Lavado de manos en la pandemia: frecuencia adecuada, pero sin la duración suficiente
Pese a conocer el procedimiento correcto, tres de cada cuatro personas no respeta el tiempo recomendado por la OMS: entre 40 y 60 segundos, según lo detectó una encuesta realizada por investigadores de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC.
El lavado de manos con jabón es una práctica fundamental para cortar las vías de transmisión de Covid-19. Según las recomendaciones difundidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en sus protocolos preventivos, debe realizarse de manera frecuente, con abundante agua y una duración de entre 40 y 60 segundos.
Con el objetivo de recabar información sobre la respuesta de la comunidad a estas sugerencias, investigadores de la Escuela de Nutrición de la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) realizaron una encuesta online durante mayo de 2020. La respondieron voluntariamente 1151 personas, residentes en 23 provincias de Argentina, aunque el mayor porcentaje se encuentra viviendo en la provincia de Córdoba (82,6%).
El trabajo fue realizado por Georgina Oberto, Laura Coluccini, Lucía Baraquet y Roberto Sánchez, docentes de la cátedra de Microbiología y Parasitología de la Escuela de Nutrición (FCM-UNC) y el analista en sistemas Rodrigo Sánchez Asis.
Duración del lavado de manos
El estudio relevó que el 93,7% de los encuestados conoce al procedimiento correcto para el lavado de manos, sin embargo, el 75% de ellos manifestó no cumplir con el tiempo recomendado de entre 40 y 60 segundos.
El 44,1% no controló el tiempo; el 31,4% lo hizo en menos de 30 segundos y el 24,5 % tardó entre 40 y 60 segundos.
Además, de las personas que respondieron, un 42% tiene niños a su cargo, y solo el 65% de este grupo asegura controlar que los niños a su cargo se laven las manos en momentos adecuados.
Un 42% de los encuestados tiene niños a su cargo, y de ese grupo un tercio no siempre controla que ellos se laven las manos en momentos adecuados.
Una medida para prevenir
"La encuesta nos permitió recabar información sobre lo que conocen las personas del tema y, en base a ello, planificar instancias educativas que refuercen los puntos débiles, como el tiempo de lavado de manos y en qué momentos realizarlo. Estas intervenciones deben ser continuas, año tras año, ya que es una medida muy importante de prevención", comenta Georgina Oberto, una de las integrantes del equipo.
Los investigadores coinciden en destacar la efectividad de las campañas informativas difundidas sobre el lavado de manos, aunque sugieren ampliar las actividades preventivas, recalcando la necesidad de realizar la higiene de manera adecuada.
"Si bien en los distintos medios de comunicación encontramos gráficas sobre el lavado de manos, hay que difundir más en formato videos, cartelería, infografías, donde se refuerce la importancia de higienizar todos los sectores de las manos empleando el tiempo correspondiente, que nunca puede ser menor a 40 segundos", precisa Oberto.
En ese sentido, los autores del relevamiento ponderan las posibilidades que puede brindar el sistema educativo para implementar campañas preventivas efectivas.
"La escuela es un entorno favorable para promover comportamientos saludables. Aun en la virtualidad, es importante acordar con los docentes para llegar a los niños a través de actividades escolares en formato de juegos, videos educativos u otra actividad que despierte el interés, ya que ellos llevan a sus familias las prácticas aprendidas en la escuela", afirma Oberto.
En términos de costo-resultado, el lavado de manos de manera habitual es la intervención más importante para reducir la transmisión de enfermedades infecciosas.
El lavado en situaciones puntuales
Otro dato que relevó la encuesta fue la frecuencia del lavado de manos antes y después de situaciones puntuales. Se observó que la mayor proporción de las personas lo realiza siempre antes de ingerir alimentos o visitar un enfermo, pero no así antes de tocarse la cara.
Al mismo tiempo, más del 70% de las personas encuestadas se higieniza las manos después de visitar un enfermo, tocar dinero u objetos en la vía pública, pero rara vez lo hacen luego de sonarse la nariz o manipular tarjetas de pago.
Un dato llamativo que surgió del relevamiento está relacionado con la desinfección de los objetos que se traen de afuera de la vivienda, ya sea con lavandina o alcohol.
Más del 50% de los encuestados manifestó que siempre desinfectan los elementos que ingresan a sus hogares (bolsas o cajas), incluso aquellos de uso diario como celular o anteojos, y también alimentos como frutas o verduras. Se debe tener en cuenta que luego de estas actividades, nuevamente hay que lavarse las manos. Fuente: Unciencia.