Las dos campanas de la Catedral cumplen 100 años
Se cumple un siglo desde que las primeras campanas de la ciudad se emplazaron en la antigua Parroquia de San Francisco.
Durante siglos, el campanario de las iglesias fue siempre el punto más alto y de referencia de cada lugar. Sus campanas, siempre, además de marcar las horas, anunciaban los acontecimientos importantes. Su origen es difícil de establecer, pero la teoría más aceptada es la que atribuye la primacía a la región de Campania (Italia), por haberse empezado a fundir allí las campanas de bronce.
Su uso para anunciar cualquier acontecimiento es muy antiguo, pero en la Iglesia Occidental no aparece hasta el siglo VII y en la Oriental no antes del siglo IX. Cuando se instalaron las campanas, no había más que una en cada iglesia, multiplicándose posteriormente. Al crecer el número de campanas como su volumen, se vio la necesidad de construir torres para colocarlas debidamente y para que la sonoridad de las mismas pudiera esparcirse más. Así nacieron los campanarios.
El 21 de octubre de 1921 se emplazaron en la antigua parroquia de San Francisco. Todavía hoy son vigías de la vida de la comunidad y anuncian los acontecimientos religiosos importantes. El arquitecto Rafael Macchieraldo, quien proyectó la nueva Catedral, explicó que "en 1966, para la nueva Catedral, se proyectó el campanario con dos altas columnas contrapuestas entre sí, con 2 nervios cada una de hormigón armado visto, forma que se mantiene en sus 35 metros de alto, con nervios cada 4 metros que los unen y se usan como descanso para los escalones empotrados entre sus tramos y que sirven para su mantenimiento".
Precisó además que en los primeros 27 metros se colocaron los soportes para las dos grandes campanas recuperadas de la vieja iglesia. En los 5 metros siguientes se diseñó transversalmente un elemento saliente, también en hormigón armado visto, que forma una cruz si lo miramos desde el bulevar Sáenz Peña y, a su vez, si lo vemos desde el norte o el sur, tiene calada una cruz de 5 metros de alto y está en el eje de la avenida Libertador Sur, en el final del "decumane" romano de nuestra traza urbana".
Las dos antiguas campanas se reubicaron, una sobre otra, tomadas en soportes empotrados en el hormigón del campanario. Macchieraldo recordó que "en el año 2000 se inspeccionó y se detectó una falla en un apoyo. Se consultó con la firma Bellini de San Carlos Centro y la gran sorpresa fue que los abuelos de los entonces propietarios la habían fabricado en 1921. Aconsejaron bajarlas para hacer un mantenimiento, disponer nuevos soportes y automatizarlas con un reloj con un martillo que marcara las horas diurnas, con comando desde la sacristía. El trabajo lo supervisamos con el ingeniero Berthold de la municipalidad, utilizando la escalera de los bomberos voluntarios".
Antiguas y pesadas
Las dos campanas tienen inscripciones grabadas en relieve. La mayor, llamada Inmaculada Concepción, fue donada por la "colonia de San Francisco y Luis A. Sauce". Pesa 800 kilogramos y tiene grabada "La colonia y pueblo de San Francisco, octubre de 1921". La otra, "San Francisco y San Antonio", pesa 400 kilos con la siguiente leyenda grabada: "En memoria de Francisco Rubiolo, octubre de 1921". Fue donación de esa familia. Otra nueva, más pequeña, es la que con un martillo sincronizado marca cada hora. Este año, el 21 de octubre, esas campanas cumplirán 100 años anunciando a la comunidad la hora, los oficios o algún acontecimiento.
Macchieraldo también reseñó que "cuando en 1966 se bajaron las dos campanas, se guardaron para ser colocadas en el futuro campanario, pero no era posible avanzar con la nueva estructura si no se construían previamente las bases correspondientes, dada su dimensión. Se encargó un estudio de suelo que indicara qué resistencia tenía el terreno y qué estructura era necesaria para soportar su base. El cálculo del ingeniero Aldo Reta Berg fue lapidario: había que hincar 12 pilotes de 50 centímetros de diámetro a 8 metros y medio de profundidad y hacer un cabezal macizo de hormigón armado de dos metros de altura, desde donde nacería la torre del campanario."
"El 11 de mayo de 1969, la comunidad diocesana volvió a asistir a misa en ese lugar, más precisamente en el auditorio. Después de solo 42 meses, tres años y medio, los oficios volvían a realizarse en su predio original. Y en ese tiempo, éste comprendía el campanario, la plaza seca, el auditorio, 6 aulas y los sanitarios. Para ese lugar proyecté un nuevo altar y el ambón de madera que actualmente están en la capilla del Santísimo", expresó finalmente.