Las mamis de “Sani”, las que enseñan a volar
Son madres, mujeres, esposas y además, activas colaboradores en el club de sus hijos. Silvina Angeletti, Andrea Cavagliato y Soledad Monges son mucho más que espectadoras en la tribuna, dedican horas de su tiempo libre para ocuparse de la logística antes de cada partido de las inferiores del Club San Isidro y confiesan que no hay nada más gratificante que acompañar el sueño de sus retoños de llegar a las grandes ligas.
Por Srefanía Musso
Convencidas de que su presencia es fundamental en la formación personal de sus hijos, son un ejemplo de entrega en distintas actividades que se desarrollan para apoyar la promoción del básquetbol en el Club Atlético San Isidro de nuestra ciudad.
En sus declaraciones manifiestan el compromiso que adquirieron con sus hijos y con la institución donde se desempeñan. El objetivo lo podemos sintetizar tomando una frase de una de estas mamás de los "halcones" que buscan crecer y volar en el básquet: "El acompañamiento de un padre a su hijo en cada etapa de su vida alimenta la relación y lo marcará en su futuro".
En el nido de calle Corrientes, ellas dicen presente. En la cantina del club, en la habitación de utilería, en las reuniones de viajes y la organización de eventos para recaudar fondos están ellas, las mamás de los jugadores de básquet de las diferentes categorías.
Con sus hijos en las categorías inferiores, Silvina Angeletti, Andrea Cavagliato y Soledad Monges aseguran que el hecho de que ellos practiquen un deporte es fundamental para su desarrollo físico y de los valores, porque además les permite sociabilizar más allá del colegio.
Con Emiliano en el mini básquet, Lucas en U15, Mateo en U17 y Leandro en la primera local, las mamás Silvina, Andrea y Soledad acomodan sus tiempos para acompañarlos en las prácticas y los encuentros alimentando el sueño de todos: llegar a la Liga Argentina de Básquetbol cuando sean mayores.
"Las mujeres somos más expeditivas que los hombres a la hora de organizar cómo tiene que ser el traslado, la ropa de los chicos, el inventario de elementos para que no falte nada. Estamos pendientes de todo".
-En el club son las infaltables...
- Silvina Angeletti: Estamos en todos lados y hacemos de todo. Para nosotras, el club es el lugar que contiene a nuestros hijos y nos da la oportunidad de involucrarnos en su crecimiento.
- Andrea Cavagliato: Más grandes son los chicos, más obligaciones tenemos como padres porque requiere cada vez más trabajo; pero uno lo hace con gusto porque venir al club es poder compartir un momento más en familia. Por eso no faltamos.
- Soledad Monjes: El club es todo en la vida de mis hijos y la mía. Una ya es parte de esto.
- ¿Qué le aporta una madre al club?
-S.A: El tiempo, que es sagrado. Nosotras somos las que nos encargamos de organizar los viajes para los chicos, de las ventas para poder recaudar dinero y que puedan estar presentes en cada encuentro. También atendemos la cantina y hasta lavamos las camisetas. Cuando ves la casaca de tu hijo tendida en el patio de tu casa junto a la de sus compañeritos, se te llenan los ojos de lágrimas porque ellos dieron todo en la cancha y eso es puro orgullo.
-A. C: Actualmente hay un mayor compromiso de los padres. Antes, éramos más mujeres pero hoy ellos también se comprometen con el desarrollo deportivo de los chicos porque entendieron que no hay nada más lindo que tu hijo pueda hacer lo que le gusta.
-S.M: Las competencias fuera de la ciudad las organizamos nosotras. Creo que somos más expeditivas que los hombres a la hora de organizar cómo tiene que ser el traslado, la ropa de los chicos, el inventario de elementos para que no falte nada. Estamos pendientes de todo.
Andrea, Soledad y Silvina, madres en el "nido", para acompañar, ayudar y contener a los hijos propios y a los ajenos
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¿Por qué estar presentes en cada encuentro?
