La pavimentación de dos avenidas
Eliminar algunas calles de tierra en sitios clave redunda en mejoras de la calidad de vida y revalorización de las propiedades de los vecinos, entre otros beneficios palpables.
El Concejo Deliberante aprobó proyectos de ordenanza que tienen que ver con la puesta en marcha del proceso licitatorio para la pavimentación de dos avenidas de San Francisco. Estamos hablando de la Avenida de la Universidad, entre bulevar Roca y Avenida Güemes y el tramo de la Avenida del Libertador Norte que va desde México hasta Los Paraísos.
En el caso de la pavimentación de esta última arteria se aprobó una licitación para la provisión de 667 toneladas de cemento portland y para obtener 2.125 toneladas de piedra partida a granel. Igualmente, para la pavimentación de la avenida de la Universidad, se aprobaron las licitaciones para obtener 735 toneladas de cemento portland y 2.305 toneladas de piedra partida a granel.
Las ordenanzas son un paso adelante en la concreción de dos obras de importancia para el tránsito ciudadano. La apertura de la avenida Libertador Norte permitió una interconexión mucho más fluida entre los nuevos barrios del norte y el centro sanfrancisqueños. Pero su traza de tierra sufre las consecuencias de los embates del clima. Durante los largos meses de sequía, la tierra en suspensión fue una constante. Y con las primeras lluvias, los "serruchos" y desniveles aparecen con frecuencia.
Algo similar ocurre en la avenida de la Universidad, una traza que ha cobrado especial trascendencia puesto que, transitándola se puede unir Cervantes con Maipú, ambos ingresos a San Francisco, además de que su traza recorre algunos barrios hoy muy poblados y también sectores en los que ha crecido notoriamente la actividad comercial, cultural, educativa y deportiva. Para más, se ha venido constituyendo en una calle muy utilizada por los vecinos de Plaza San Francisco para ingresar a los sectores céntricos.
Es así que los dos procesos licitatorios puestos en marcha llevarán a que la pavimentación sea una realidad en un lapso prudencial y así se satisfarán los anhelos de los vecinos de sectores que han cobrado importancia residencial. Pero fundamentalmente porque la conexión entre distintos puntos vitales del ejido urbano se podrá llevar a cabo de manera más cómoda, ágil y segura.
Quizás estas ordenanzas recientemente sancionadas pongan otra vez la mirada en el tema pavimento, en el que -salvo muy esporádicas acciones- en los últimos años no han existido grandes acciones. Porque son varios más los sectores que necesitarían mejoras en ese sentido: cordón cuneta en barrios alejados, mejora de algunas falencias constructivas históricas y deficiencias en los enripiados son algunas de las realidades que se enfrentan los vecinos en determinadas calles. Es de esperar que estos procesos licitatorios continúen en la medida de lo posible. Porque eliminar algunas calles de tierra en sitios clave redunda en mejoras de la calidad de vida y revalorización de las propiedades de los vecinos, entre otros beneficios palpables.