Inclusión de cotillón
La reflexión del padre de un niño autista puso en contexto la realidad de lo que pretende ser una forma de inclusión, pero que solo es un discurso. En los hechos, resta un enorme camino por transitar para que incluir deje de ser una declamación impregnada de tintes ideológicos.
Una publicación en las redes sociales que se hizo viral calificó como "inclusión de cotillón" al uso del lenguaje inclusivo. Un padre de un niño autista y con una hermana ciega recibió el saludo de una amable mesera de un bar: "Hola chiques", dijo. Se mostró orgullosa de utilizar esa forma de hablar inclusiva y, entonces, el cliente le pidió una carta en braille para que la pueda leer su hermana que ya iba a llegar, entre otras cosas. La joven moza quedó desubicada y no supo qué responder.
La reflexión del joven cordobés puso en contexto la realidad de lo que pretende ser una forma de inclusión, pero que solo es un discurso. En los hechos, resta un enorme camino por transitar para que incluir deje de ser una declamación impregnada de tintes ideológicos.
El habla, que es el uso particular de la lengua en un determinado contexto, tiene una enormidad de variantes. De allí su riqueza. Y también allí reside la oportunidad para desterrar expresiones sexistas que denigran, por ejemplo, la condición femenina. Hasta la Real Academia Española así lo entiende: "Nuestra institución se halla en un proceso de renovación, lenta pero irreversible, en el que la mujer asumirá cuantitativa y cualitativamente un papel más relevante", sostiene un informe que considera inconveniente el intento de la coalición que gobierna hoy la madre patria de modificar la Constitución española para incluir el lenguaje inclusivo, cuyo texto completo puede consultarse en la página web de la institución
La máxima autoridad del idioma que hablamos destacó la diferencia entre el sexismo en la lengua y el sexismo en el discurso, es decir, los usos que se encuentran de la lengua en él. Estos últimos son "valores que adquieren en él a causa de la intencionalidad de los emisores de sus prejuicios ideológicos" y la RAE destaca que el modo de combatirlos y erradicarlos se encuentra en la educación, y no a través de la corrección de la gramática". "Cuando dice [la Constitución]: 'Los españoles tienen derecho...', todo el mundo entiende que se refiere a los españoles y a las españolas. Sería una pesadez tener que desdoblar todos los géneros". Es decir, el argumento se basa en que el masculino contiene tanto a los sustantivos y adjetivos femeninos como masculinos y responde más a una economía verbal que a una cuestión ideológica. No es una novedad esta postura de la Real Academia, pero a esta altura es preciso ratificarla.
Por otra parte, limpiar el diccionario de definiciones con residuos machistas -tarea que se está haciendo de manera evidente y acelerada-, no supone modificar la gramática y el uso correcto de la lengua. Algo similar ha señalado respecto del femenino de algunas palabras que en el pasado tenían solo género masculino. La misma entidad ha señalado que el término "presidenta" es correcto y debe utilizarse. Pero a nadie se le ocurrirá hasta el momento, decir "periodisto" para referirse al varón que ejerce el oficio de escribir en este diario.
Estas reflexiones se reiteran en el momento en el que la provincia de Buenos Aires ha anunciado que elabora manuales para la incorporación del lenguaje inclusivo en la administración pública de ese distrito. No se conoce el alcance que podría tener esta disposición. Las posibilidades irían desde habilitar o permitir su utilización hasta convertirlo en lengua oficial, lo que constituiría no solo una exageración, sino una imposición arbitraria.
Pedro Luis Barcia, miembro de la Academia Argentina de Letras y de la Academia Argentina de Educación, uno de los intelectuales más prestigiosos del país, explicó el tema con una contundencia inapelable: "La inclusión no comienza con el lenguaje, comienza con la gestualidad, con la actitud frente al próximo, con la mirada, con el acercamiento, el respeto. Lo verbal viene después". En declaraciones a un medio digital, Barcia formuló una pregunta, aunque para algunos suene a broma: "¿La administración pública también va a cambiar el texto de 'La marcha peronista': 'Les muchaches peronistes, todes unides triunfaremes'? Porque para ser coherente, hay que ser coherente en todos los planos". Cuando llegue ese momento, será interesante observar cómo se presenta el nuevo cotillón en los actos de la coalición gobernante.