La calesita sigue esperando para volver a despertar
Los juegos infantiles de la Plaza Cívica al igual que los del resto del país, están sin gente desde el inicio del aislamiento social decretado para frenar los casos de coronavirus. La familia concesionaria del parque asegura que harán"lo imposible para volver a funcionar"bajo un protocolo sanitario, pese a la gran pérdida económica y los gastos que deben seguir afrontando.
Las luces se apagaron, los colores no se ven y la música ya no alegra las tardes domingueras en la Plaza Cívica. La pandemia de Covid-19 también afectó a la querida calesita y los juegos en los que muchas generaciones de sanfrancisqueños soñaron, se divirtieron y disfrutaron.
Allí, la calesita espera en silencio que pase la emergencia y que las risas de los chicos vuelvan a mezclarse con la música infantil.
Clide"Titi" Rainaudi y Alberto Camoletto tienen la concesión municipal desde hace más de 40 años de los juegos que primero funcionaron en la plaza Vélez Sársfield y que luego se instalaron en el actual lugar céntrico. Todos los años la familia Camoletto logró renovar la concesión ya que nadie más se presentó a licitación pública.
Hoy, en este contexto de coronavirus, la incertidumbre del regreso es grande, pero la esperanza nunca se pierde, como tampoco la magia del sentimiento que contagia a cada familia que dio una vuelta en la calesita.
Los botes, uno de los entretenimientos en pausa.
"Era un bálsamo al alma ver los chicos disfrutando"
"Titi" -como todos la conocen- aseguró a LA VOZ DE SAN JUSTO que esta crisis hizo que ella y su esposo lamenten no poder ofrecer este atractivo tan importante."Era como un bálsamo al alma poder abrir la calesita los domingos, ver los chicos disfrutando, me gustan mucho los chicos y quiero verlos felices. Nunca nos pasó que tengamos que cerrar tanto tiempo", confesó.
Entre todas las flexiblizaciones al aislamiento que se van haciendo, los juegos infantiles aún no tienen fecha para volver, pero los Camoletto no pierden la esperanza e incluso, tiene, una propuesta de protocolo para poder trabajar aunque sea un poco.
"Mi propuesta sería poner divisorios de acrílico entre un caballito y el otro, en los autitos dejar subir de a un chico y controlar que todas las medidas de bioseguridad se cumplan, limpiar todo con alcohol y hacer respetar el distanciamiento social para prevenir contagios", contó.
Asimismo, la entrevistada afirmó que todavía para eso"hay que renovar la calesita y los juegos, ponerlos en condiciones y probar que todo funcione bien".
"Voy a hacer lo imposible para que vuelva a funcionar, ni se me ocurre vender algún componente de la calesita. Esto va a pasar y creo que no hay que perder la esperanza, por todos los que disfrutaron. Eso es lo que me ayuda a tener ganas de vivir, me encuentro con abuelos, padres que me dicen que venían ellos y ahora traen a los chicos", expresó optimista.
Plaza sin diversión. La reapertura vendrá acompañada de estrictas medidas sanitarias.
Los gastos siguen
La situación económica para ellos es difícil como para muchos rubros, pero afortunadamente cuentan con la ayuda de los hijos, nietos y familiares.
"Contamos con la ayuda de nuestros nietos y familiares, ellos ya son profesionales y nos ayudan. Seguimos manteniendo a la persona que nos ayuda en la atención del lugar. Los gastos fijos siguen estando, el consumo de energía eléctrica, las boletas siguen siendo del mismo monto que cuanto estaba trabajando y ahora está todo cerrado", finalizó.