“Lo que molesta es que sean pobres”
La filósofa española Adela Cortina refleziona sobre las conductas humanas, la falta de solidaridad y el desprecio hacia el otro, detrás de la ola de xenofobia que invade Europa y Estados Unidos.
La "viralización" de la imagen de una beba recién nacida que era socorrida por rescatistas de balsas de inmigrantes en el Mediterráneo colocó otra vez en el centro de la escena el drama de los cientos de miles de personas que siguen arriesgando su vida para escapar del hambre, los conflictos y la miseria que reina en África y en el Medio Oriente, entre otras regiones.
No es novedad que el Mediterráneo se ha transformado en la tumba común más importante de este tiempo. La tasa de mortalidad de quienes pretenden llegar a Europa se estima en 39 cada 100 migrantes, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Desde enero se registraron más de 1300 muertes de personas tratando de cruzar el Mediterráneo, de las cuales 250 ocurrieron el último fin de semana en dos nuevas tragedias frente a las costas de Libia, voceros del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados.
A este dramático número de víctimas fatales se suman otros fenómenos crecientes. Europa se cierra cada vez más, las potencias no aciertan en encontrar estrategias para frenar las guerras y el hambre y, como si fuese poco, la xenofobia aumenta a pasos agigantados, lo que se evidencia en todas las campañas electorales ocurridas este año en las democracias del viejo continente.
En este último tema, un libro de la filósofa española Adela Cortina da una vuelta de tuerca que permite reflexionar sobre las conductas humanas, la falta de solidaridad y el desprecio hacia el otro. Según su visión, que detrás de la ola de xenofobia que invade Europa y Estados Unidos, lo que hay es un sentimiento de aversión, de rechazo al pobre: aporofobia. "Lo que molesta, primero de los inmigrantes, y luego de los refugiados, no es que sean extranjeros, sino que sean pobres", sostiene. Todas las fobias -homofobia, islamofobia, xenofobia- son patologías sociales que se expresan en forma de odio al diferente, pero esta llega enmascarada y lo que Adela Cortina hace en su libro "Aporofobia, el rechazo al pobre" dar cuenta de un sentimiento muy arraigado que, convenientemente manipulado con fines electoralistas, se ha convertido "en un problema político y un desafío para la democracia", afirma en su texto.
En una reseña publicada en el diario El País de España, se manifiesta que "la autora bucea en la biología evolutiva para demostrar que la aporofobia está incrustada en nuestro cerebro como una marca de la lucha por la supervivencia como especie. "Todos los seres humanos somos aporófobos", insiste. Identificarse con el grupo y desconfiar del extraño fue durante mucho tiempo una forma de defenderse de la amenaza de otros grupos tribales. Pero también dentro del propio grupo surge el rechazo al pobre porque rompe las reglas de cohesión interna basadas en dar y recibir. Los pobres no pueden dar, luego nada se espera de ellos".
Extendiendo su razonamiento a otras regiones del planeta, incluso en nuestro país, no resultaría descabellado pensar que lo que verdaderamente molesta de los inmigrantes es que sean pobres.