La pandemia y la economía: “Tenemos que volver a conectarnos con la intención de este distanciamiento”
Dos psicólogas analizan las diversas conductas humanas dadas en esta situación de emergencia y aislamiento por el coronavirus, tan antagónicas que van de la admiración a la indignación. Aseguran que la solidaridad y la compasión se vuelven esenciales en momentos como éste.
Por Isabel Fernández|LVSJ
Desde que comenzó la cuarentena por la pandemia de coronavirus cambió nuestra rutina, el trabajo, las actividades de esparcimiento y hasta nuestros pensamientos y emociones ya no son los mismos que hace dieciséis días.
Se impone la incertidumbre y una de las preocupaciones principales a esta altura del aislamiento es la economía y el trabajo.
Durante la primera etapa de la medida, si bien muchas personas pudieron adaptarse a la nueva modalidad de trabajo desde sus hogares, otras no tuvieron la posibilidad de hacerlo, ya sea porque trabajan en contacto con otros o porque la naturaleza de su tarea no lo permite. Esta situación está generando pérdidas financieras importantes en la economía personal y de los hogares.
Estamos viviendo una realidad nueva, de características traumáticas. Con el miedo y la sensación de incertidumbre se ponen en marcha conductas colectivas y mecanismos defensivos que pueden exponernos a riesgos.
Conductas como las compras compulsivas y el "sálvese quien pueda" al principio de la cuarentena, que generaron desabastecimiento de productos como alcohol en gel, papel higiénico o artículos de limpieza; hasta el inexplicable aglutinamiento de gente y las largas filas en los bancos para cobrar, jubilados que pasaron la noche a la intemperie, con hambre y frío, esperando su turno para ser atendidos ya que los recursos económicos son necesarios para afrontar la emergencia.
Hay reacciones contradictorias como las de reconocer con aplausos todas las noches a los profesionales de la salud o la discriminación de médicos en un edificio porque los ven como una amenaza. Al mismo tiempo surgen la solidaridad y el altruismo.
Las licenciadas en Psicología de nuestra ciudad, María Emilia Gobbo (MP-6876) y Nadia Castelli (MP-9939) analizaron en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO el impacto psicológico que ésta crisis provoca y aconsejaron qué hacer ante la angustia que se genera por la situación económica.
Las profesionales sugirieron "volver a conectarnos con la idea de que la medida es para cuidar nuestra salud y la salud de los más vulnerables; prestar atención a la hora de intervenir en las redes sociales, ser solidarios con quienes lo necesitan y tener gestos de altruismo".
- Albert Camus, muy citado en estos días, el autor de "La Peste", menciona que una pandemia "puede sacar lo mejor y lo peor de la humanidad". ¿Cómo controlar las ansiedades y conductas que pueden aparecer?
El dejar de trabajar y reducir o modificar el contacto social, la amenaza ante la enfermedad por Covid-19 y también el dengue, la recesión económica nacional, son hechos que podrían repercutir negativamente en nuestras vidas si no registramos qué vamos necesitando y cómo nos vamos sintiendo.
Lo laboral se constituye como un ordenador de nuestros días, al mismo tiempo que en muchos casos nos genera bienestar y es fundante de nuestra identidad.
El cambio en los dispositivos laborales y la disminución o ausencia de ingresos económicos generan un gran malestar en las personas. En este escenario, se suman otras variables, como la recesión en la economía de nuestro país, la circulación de la enfermedad del dengue, siendo este otro peligro para la salud, y la exposición constante a noticias que vienen de los países más afectados. Este malestar es real, nos afecta a todos en mayor o en menor medida y supone un peligro y amenaza vital.
Si bien es cierto que en este contexto pueden aparecer nuevas oportunidades y nuevas configuraciones sociales, personales y familiares, para ello falta tiempo y aún resta atravesar la etapa más crítica y difícil de la pandemia.
Desde las primeras noticias que salieron a la luz sobre este virus y su propagación, se han observado diversas conductas humanas, que generan una amplia variedad de sensaciones, desde admiración total hasta bronca e indignación.
