Irak se lanzó al asalto final de Mosul, el último gran bastión del estado islámico
Siguen atrincherados los combatientes del grupo yihadista Estado Islámico y quedan atrapados alrededor de 100.000 civiles, después de meses de sangrientos bombardeos, combates y atentados.
Las fuerzas iraquíes lanzaron hoy el asalto final sobre el casco histórico de Mosul, donde siguen atrincherados los combatientes del grupo yihadista Estado Islámico y quedan atrapados alrededor de 100.000 civiles, según la ONU, después de meses de sangrientos bombardeos, combates y atentados.
Miles de soldados, policías y miembros de las fuerzas especiales se lanzaron a pie al interior de las estrechas y laberínticas calles de la parte vieja de la ciudad. El Estado Islámico respondió enviando varios coches bombas, conducidos por suicidas, una de sus tácticas predilectas, que hicieron temblar los edificios que todavía quedan de pie y provocaron varias bajas, aunque no confirmadas, entre las filas del ejército.
"Las fuerzas de seguridad han terminado de rodear todos los barrios. El enemigo está colapsando y está perdiendo sus posiciones. Su final está cerca", era el mensaje que enviaban las fuerzas iraquíes durante la noche, usando altoparlantes dirigidos hacia el casco histórico.
El ultimátum a los yihadistas fue seguido de un pedido a los civiles atrapados en las zonas de combaten para que huyan: "Aprovechen la oportunidad y vengan hacia sus hermanos, hacia sus fuerzas de seguridad. Serán protegidos. Es un mensaje a nuestros hermanos en el oeste de Mosul. La hora de la victoria está cerca".
La operación para recapturar la segunda ciudad de Irak, lleva ya nueve meses. Hoy, los yihadistas controlan apenas unos kilómetros cuadrados donde se libra la batalla final. No hay números exactos, pero de acuerdo a la policía federal quedan entre 700 u 800 combatientes.
Algunas unidades de las fuerzas antiterroristas anunciaron haber roto la primera línea de defensa del EI, aunque la confusión de los combates complica la confirmación de todos los datos. Por su parte la policía, que ataca desde el sur, tardó horas en poder avanzar unos 150 metros.
Según las Naciones Unidas, todavía hay más de 100.000 civiles en las áreas controladas por el Estado Islámico. La presencia de no combatientes hace que el avance del ejército sea aún más lento. Los implacables bombardeos aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos son una de las tácticas más usada por las fuerzas iraquíes para aplanar, literalmente, las posiciones de los yihadistas.
Los dos últimos barrios recuperados en los últimos días fueron reducidos a escombros por los ataques aéreos, además de los tiros de morteros.
Pero en el casco histórico, la gran densidad poblacional no permite lanzar proyectiles sin provocar una masacre. Estados Unidos ya admitió que sus bombas causaron la muerte a más de 480 civiles en Irak y Siria, desde el inicio de sus bombardeos en junio de 2014.
Sin embargo, la ONG Airwars, que monitorea este tipo de ataques, dice que el número podría ser ocho veces superior.
Para lograr vaciar la ciudad de civiles y facilitar la ofensiva militar, algunos de los vehículos blindados del ejército fueron equipados con altoparlantes para llamar a los civiles a que se arriesguen, salgan de sus casas, e indicarles cómo llegar a los corredores humanitarios y huir.
Muchos mosulíes son usados como escudos humanos por los yihadistas que no dudan en abrir fuego sobre quiénes intentan escapar. Naciones Unidas denunció que 163 civiles fueron masacrados el primero de junio pasado cuando huían, sin hacer diferencia entre hombres, mujeres y niños.
Además, la falta de alimentos y de agua potable en el casco histórico ha provocado la reaparición de enfermedades como el cólera.
En 2014, a los 1300 yihadistas que asaltaron Mosul les tomó apenas algunos días apoderarse de la ciudad, a pesar de que era defendida por 60.000 soldados y policías armados con equipos de última tecnología provistos por Estados Unidos.
Las divisiones del ejército huyeron de Mosul, dejando atrás sus uniformes y el armamento que hoy es utilizado en su contra.
Luego de la caída de Saddam Hussein, el nuevo ejército formado durante la ocupación de Estados Unidos, fue un antro de corrupción. Los puestos de oficiales y generales se compraban y algunos soldados dejaban una parte de su sueldo a sus superiores para, a cambio, quedarse en sus hogares, según contó el periodista especialista en la región Patrick Cockburn.
A excepción de algunas unidades, como la División Dorada, el nombre de las fuerzas especiales, una gran parte de las fuerzas armadas iraquíes siguen siendo disfuncionales.
Los pronósticos más optimistas dicen que Mosul caerá en algunos días. Los más pesimistas, y quizás los más sensatos viendo el lento avance en el frente piensan que todavía falta varias semanas para reconquistar todo el sector.
En los últimos días algunos soldados dijeron que tuvieron que enfrentarse incluso a algunas mujeres yihadistas. Hasta ahora, el combate, como tantas otras cosas bajo el Estado Islámico estaba vedado a las mujeres.
Pero a medida que el ejército avanza, el EI no logra reemplazar a sus hombres que, a pesar que saben perderán esta batalla, luchan hasta morir. Y mientras combaten, intentan causar el mayor número posible de bajas, no solo entre los soldados, sino también entre los civiles. (Télam)