Intentaron robar en merenderos y los chicos se quedaron sin su copa de leche
Estos repudiables hechos ocurrieron en barrio La Milka y Frontera. Los voluntarios que todos los días asisten hasta 150 niños y adolescentes de familias vulnerables lamentaron lo sucedido.
Intentaron robar en dos merenderos de nuestra ciudad y Frontera. Ocurrió en la noche del miércoles, en el merendero Compartiendo Sueños, que funciona en uno d elos galpones ferroviarios en avenida 9 de Septiembre 702 en barrio La Milka, y en el merendero Sueños Compartidos, calle 56 al 155 en la vecina ciudad.
En el caso de San Francisco, la policía logró detener a un joven de 25 cuando junto a otras personas intentaba violentar el portón de chapa del lugar donde funciona el comedor que todos los martes, jueves, sábado y domingo les brinda una taza de leche a chicos de familias de escasos recursos.
La responsable del lugar, Stella Maris Juncos, contó a LA VOZ DE SAN JUSTO que pasada la medianoche llegó la policía a su casa para contarle lo que había ocurrido, "luego de que vecinos del sector escucharan los ruidos de las chapas del portón y los llamaran. Inmediatamente fuimos al lugar y resguardamos un televisor, un DVD, garrafas, mesas, sillas, un horno pizzero y mercadería".
La mujer se lamentó por lo ocurrido: "Se evitó el robo, pero a golpes destrozaron la cerradura". A este merendero acuden unos 65 chicos provenientes de los barrios La Milka, 9 de Septiembre, Sarmiento y también de Frontera.
El intento de robo hizo que este jueves no pudiera brindar esa ayuda alimentaria, ya que los responsables del lugar debieron abocarse a "buscar un cerrajero que nos diga si los daños tienen arreglo o hay que buscar cerradura nueva".
Juncos recordó que hace unos 15 días, se robaron una bicicleta propiedad de una de las personas que colabora en el merendero.
También en Frontera
En la noche del miércoles, en el merendero Sueños Compartidos, en Frontera, desconocidos intentaron abrir el portón de ingreso. Mariano Cortez, responsable del lugar, contó a este diario que "forcejearon la cerradura hasta romperla, pero no pudieron ingresar porque mi hermana había entrado el auto y le puso el freno de mano, eso evitó que pudieran ingresar".
A este merendero concurren diariamente unos 80 niños y adolescentes con necesidades básicas insatisfechas, aunque a veces, llegan a ser 150.