Afortunadamente, muchas personas y colectivos de personas se encuentran en otro extremo. Se han organizado para ayudar a afrontar esta situación a los más vulnerables y surgen conductas de gran altruismo como la donación de una gran cantidad de dinero por parte de empresarios anónimos.
También el abastecimiento de alimentos y elementos de higiene a quienes lo necesitan porque han perdido su fuente de trabajo, los consorcios se organizan para cuidar a las personas de mayor riesgo de los edificios, se generan redes virtuales de solidaridad, muchos profesionales de diversas áreas ofrecen espacios de acompañamiento virtual en esta situación.
- ¿Qué podemos hacer ante estos comportamientos sociales tan diversos?
Ante esta situación que se presenta, sugerimos volver a conectarnos con la intención de este distanciamiento. El ser humano es un animal social y ante la ausencia de las actividades sociales habituales, puede surgir enojo, malestar, aburrimiento o sensación de encierro. Debemos volver a conectarnos con la idea de que esta es una medida para cuidar nuestra salud y la salud de los más vulnerables, para prevenir lo que está sucediendo en países tan cercanos culturalmente a nosotros como Italia y España.
Surgieron dispositivos alternativos para la conexión social. De hecho, podemos encontrarnos con que nos conectamos con gente con quien hacía mucho no hablábamos, comenzamos a utilizar la videollamada cuando antes no la usábamos, estamos en mayor contacto con nosotros mismos y nuestras necesidades.
- ¿Qué hacer con las redes sociales y la información?
Es importante prestar atención a nuestras intervenciones en las redes sociales, hacerlo con cautela, tener empatía y ponerse en el lugar del otro. Desde que se reportaron los primeros casos en la región y en nuestra ciudad, muchos se han ocupado de investigar la identidad de las personas y escracharlos, siendo esta conducta otra reacción ante la amenaza y el miedo a enfermar. Del otro lado hay una persona enferma que comparte los mismos temores que nosotros, que quiere sanar.
Proponemos también tener un gesto solidario, ayudar a algún vecino que lo necesite, comprar algo de más si podemos y acercarlo a quien lo necesite. Tener gestos de reconocimiento ante profesionales de la salud. Si bien la solidaridad y la compasión son valores muy importantes, en este momento son esenciales.
Claves para atravesar la emergencia
- Respetar al máximo posible el distanciamiento físico y las medidas de aislamiento.
- Armar rutinas organizadoras que permitan desarrollar el día de forma placentera y de acuerdo a lo que el cuerpo y la psiquis necesite.
- Informarse de fuentes serias y sitios oficiales para conocer las formas de cuidados personales y colectivos actualizados.
- Tener en cuenta que una información excesiva, no limitada y no chequeada puede generar sentimientos de angustia con la concomitante ansiedad.
- Procurar estar conectados con otros, a través de medios virtuales, respetando las medidas difundidas. El distanciamiento físico no implica necesariamente distanciamiento social.
- Utilizar recursos virtuales y colectivos disponibles en la red. Actualmente existen grupos de meditación y otras prácticas abiertas de manera gratuita.
- Recurrir a los profesionales de salud. Los psicólogos trabajan arduamente para que no se interrumpan los procesos terapéuticos ya iniciados y al mismo tiempo para brindar contención y asistencia en tiempos tan complejos a aquellos que desean consultar.
Actualmente muchos profesionales acompañan a los pacientes y a la comunidad de forma virtual. En el caso de niños o adultos mayores que no puedan desarrollar las sesiones con esta modalidad, se proponen entrevistas con familiares y personas de referencia como forma de contención y acompañamiento.
A medida que el tiempo y la situación actual transcurren, las preguntas y las dudas se multiplican. Estamos atravesando una situación crítica, por lo cual es esperable transitar por estados emocionales variables. Sentirnos acompañados es fundamental en momentos donde la prevención está puesta en lo colectivo. Como profesionales de la Salud Mental, consideramos fundamental estar presentes a nivel colectivo para que el distanciamiento social no nos convierta en aislados padecientes.
Para recibir ayuda pueden contactarse a los teléfonos (03564) 15410060 ó 15616686