi casa. Tuve que salir a buscar otro trabajo porque a raíz de la crisis económica me fui quedando con pocos alumnos y el dinero se necesita cada vez más", explicó la mujer.
Reconoció que "se vive una situación difícil" y que "hay poco trabajo en San Francisco", por ende, "no es fácil conseguir algo porque no hay fuentes de trabajo disponibles".
Su máximo sueño sería "poder conseguir un trabajo en blanco en la ciudad, pero eso está muy difícil en estos momentos", se lamentó.