Itatí, la que nunca para
Esta entrerriana no para un segundo y a pesar de su edad realiza múltiples actividades. Hace todos los mandados en bicicleta, va dos veces por semana al gimnasio, tiene su propia quinta y no se pierde ningún partido de San Isidro.Este año su historia se hizo conocida cuando saltó en paracaidista siendo la mujer de mayor edad, que realizó esta práctica en el Aeroclub San Francisco. Ahora sueña con subirse a un caballo como cuando era pequeña.
El lunes a las 10 de la mañana el termómetro
ya marcaba 30 grados y la jornada se presentaba pesada y muy calurosa como una
de las tantas que vivimos esta semana.
Itatí Bolzan (67) me recibió para esta nota después de su clase de gimnasia y quedé totalmente sorprendida. A simple vista, se podía observar que ni el calor ni los ejercicios habían impactado en ella y me saludó con una vitalidad Y energía envidiable.
"Hace un año que vengo al gimnasio y me puedo estar más contenta", afirmó Itatí, que ni esperó que le haga una pregunta. "El profesor como mis compañeras son maravillosos y siempre tengo ganas de venir", agregó.
Itatí es una de los 35 adultos mayores que desde el año pasado toman clases en Energio Gym, ubicado en Bv. 25 de Mayo 2556. Esta entrerriana se hizo conocida este año cuando en setiembre tuvo su salto de bautismo como paracaidista siendo la mujer de mayor edad, que realizó esta práctica en el Aeroclub San Francisco.
"Ese salto fue cumplir un sueño que tuve desde chica", afirmó la mujer que confesó que "nunca para" que le encantan siempre estar en movimiento.
"Yo siempre fui una persona activa. Ante de la pandemia hacía cobranza para tres lugares. Durante 15 años fue cobradora de San Isidro y con mi bicicleta conozco cada adoquín que tiene este ciudad", contó Itatí y aseguró que esa actividad física no era suficiente para sentirse mejor y valoró el trabajo que lleva adelante en el gimnasio.
"El profe Eloy nos cuida y no nos deja un minuto solas. Nos controla cada movimiento para que no tengamos lesiones con él trabajamos todos los músculos y articulaciones", afirmó. "Desde que vengo al gimnasio tengo más elasticidad, no soy Nadia Comaneci pero me las arreglo para estar mejor".
La entrerriana contó que como muy buena alumna lo que aprende en las clases lo aplica en la vida cotidiana. "En mi casa tengo quinta y para agacharme lo hago como me enseñó el profesor y así evito lesionarme", dio como ejemplo. Y aseguró: "Desde que vengo al gimnasio no me duele nada y terminé con esas molestias que tenía por no saber hacer las cosas".
Aguante el grupo
"El impacto de la actividad física en adultos mayores es muy positivo, desde lo social, físico y cognitivo", aseguró Ricardo Corazza, propietario de Energio Gym.
El profesor de educación física indicó que tras la pandemia decidieron armar estos grupos para que los adultos mayores se integren y vuelvan a realizar actividad física.
"Acá el grupo es maravilloso y entre todas nos contenemos. Estoy segura que con nosotras el profesor ya aprendió a tejer crochet, a levantar un ruedo o cómo cuidad un chico porque mientras nos ejercitamos hablamos de nuestras cosas", afirmó Itatí. "A veces no tengo ganas de venir y quiero seguir estando en la cama pero por las chicas me levanto y vengo a cumplir con la clase", precisó.
También reconoció que le permite estar más ágil y disfrutar de diferentes momentos con sus nietos y familiares. "El otro día fuimos con "gurises" de mi hija a un lugar que había juegos y había unos zancos. No pasó un minuto que ya estaba arriba y andando por todos lados", afirmó.
Itatí es consciente de sus limitaciones por su edad pero eso no es un impedimento para no ponerse en movimiento. "Por supuesto que reconozco que no tengo la misma fuerza y reflejo que a los 20 años pero no hay edad para hacer las cosas ni para cumplir sueños. Todo depende de nosotros mismos y la ganas que le pongamos a la vida", confluyó.
El sueño de volar
Itatí contó que la fascinación por volar viene desde que ella era pequeña y pasaban por su campo los aviones fumigando. "Cuando era gurisa le decía todos que iba a volar y un día se me cumplió cuando acompañé a una prima a visitar a sus hijos que viven en el exterior", relató.
Pero acá no se terminó la cuestión porque también su sueño era tirarse de un paracaídas. "Me puse en contacto con la gente del Aeroclub San Francisco y los chicos que hacen paracaidismo. Tras los estudios que dieron que era apta sumado a mi buena condición física pude tener mi bautismo y tirarme. Son unos minutos pero la sensación es intransferible como cuando sos mamá o das la teta a tu bebé", explicó Itatí