La crisis conspira contra el delivery y los lavaderos de autos
La disparidad entre el ritmo de alza de los precios y los salarios cambió los hábitos de consumo de los sanfrancisqueños. Compran en la rotisería pero buscan el pedido y contratan un servicio de lavado de vehículos la mitad de los que lo hacían antes.
Por Mauricio Argenti
Mantener el control de nuestras finanzas es importante en cualquier circunstancia y más aún en épocas de crisis. Por ello, es posible que en situaciones como las que se viven actualmente, surja la necesidad de cambiar hábitos que nos lleven a intentar mejorar la economía familiar.
Si esto ocurre, ¿qué sectores de la economía se ven perjudicados? Para responder a esta pregunta hay que tener en cuenta que el rubro servicios es sin dudas el primer lugar donde se recortan gastos.
Al momento de comer, el indicador se vuelve inobjetable. Al menos así lo reconocen Norberto Bustamante e Ivana Oliva, de rotisería Rincón Casero, quienes indicaron a este diario que "desde hace más o menos cinco meses, clientes que antes nos pedían comida todos los días del fin de semana, ahora pasaron a pedir solo el domingo y el resto de los días se arreglan con lo que tienen para no gastar de más".
"Para hacer frente a estos cambios que se produjeron obligados por la crisis tratamos de buscar alguna alternativa que resulte económica para no perder clientes", reconocieron.
Entre las ideas para conservar la venta de alimentos surgió la posibilidad de ofrecer un plato del día mediante el servicio de vianda. "En este caso ofrecemos un servicio de comida diaria de 100 pesos por persona, cuando contratan la vianda saludable por semana, y para aquellos que les gusta el clásico menú de rotisería, ofrecemos una alternativa con pollo o carne que tiene un costo que oscila entre los 110 y los 120 pesos".
Las rotiserías buscan estrategias para no perder clientes
Cambios en el delivery
El servicio delivery que suele encontrarse en las rotiserías y casas de comida resultó directamente golpeado por la inflación y la pérdida del poder adquisitivo. Este servicio, en la mayoría de los casos genera un incremento extra en el costo del menú. Los entrevistados aseguraron que "se usa poco" por parte de sus clientes quienes prefieren acudir de manera personal a buscar el pedido al local antes de recibirlo cómodamente instalados en su casa.
Este cambio en la rutina de muchos clientes en San Francisco lleva a que los mismos ahorren unos pesos que les permita sentir que su dinero rinde por más tiempo.
"Antes, el delivery se usaba un poco más que ahora, que está prácticamente parado", comentó Norberto.
Esta situación obligó a los propietarios de rotiserías a establecer estrategias para conservar a los clientes. En este caso, "aquellos que piden la vianda todos los días de la semana reciben el servicio de delivery sin cargo".
De todas maneras reconoció la disminución en este tipo de servicio cuando el mismo debe abonarse. Esto ocurre por la noche, cuando se ponen a la venta las clásicas pizzas y sándwiches. "La gente llama para preguntar a qué hora estará listo el pedido y luego ellos mismos se encargan de buscarlo", continuó el hombre.
"Al haber menos plata, la gente ya no viene como antes a lavar el auto", admitió Diego
Lavar el auto, un lujo para esta época
Llevar el auto al lavadero para que el vehículo luzca brillante y que la limpieza dure por varios días, hoy significa para muchos darse un lujo.
Los lavaderos pueden cobrar hasta 350 pesos por limpiar la carrocería, el chasis y dejar brillante el interior. En definitiva, los más obsesivos, que gustan llevar su vehículo todas las semanas al lavadero, pueden llegar a gastar hasta 1.400 pesos por mes.
Hasta hace tres años, las tarifas apenas llegaba a los 100 pesos y aumentó al ritmo de la inflación. Con los costos actuales, mandar a limpiar el vehículo es un servicio para unos pocos, mientras que el resto apuesta a comprarse una hidrolavadora y hacerlo con sus propias manos.
Diego Besuzzo, propietario de Lavadero
"El Sol", reconoció que producto de la crisis se redujo en un 50 por ciento la
cantidad de vehículos que se lavan en su establecimiento donde actualmente por
día no se llegan a lavar 20 vehículos cuando en épocas mejores esa cantidad
rondaba las 40 unidades. "Al haber menos plata, la gente ya no
viene como antes a lavar el auto", admitió. Ya no se ven los clientes semanales,
aquellos fanáticos de la limpieza que llevaban el vehículo al lavadero para que
quedara impecable todos los fines de semana. "Apenas tenemos unos pocos
clientes que con mucha suerte vienen cada 15 días pero la mayoría lo hace una
vez por mes", dijo el entrevistado para luego advertir que "antes de venir
miran qué va a ocurrir con el clima. Si está previsto lluvia en los días
posteriores, seguro no vienen"."Ya no se ven los clientes semanales"