-S.A: Estar junto a ellos en cada encuentro, así sea venir 20 minutos porque no podés porque tenés trabajo o tus otros hijos te demandan tiempo, hace que ellos puedan sentirse acompañados en el crecimiento como deportistas, así se conviertan o no en profesionales. Cuando los chicos nos ven, no sienten que están solos y que los dejamos en el club abandonados o solamente para que ocupen el tiempo y no estén en casa. Muchas veces le pregunto a mí hijo si quiere que me quede en la práctica y él me dice que sí. Lo bueno de compartir es que después lo charlamos en casa y podemos establecer un vínculo más cercano.
-A.C: Por trabajo siempre me costó estar en las prácticas, pero trato de estar en cada partido aunque es difícil viajar por los costos. Sin embargo, cuando los chicos recién comienzan con la actividad es el momento en que más debe estar presente un padre porque todo lo que el chico hace en la cancha es para demostrarte que él puede hacerlo. Ver a tu hijo corriendo en la cancha con seis años, que trata de encestar una pelota y te sonríe, es la mejor sensación del mundo.
-S.M: El acompañamiento de un padre a su hijo en cada etapa de su vida alimenta la relación y lo marcará en su futuro. Con el tiempo, ellos no van a poder reprochar tu ausencia en momentos clave como son los partidos. Mi hijo es mayor y muchas veces le pregunto si quiere que deje de venir pero como todos los chicos, cada vez que hace una jugada te busca con la mirada buscando la aprobación y eso te llena de orgullo.
"Cuando atraviesan la puerta del club, se
olvidan de los teléfonos celulares, la computadora y la Play Station, están
siendo chicos sanos y felices".
Silvina: "Estamos en todos lados y hacemos de todo. Para nosotras, el club es el lugar que contiene a nuestros hijos"
- ¿Por qué eligieron el básquet para sus hijos?
-S.A: Porque consideramos que los chicos aprenden sobre normas, la forma de tratar a adultos y a sus pares; porque es a partir del deporte que ellos pueden sociabilizar de otra manera más allá de sus compañeros del colegio. El básquet tiene mucho de compañerismo y respeto.
-A.C: Los padres siempre buscamos que los chicos estén en contacto con otros más allá de la escuela. Es con el deporte que pueden potenciar los valores que aprenden en el colegio. El club es como el patio de su casa, porque ellos pasan horas y horas acá rodeados de buena gente y están contenidos. Eso, como padres, nos da una tranquilidad que no encontramos en otro lado. Cuando atraviesan la puerta del club, se olvidan de los teléfonos celulares, la computadora y la Play Station, están siendo chicos sanos y felices.
"Cuando los chicos nos ven, no sienten que están solos y que los dejamos en el club abandonados o solamente para que ocupen el tiempo y no estén en casa".
- ¿Qué sienten cuando ven en las noticias casos de agresividad de padres en algunas ligas infantiles? ¿Les tocó vivir una situación así?
-A.C: A diferencia de lo que ocurre con otros deportes, en el básquet podés sentarte en la tribuna a tomar mates con los padres del equipo rival y está todo bien, porque si hay algo que fomenta esta disciplina es la amistad.
-S.M: Hay algunas situaciones desubicadas, pero no pasa como ocurre en el fútbol que muchas veces vemos que padres les gritan a sus hijos cuando están jugando. No hay agresividad o maltrato de padres a hijos. El básquet es un deporte muy especial.
Andrea junto a sus hijos "Halcones"
- ¿Les ocurrió que hombres las hayan discriminado por ser mujeres?
- A.C: Hay algunos que piensan `qué hace esta acá, por qué no está en su casa´, pero las mamás somos muy necesarias en este lugar.
-S.M: Las madres comprometidas con el club no hacen caso a lo que digan porque esto lo hacemos por nuestros hijos.
- ¿Qué enseñanza dejan?
-S.A: Nuestros hijos nos enseñan la humildad, el compañerismo y a tratar al otro como un par.
-A.C: Que todo se hace en base a sacrificio y que con esfuerzo y entrenamiento, se puede llegar muy lejos.
-S.M: Los minutos en la cancha se ganan y ellos los demuestran en cada entrenamiento.