Los chicos y el riesgo de sufrir acoso a través de Internet
El grooming es ejercido deliberadamente por un adulto para establecer una relación y un control emocional sobre un menor con el fin de preparar el terreno para su abuso sexual.
De nuestra redacción
Martín Bustos, el árbitro investigado
y apresado por la causa que investiga los abusos en Independiente,
fue detenido nuevamente por grooming: se contactaba con un menor
haciéndose pasar por masajista.
De acuerdo a lo informado por la Unidad Fiscal Especializada en Delitos Sexuales de Rosario, el árbitro habría enviado varios mensajes a un jugador de las inferiores de Newell's. El mismo método, sospechan, que utilizó en Independiente para captar a los menores.
Esta práctica deleznable es un deliro mucho más habitual de lo que generalmente se supone. La exposición natural que los menores de edad tienen con los dispositivos tecnológicos es aprovechada por personas que crean perfiles falsos y los utilizan para menoscabar la integridad sexual de aquellos, con las derivaciones negativas que esto tiene en su vida.
En el sitio web de la entidad denominada Argentina Cibersegura se puede leer que el grooming consiste en "acciones deliberadamente emprendidas por un adulto con el objetivo de ganarse la amistad de un menor de edad, al crearse una conexión emocional con el mismo, con el fin de disminuir las inhibiciones del niño y poder abusar sexualmente de él". Esta práctica se puede dar a "través de cualquier medio digital que permita la interacción entre dos o más personas. Así es cómo las redes sociales, el correo electrónico, mensajes de texto, sitios de chats, páginas de juegos en línea, y otros; pueden ser utilizados por un delincuente para concretar un abuso".
Según una encuesta de una entidad experta en seguridad informática, para el 68,3% de los adultos en el país, esta práctica es una amenaza muy frecuente. En esta línea, el 26,3% confirmó conocer un niño que ha sido víctima de grooming. De estos menores, un 52,9% tiene entre 11 y 15 años, y un 33,7% entre 7 y 10. La estadística ratifica la convicción de que se trata de situaciones que afectan la vida de muchos menores de edad.
Si bien existe desde 2013 una ley que dispone prisión de 6 meses a 4 años para el que "por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma", recién ahora están comenzando a producirse condenas judiciales por casos de grooming.
Bienvenida sea la acción de la Justicia en este tema, necesario complemento para la actividad de prevención que padres, escuelas y otros organismos del Estado deben llevar adelante para que el uso de la tecnología no se convierta en un calvario para niños y adolescentes.