La pizza viaja en bici: otra forma de delivery que llegó a la ciudad
En bici y tercerizado: cómo la crisis cambió el trabajo. El reciente desembarco de una app para envíos gastronómicos desnuda una realidad que transcurre entre la innovación del mercado, los cambios que impuso la pandemia, la necesidad de empleo -aunque sea volátil o por hora- y la precariedad laboral.
Por Manuel Ruiz | LVSJ
En la noche de viernes, Camila Qunteros (21) hizo siete entregas. Siete repartos. Llevó desde un local gastronómico lo que alguien en una casa pidió para cenar, le cobró y se fue. Lo hizo en su bicicleta, la que es su principal herramienta de trabajo cuando hace dos meses atrás y en un contexto laboral deprimido por los coletazos económicos de la pandemia, se quedó sin su puesto en una rotisería.
Camila es la única mujer bicidelivery de los seis repartidores que hacen entregas en bicicleta de los pedidos que reciben los 20 comercios de la ciudad que trabajan mediante la aplicación para teléfonos móviles "BBB Delivery", creada por la empresa de logística local "BBB Express".
Cómo funciona
"BBB Delivery es una rama de lo que es BBB Express, una empresa de logística, y surgió un poco por la necesidad de nuestros clientes que en el contexto de aislamiento se encontraron con que no estaban pudiendo vender ni abrir sus negocios, entonces le plantearon al dueño de la empresa si se podía hacer una rama que se dedicase a la distribución de los productos que venden", explicó Emanuel Castellani, empleado de la firma con sede en el Parque Industrial de nuestra ciudad.
"Nosotros solo desarrollamos una app y se la 'prestamos' a la sociedad, como es el caso de Camila y los locales gastronómicos. Somos simplemente el nexo entre los deliveries y los comercios", sostuvo Castellani.
La app funciona solo para comercios y delivery. Es decir, los repartidores ingresan al sistema y se dan de alta cuando quieren, puede ser por la mañana o por la noche o todo el día. Lo que hace el comercio es cuando tiene algún pedido para enviar, por ejemplo, quince minutos antes del horario pactado con su cliente para la entrega, ingresa a la app y pide un repartidor. Al repartidor que está activo, que no está en un envío en curso, le llega una notificación y decide si toma ese reparto o no. En caso de que acepte, el sistema notifica la dirección donde tiene que ir a buscar el pedido, lo busca, lo paga y se lo entregan al cliente del comercio, le cobran y recuperan el dinero con el que habían pagado. Cuando la entregan, ponen que el pedido fue entregado y el sistema los vuelve a poner como disponible para hacer otro envío.
En una buena jornada, Camila en su
bicicleta llega a hacer 17 viajes.
Pandemia de deliveries
Es como que una alarma suena a las 20 y de repente la ciudad pasa a ser de los deliveries. En esta pandemia, durante la noche, la foto que predomina en San Francisco es de motos con cajas conservadoras con el nombre del local gastronómico por el cual van y vienen y también de conservadoras rojas y azules, de las que se usan para ir a la pileta, al río o al mar. Yendo y viniendo. Y ahora también, en ese paisaje veloz, frenético se suman los que reparten en bici, con la caja colgada como una mochila.
"Fui una de las primeras en empezar y hacer el reparto en bici. Voy a todos lados. Cuando trabajábamos mientras se desarrollaba la aplicación, íbamos a un comercio fijo y trataban de no mandarme muy lejos -iban los chicos en moto-, porque además de la distancia, pedaleando tardo un poco más. Pero ahora con la app voy a cualquier lado. Lo más lejos es desde el centro hasta Villa Golf o hasta Brisas del Sur", contó Camila y admitió que al principio el cansancio físico era grande, "terrible", pero que ahora ya se acostumbró a los casi siete pedidos que hace a diario. Una noche llegó a hacer 17 envíos.
"Lo bueno que tiene la bici, más allá de lo agotador, es que no tengo pérdida en la ganancia porque no gasto en nafta. Si la bici se me rompe, es más barata arreglarla que una moto, Y además no tengo moto", agregó.
Envíos tercerizados
Actualmente, la aplicación cuenta con 21 comercios adheridos y de los 100 anotados para ofrecer sus servicios como delivery, trabajan 18. Castellani explicó que ellos controlan el flujo de deliveries disponibles teniendo en cuenta la cantidad de comercios que usan la app para desligarse de tener que buscar sus propios repartidores: a más comercios, mayor cantidad de deliveries con posibilidad de activarse,
Otras de las cosas que la empresa hace es el cobro del servicio a los diferentes comercios y semanalmente le rinde a los deliveries el dinero de acuerdo a la cantidad de entregas que hicieron.
De jueves a domingo, particularmente de 20 a 23, los repartidores de la plataforma trabajan vertiginosamente. El coronavirus no cambió los días y horarios para pedir comida. Ahora y a diferencia de siempre en San Francisco, puede que el delivery llegue en bici.
Con el reciente desembarco de una plataforma
online de delivery, San Francisco se suma a una costumbre que está muy arraigada
en las grandes ciudades, donde la masividad de estos servicios -que en su
mayoría ofrecen envíos a domicilio de comidas- recibieron una rápida aceptación
por parte de los usuarios. Precisamente el delivery fue la opción
para poder subsistir que encontró la gastronómica, una de las industrias más
golpeadas por el covid-19, y a partir de allí, surgieron nuevas iniciativas. Desde el rubro rescatan el servicio
puerta a puerta como un complemento para las ventas, sin embargo, aseguran que
"no es determinante" para el comercio local. En este sentido, el presidente del Centro
Empresarial y de Servicios (CES), Darío Tamagnini, reconoció que este tema "fue
conversado con los miembros de la comisión directiva" aunque luego explicó que
a partir de la flexibilización de la cuarentena "en San Francisco no se usa
tanto el delivery". "La implementación del sistema de
delivery no es determinante para definir una venta", porque "San Francisco es
una ciudad en la que todavía es cómodo trasladarse para buscar un producto en
un comercio", dijo. "Yo no lo veo como algo negativo. Para mí
es un elemento más que se encuentra dentro de las posibilidades que tiene el
comerciante para desarrollar la actividad", opinó Tamagnini. Para el secretario general de la Unión de
Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina
(Uthgra) seccional San Francisco, Juan Molina, ante este modelo de negocio urge
un marco regulatorio. Este tipo de canales de comercialización
"apuntan a una precarización laboral" porque "muchas empresas de delivery
tienen a sus trabajadores sin ART ni seguro". "Debe trabajarse desde el Congreso de la
Nación ya que la municipalidad o la provincia no tienen potestad sobre esta
práctica. En el caso de la ciudad, solo pueden establecer ordenanzas que tienen
que ver con la manera en que deban conducirse en la vía pública pero de ninguna
manera se pueden pronunciar respecto de una práctica laboral", se explayó Molina. El dirigente gremial recordó también que
la Uthgra "es uno de los primeros gremios en levantar la voz a nivel nacional
contra la precarización laboral que se viene en diferentes actividades". En San Francisco, el delivery opera hasta
ahora sin un marco legal que lo regule, a pesar de intentos anteriores de
concejales de la oposición de crear un registro. Quienes prestan este servicio
deben observar las mismas reglas en materia de tránsito que el resto de los
conductores y ahora, en el marco de la emergencia sanitaria, cumplir con las
normas de higiene exigidas. Entre la innovación y la precarización laboral
La urgencia de un marco regulatorio