José encontró en la bicicleta una actividad que le cambió la vida
José "Urco" Delgado se encuentra regresando de un viaje que realizó desde San Francisco a San Miguel de Tucumán donde fue a visitar un amigo. Para ello, su bicicleta, que bautizó como '"la toxi", es más que su compañera, más bien la considera como una forma de vida.
Por Mauricio Argenti | LVSJ
A los 55 años, José "Urco" Delgado entendió que no había sueños imposibles aunque para eso tenga que esforzarse por llegar a la meta, y vaya si lo hizo.
Desde el 7 de marzo se subió a su bicicleta, que equipó con los elementos indispensables para una larga travesía y salió de San Francisco con destino a San Miguel de Tucumán, donde vive Hipólito Cólomo, un amigo entrañable a quien hace mucho tiempo no veía y con quien se reencontró dos semanas después, el pasado 21 de marzo.
Pese a sus problemas de salud crónicos, su voluntad a prueba de cualquier dificultad, hizo que José entendiera que "el secreto para ser feliz está en cumplir sueños", algo que sin dudas pudo hacer con este viaje que culminará la próxima semana, llegando a San Francisco luego de recorrer aproximadamente 1.700 kilómetros.
El entusiasmo de la primera jornada de la travesía lo llevó a recorrer 160 kilómetros aunque luego admitió que "fue mucho" el esfuerzo que viene administrando en recorridos que oscilan un promedio de 80 kilómetros por día.
Desde que comenzó el viaje, "Urco" fue manteniendo informado a sus seguidores en sus redes sociales. A través del Facebook 'José Urco Delgado' así como también mediante la cuenta de Instagram @bicicleteandoconlatoxi se pueden observar distintas etapas de su aventura, en las que se muestra pleno de felicidad por cada momento compartido.
Al momento de atender el llamado de LA VOZ DE SAN JUSTO se encontraba en Deán Funes haciendo un alto en el camino para luego completar la jornada con un viaje hacia Jesús María donde pasaría la noche y conocería las inmediaciones.
Si bien su destino elegido fue San Miguel de Tucumán, confesó que esa fue "la segunda opción" de las que se le presentaron cuando decidió lanzarse a la aventura de unir grandes distancias a bordo de 'la toxi', una Venzo "pero de las viejas y pesadas, que no tiene nada extra salvo el manubrio mariposa".
Equipada con alforjas traseras y delanteras en las cuales lleva lo mínimo indispensable para sobrevivir, José se lanzó a la ruta en busca de su sueño.
"Mi primera elección había sido visitar a una amiga que vive en el sur del país. De todas maneras, luego de haber contraído covid me agarró un poco de temor así que me decidí por visitar a mi amigo Poli".
Con mucho sentido del humor, se describe como "anticiclista" ya que "a mis 55 años tengo una rodilla operada y la otra me la tienen que operar pronto. Tengo las últimas tres vértebras pegadas por la artrosis, enfermedad que además me afecta las cervicales, exceso de peso y además soy ex fumador".
A pesar de todo ello, en octubre de 2020 José decidió subirse a una bicicleta como una manera de buscar "encajar" en algún grupo de ciclistas pero de inmediato supo que eso iba a ser muy difícil porque "mientras todos iban fuerte, a mí me gustaba llevar el termo y el mate y quedarme en el campo mirando los pajaritos y la naturaleza".
De esa manera entendió que para disfrutar como quería hacerlo, "sabía que tenía que ir solo y me fui animando cada vez un poco más. Al principio a duras penas llegaba a Luxardo y me volvía con muchas molestias".
El dolor no es el límite
Pese a las limitaciones físicas, "Urco" entendió que no debía dejarse vencer por el dolor. Para eso se puso como primera meta visitar a su padre quien estaba internado en un centro de salud de Cosquín, algo que pudo concretar antes de su fallecimiento ocurrido el pasado 30 de noviembre.
"Me preparé para visitar a mi papá en la bicicleta y gracias a Dios lo pude hacer" dice quien luego aclara que "no me considero ciclista" ya que para él la bicicleta "es una forma de vida".
Una vez superada su primera meta fue por más y se conectó con personas que integran grupos de cicloturismo. "Estas personas me dieron mucho aliento al igual que muchos amigos en San Francisco".
Además del apoyo inicial, José rescata el aliento que recibe de parte de aquellos que encuentra en la ruta. "Saliendo de Frías, en Santiago del Estero, recuerdo que hacía mucho frío y se paró un hombre y me regaló unos bizcochos y cosas dulces y me largué a llorar por la emoción por el gesto. Algo así me vino ocurriendo en todo el trayecto donde personas que no me conocían me abrían las puertas de sus hogares para darme un vaso de agua o recibirme para descansar. Lo que estoy viviendo es hermoso".
Al momento de describir lo que siente circular a bordo de su bicicleta en el trayecto elegido no dudó en reconocer que "me emociono mucho" recordando que "el momento en que circulaba por las salinas y no pasaba nadie por allí era una emoción indescriptible que me traslada a sentimientos muy buenos. Es increíble ver el amanecer o la puesta del sol sobre la bicicleta o tomando un mate. Hay veces en que parece que el corazón me va a explotar de tantas cosas lindas. Hasta en los días más difíciles aparecen 'ángeles' que se cruzan en el camino como los camioneros que dan un ánimo tremendo para todo lo que falta".
"El secreto de ser feliz
pasa por cumplir sueños"
Dentro de su explicación comentó que en esta etapa de su vida "he descubierto una vez más que el secreto de ser feliz para por cumplir sueños" además de "perdonar y ser abiertos con los demás creyendo en el otro".
"En este viaje cada día es un misterio. Cuando llego a un lugar no sé muy bien dónde voy a tirar la carpa y allí es donde entra la confianza en Dios por saber que en algún lado me voy a recostar para descansar y seguir camino".
Al subirse por primera vez a una bicicleta con el objetivo de comenzar a incrementar las distancias recorridas, reconoció que "pude descubrir otro mundo que me cambió por completo, me hizo mucho más susceptible a lo espiritual y una vez que estás en ese plano no tiene retorno".
Si bien le cuesta definirse como ciclista aseguró que con el paso del tiempo y las experiencias adquiridas sobre la bicicleta "esto más bien es como una forma de vida. Hago ciclismo, pero sería muy pretensioso definirme como ciclista".